El criminal es acusado de guardar los cuerpos despedazados de sus víctimas en neveras. La forma como contactaba a sus víctimas es el porqué de su apodo.
El joven buscaba solucionar el problema del empañamiento de las gafas por el uso de la mascarilla. Al no poderlo arreglar, le imprimió un poco de creatividad.
La Policía cree que puede ser el del familiar perdido. Sin embargo, se mostró sorprendida porque hayan vivido tanto tiempo con un muerto sin darse cuenta.