Bolillo ha recorrido más de 800 kilómetros, cruzado ríos y viajado en tráileres. Su dueño reconoce con tristeza que los destinos de ambos son inciertos.
“Hoy fue un animal, mañana puede ser un niño”, dijo una de las habitantes del municipio. La agresora enfrenta una pena que van entre los 12 y 36 meses de cárcel.