La vida se detuvo por varias semanas para don Santos Pachón y doña María del Tránsito León, una pareja de campesinos de Boyacá, luego de saber que estaban en riesgo de perder uno de sus mayores tesoros, su finca.>>> En contexto: Pareja de adultos mayores en Boyacá no será desalojada por SAE: respiro para la comunidadDesde hace años estos campesinos de Pauna, Boyacá, fueron vinculados a un proceso por cultivos ilícitos que los llevó a entrar a la extinción de dominio.El 27 de febrero de 2024, personal de la Sociedad de Activos Especiales, SAE, iban a visitar el lugar, situación que los tenía angustiados."¿Y qué voy a hacer?, no tengo para donde irme", aseguró Santos Pachón Castellanos en ese entonces.Ese día amigos, comunidad y lideres de la región no dejaron realizar la visita.Producto de la movilización se planeó una nueva hoja de ruta para visitarlos sin el afán de que fueran desalojados.Los funcionarios llegaron y la conclusión al ver el panorama fue la siguiente: "Hemos establecido una mesa de diálogo con ellos y hemos invitado al Ministerio de Justicia para que juntos concertemos la vía jurídica que permita no vulnerarle los derechos a este par de adultos mayores y en general a la comunidad campesina que habita en Pauna", expresó Daniel Rojas Medellín, presidente de la SAE.Noticias Caracol volvió a la zona para conocer cómo están estos campesinos que vivieron días de angustia por el fantasma del desalojo.Las lágrimas se convirtieron en sonrisas y en tranquilidad.“Cuando llegaron, cuando conocieron cómo estábamos, ya lo único que dijeron fue que venían a pedirme disculpas por lo que había sucedido, que nunca debió haber pasado eso", recordó Santos Pachón Castellanos."Feliz y contenta, le doy gracias a Dios y a la Santísima Virgen y a la comunidad, a los líderes sociales y a toda mi familia, comunidad, vecinos que nos colaboraron", expresó María del Tránsito León.Con esta noticia, centenares de familias campesinas del occidente de Boyacá hoy duermen en paz y a la expectativa de ver cómo avanzan los procesos de extinción de dominio, generados por el fantasma de los cultivos ilícitos."Si no les dejábamos sembrar los cultivos, se llevaban a nuestros hijos, entonces nosotros muchas veces dejamos hacer eso, para que no se llevaran a nuestros hijos. Era mejor que sembraran y que nos dejaran a nuestros hijos y nos dejarán vivir en paz", contó María Edilma Pinilla Suárez, presidenta de la Junta de Acción Comunal de la vereda Capez y Chorrera.Por ahora, don Santos con su esposa María del Tránsito podrán vivir tranquilos en su casa de tablas, su cocina de leña y la compañía de sus animales, una realidad lejana a los lujos que muchos pensaron que tenían."El carrito es la yegüita, el galpón tiene unos poquitos pollitos, gallinitas ahí de grano. Sí, señor, esa es la riqueza que tenemos", contó Santos Pachón Castellanos.Pero, por si quedan dudas, el presidente de la Sociedad de Activos Especiales reiteró la decisión. "La SAE no desalojará a esta pareja de campesinos", aseguró Daniel Rojas.En medio de la visita de Noticias Caracol, Santos Pachón Castellanos, trabajador del campo, también le envió un mensaje a las autoridades que llevan estos procesos. "A los señores de la SAE les diría que nos devuelvan las propiedades, tanto a mí como a todas las personas que están implicados en ese problema".Las últimas semanas de don Santos y doña María transcurrieron en medio de la tempestad para recibir al final un reversazo a una decisión que les permitió volver a respirar con tranquilidad.Hoy, cogidos de sus manos, son el ejemplo vivo de una lucha de amor por el campo.>>>También puede leer: Rayo impactó en escuela de carabineros en Manizales: reportan varias personas afectadas
Hay preocupación entre comunidades y líderes sociales del occidente de Boyacá por el anuncio de ejecución del primer desalojo de terrenos donde en algún momento se sembraron cultivos ilícitos. El llanto de algunos campesinos que deben dejar sus tierras es desgarrador.Incendio en El Cocuy ha consumido más de 400 hectáreas de vegetaciónEl desasosiego de perder su tierra, ubicada en el municipio de Pauna, se refleja en cada palabra que pronuncia don Santos Pachón Castellanos: “Tristeza y dolor. ¿Yo qué voy a hacer? No tengo para dónde irme, para dónde voy a coger si no puedo trabajar".Don Santos Pachón Castellanos asegura que hace varios años un familiar sembró plantas de coca en el predio, una situación que le generó el grave problema que hoy lo tiene a punto de ser desalojado de lo que él llama su vida."Con mucho tiempo trabajé para mi casita. Ahora no sé para dónde voy a coger, a mí me da mucha tristeza”, agregó.Y es que cerca de 30 familias ya fueron notificadas del desalojo, pero la cifra podría seguir aumentando.“En el proceso que tenemos nosotros de extinción de dominio está un cultivo de más de 81.000 matas que están en más de 6 hectáreas de tierra cuando la finca no alcanza a ser 3 hectáreas”, sostuvo Carmen Lucía Tiga, campesina del municipio de Pauna.“No podemos negar que en el occidente de Boyacá hubo cultivos de coca, pero también es cierto y están claros unos compromisos asumidos por los campesinos de la región de erradicar voluntariamente la coca hace más de 15 años”, expuso Mauricio Obando Forero, líder social de la zona.Los funcionarios de la Sociedad de Activos del Estado llegaron a Pauna para realizar lo que ellos denominan como entrega real y material del inmueble, pero la comunidad se opuso, cerró la vía y la diligencia no se desarrolló.A EE. UU. le siguen preocupando los cultivos de coca en Colombia: "Representan una amenaza"