Juan Miguel Saboyá, un joven de Tunja ha logrado lo que muchos solo sueñan. Con apenas 12 años, ha ganado múltiples concursos internacionales de piano y se ha convertido en el campeón nacional de cubo Rubik, resolviéndolo en tan solo 6.89 segundos. Su historia es un testimonio de que el éxito se construye con esfuerzo y disciplina.Un talentoso del pianoDesde muy pequeño, Juan Miguel mostró un talento excepcional para la música. A los 7 años, ganó el Concurso Internacional de Piano Carmel Klavier, y, a los 8, ocupó el tercer lugar en el Concurso Mundial de Piano de Paderewski en memoria de Polonia. A los 11 años, se coronó ganador del Concurso de Jóvenes Solistas de la Sinfónica de Colombia y recientemente triunfó en el Concurso Nacional de Piano de la Universidad Industrial de Santander en Bucaramanga."A mí me gusta mucho expresar como los sentimientos que siento mientras toco el piano, saco mis sentimientos y los expreso en el piano, cierro los ojos”, aseguró Saboyá.Este joven músico no solo interpreta a los grandes compositores clásicos como Beethoven, Mendelssohn y Chopin, sino que también incorpora ritmos colombianos como pasillos y bambucos, demostrando una versatilidad impresionante.(Lea también: El sueño que el acordeonero Egidio Cuadrado no logró cumplir con otro grande de la música)El arte del cubo RubikAdemás de su destreza musical, Juan Miguel es un experto en resolver el cubo Rubik. Con una memoria asombrosa, ha memorizado más de 2 mil algoritmos y ha creado algunos nuevos para mejorar su tiempo. Gracias a su habilidad se convirtió en el campeón nacional y poseedor del récord en Colombia, superando a competidores de todas las edades."Súper emocionado cuando compito porque puedo batir más récords”, comentó el joven a Los Informantes.Juan Miguel puede armar un cubo Rubik en 6.89 segundos, lo que lo convierte en el campeón nacional y actual poseedor del récord en Colombia. Este logro es el resultado de horas y horas de práctica, demostrando una vez más que la disciplina es clave para alcanzar el éxito.Su dedicación al pianoJuan Miguel vive en Tunja y fue un piano el que lo inspiró desde muy pequeño. “El piano siempre lo he tenido en toda mi vida, mi mamá me ponía canciones de muy chiquito y entonces mi abuelito materno me regaló una organetica y entonces yo explorando, tocando así haciendo clústers que son como notas al azar”, aseguró.De hacer ruido con esa pequeña organeta pasó a tocar obras de Mendelssohn y Chopin en el piano de cola que tiene en el estudio de su casa donde practica hasta el cansancio.(Lea también: Los secretos de Santiago Cruz: su profesión 'oculta' y su paso por el servicio militar)La disciplina de un campeón“Juan Miguel es un niño que sí es un niño y juega mucho, pero es una persona que es muy disciplinada y sistemática en su estudio, entonces él pasa horas y horas durante meses y años practicando el tema del cubo Rubik al igual que con su piano”, aseguraron sus padres.Era muy pequeño cuando sus papás notaron que tenía un don muy especial y no solo para la música, sino también para otras destrezas, incluido el cubo Rubik.Juan Miguel podía pasar horas y días enteros hasta descubrir la forma de ser el mejor con este rompecabezas. Su dedicación y pasión por el piano y el cubo Rubik demuestran que, con esfuerzo y disciplina, cualquier meta es alcanzable. Este joven talento colombiano sigue deslumbrando al mundo y promete seguir cosechando éxitos en el futuro.Un futuro prometedorA su corta edad, Juan Miguel Saboyá entiende mejor que muchos que en la vida no se trata solo de tener talento ni de ser apasionado ni siquiera de querer ser el mejor. Se trata de saber que lo que uno quiere solo llega con trabajo, esfuerzo y mucha disciplina, no hay atajos.“A mí me apasionan mucho las cosas, o sea, en el piano, en los cubos, en todo lo que me meta me apasiona mucho, pero es más como la disciplina porque si uno tiene mucho talento, pero no tiene disciplina entonces nada”, relató.(Lea también: Las premonitorias palabras de Cerati antes de caer en coma: ya son 10 años de su partida)La historia de Juan Miguel Saboyá es inspiración. Su dedicación y pasión por el piano y el cubo Rubik demuestran que, con esfuerzo y disciplina, cualquier meta es alcanzable.Este joven talento colombiano sigue asombrando y promete seguir cosechando éxitos en el futuro.
Una breve obra atribuida a Mozart, desconocida hasta el momento y probablemente compuesta por el músico austriaco en su juventud, fue descubierta en Leipzig, en el este de Alemania, anunciaron investigadores el 19 de septiembre de 2024.>>> Puede interesarle: La música que hace a las personas menos inteligentes: lo dice la ciencia¿Qué obras de Mozart fueron encontradas?Se trata de un conjunto de siete movimientos para trío de cuerdas de una duración total de unos doce minutos, que habría sido escrita a mediados o a finales de los años 1760, indicaron las bibliotecas municipales de Leipzig en un comunicado.Mozart, niño prodigio, nació en 1756 y comenzó a componer desde temprana edad bajo la dirección de su padre, Leopold Mozart. Los investigadores hallaron la obra en los fondos de la biblioteca musical de la ciudad al compilar la última edición del catálogo Köchel, la recopilación completa de las obras musicales de Mozart."El manuscrito es una copia o una transcripción realizada hacia 1780. No está escrito por Mozart. Se utilizaron tinta marrón oscura y papel hecho a mano blanco [...] el manuscrito no está firmado", precisa el comunicado.En el nuevo catálogo, la pieza inédita se llama "Ganz kleine Nachtmusik" ("Pequeña música nocturna"), en referencia a una de las obras más famosas del músico.Fue interpretada en público por primera vez el jueves por un trío de cuerdas en Salzburgo, en Austria, donde nació Mozart. En Alemania, será estrenada en la ópera de Leipzig el sábado.La nueva antología Köchel indica que "la obra fue escrita antes del primer viaje de Mozart a Italia".Para Ulrich Leisinger, director científico de la Fundación Mozarteum de Salzburgo, citado en un comunicado, esta obra arroja un nuevo enfoque. "Hasta ahora, conocíamos al joven Mozart principalmente como compositor de música para piano, de arias y sinfonías", declaró.Una lista de Leopold Mozart habla, sin embargo, de la existencia de "muchas otras composiciones musicales de cámara" que datan de su juventud, todas las cuales se perdieron.No obstante, parece que en Leipzig se conservó un trío de cuerdas completo gracias a una serie de circunstancias favorables. "Como este modelo parece haber sido escrito por la hermana de Mozart, podría pensarse que esta conservó la obra en memoria de su hermano", agregó Leisinger.>>> Le recomendamos: La música que puede retrasar el envejecimiento: la IA lo revela
Blanca Uribe, nacida en Bogotá, vivió la mayor parte de su niñez en Medellín, rodeada de una familia de músicos que incluye a su bisabuela, abuela, tíos y su padre, Don Gabriel Uribe García, quien le transmitió su pasión por el piano. A sus 83 años, es una pianista y educadora que ha dejado una marca indeleble en la escena mundial de la música clásica y en la cultura musical del país.“Desde que tengo uso de razón en mi casa siempre había música por mi papá que siempre fue un gran músico. Mi abuela y mis tías eran músicas, vengo como de unas cuatro generaciones de músicos profesionales. No teníamos piano, pero escuchaba a mi papá con su flauta, pero cuando íbamos donde la abuelita, ahí estaba el piano, y obviamente que yo iba derecho a pararme al lado del piano, por eso digo que el piano me escogió a mí”, afirmó.El talento de la maestra Blanca Uribe Espitia es incomparable. Le dicen ‘La Mona’, desde que era una niña. Es capaz, con sus manos e ingenio, de tocar notas armoniosas que permiten escuchar la nostalgia hasta brindar las más alegres melodiosas que se pueden escuchar.Admira con profundo respeto a su padre, su mejor maestro y confidente. “Cuando me encuentre con él sí me voy a quejar de algunas cosas, y es que no me dio el talento que él tenía porque el talento de mi papá era impresionante, nos regaló un poquito no más”, aseguró.Muchas cosas pasaron en 1948, entre ellas: el padre de Blanca, Gabriel Uribe García, firmaba un contrato millonario, junto a Lucho Bermúdez y Matilde Díaz, con una de las disqueras más grandes, Colombia iba por tercera vez a los Juegos Olímpicos en Londres del 49, ella a los siete años ya se perfilaba como pianista, ingresó al Conservatorio Nacional de Música de Bogotá, pero no todo era color rosa, las calles de la capital ardían por el magnicidio del líder del Partido Liberal, Jorge Eliécer Gaitán, el momento conocido como el Bogotazo.“A nosotros el Bogotazo nos tocó sin mi papá, y nosotros vivíamos a tres cuadras del Palacio, donde un francotirador se montó allá y le disparó a todo el que pasaba, hasta que llegaron con un tanque a tumbar eso. Le tengo pavor a los sonidos de un disparo, eso me quedo, me metía debajo de un armario del susto”.Se mudó junto a su familia a Medellín, donde relató que pasaba horas sentada tocando el piano, unas largas horas de estudio.“Yo siempre me paraba al lado del piano a mirar, hasta que mi mamá entonces pensó: la niña se ve que le gusta el piano. No sé qué empeño, no sé cómo hizo, pero compró piano. Y, con el piano consiguió profesora”.A sus 11 años, dio su primer concierto con la Orquesta Sinfónica de Colombia. Además, recuerda a su primera profesora, que fue como su abuela paterna, una pianista que vio en su nieta la pasión por ese instrumento.Dos años después, viajó a Kansas, en Estados Unidos para estudiar con el profesor polaco Wiktor Labunski, y cuatro años más tarde, aterrizó en Viena, a sus 17 años, con una beca y la ayuda del filántropo y empresario paisa, Diego Echavarría, quien creyó en su talento desde el primer momento que la escuchó.“Don Diego después de haberme escuchado dos veces dijo: arréglenle los papeles que yo me encargo de pagar los estudios. Me los pagó durante 10 años casi, la mensualidad para estar en Viena y los gastos”.Fue profesora en Vassar Collage, en New York, durante 36 años, y luego, en la universidad EAFIT. Sus alumnos la recuerdan con admiración y respeto. Su afición principal es enseñar, se puede decir que lo disfruta tanto como tocar su piano. Estar en Viena no solo la hizo aprender a tocar el piano, sino que aprendió de la rigurosidad de los distintos estilos que pueden sonar en su instrumento. “Me costó, fue muy difícil, casi me botan de la academia porque me estaba demorando mucho”.Fue todo un reto personal y profesional ejercer su carrera en el lugar donde pasó el mayor tiempo, su gran amor platónico y compositor, Ludwig Van Beethoven. Por eso, ensayaba de 8 a 12 horas diarias, hasta que caía la noche, sin poder ver durante tres años a su familia.“Beethoven suena como a vida, a todo lo de la vida, a la felicidad, tristeza, pasión, soledad, todo está en esa música. Es una cosa muy difícil de explicar, pero todavía me conmueve, eso sí”.Blanca Uribe ha sido solista de las Orquestas Sinfónicas de Berlín, Praga y Viena. También, de la nueva filarmónica de Londres, la Orquesta de Castilla y León, la Orquesta de Filadelfia y las principales orquestas colombianas. Además, ha sido ganadora de la mención de honor en el concurso de Frédéric Chopinn, en Varsovia, uno de los más prestigiosos del mundo.Aunque recuerda con amor y pasión todo el tiempo que ha pasado frente a su instrumento, no deja de deslumbrar su sonrisa cada vez que sus manos vuelven a tocar. Sin duda, una mujer que le da vida al piano.
Nuestra voz nos identifica tanto como el color de los ojos o como nuestra forma de caminar, es parte de lo que somos. A Samuel Mariño le tomó mucho tiempo a aceptar la suya, pero un consejo inesperado le cambió la vida y logró hacer de lo que para él y para los que durante tantos años lo matonearon, era un defecto, algo verdaderamente excepcional. ¿Que cómo suena? Como los ángeles.“Qué importa cómo eres, si eres bajo, flaquito, gordo o cualquier cosa, lo que importa es tú esencia, lo que tú eres y lo que tú tienes que decir al mundo”. Y él tiene mucho que decir solo, que lo dice cantando. Para conocer a Samuel Mariño hay que escucharlo, su voz es su fuerza y su esencia. Tiene una voz excepcional, atípica, Samuel es soprano que en italiano significa soberano o superior, es la voz más aguda del registro vocal femenino y él es hombre. Y por eso, cuando canta sacude al mundo del espectáculo.Ha recorrido un camino difícil porque su vida ha tenido drama, amor, fantasía y lucha, como las vidas que interpreta en el escenario. “Yo llegué la música por casualidad, porque mis padres trabajaban muchísimo, ambos son profesores universitarios y me tenían que mantener ocupado, así que yo hice piano, también jugué béisbol, aunque no me lo crean. Por supuesto el piano, que yo aprendí fue parte del sistema de que todos conocemos, el Sistema Nacional de Orquestas, qué orgullo que Venezuela me dio es educación musical”.De niño le quedaron bases de una formación musical sí, pero también unas ondas cicatrices que por años fueron heridas abiertas por el acoso escolar de los compañeros del colegio que lo atormentaron sin piedad. “Hicieron de videos de mí en YouTube, burlándose de mí. “¡Muy duro, pero yo creo que finalmente eso me preparó para hoy en día estar aquí, para endurecerme porque estar frente a un escenario 3.000 personas y exponerse es algo muy duro, muy fuerte también!”Su forma de hablar, su personalidad, pero sobre todo por el tono de su voz eran motivo de burla permanente en el colegio: “me molestaba muchísimo por esta voz y también por como yo era, porque mi voz no cambió completamente, mi laringe no bajó, como tú ves no tengo manzana de Adán como los hombres tienen, me molestaban, me hacían bullying, yo le pedí a mis padres que me llevaran al médico para saber cómo podemos encontrar una solución”.El matoneo estaba haciéndole muchísimo daño, vivía asustado desmotivado y se sentía muy solo. Con esa angustia, a los nueve años les pidió a sus padres que lo llevaran al doctor. “Me dijo sí, podemos realizar esa operación, pero hay un riesgo de que simplemente pierdas tu voz o que tu voz se convierta inestable, yo intenté, yo hice un poco de terapia para hacerla más grave”. Consultaron varios especialistas hasta que uno sí pudo hacer algo por él: “Y él me dijo ‘¿por qué no intentas cantar ópera?”
Muchos niños juegan a dirigir una orquesta imaginaria, pero casi ninguno ha logrado convertir el silencio en grandes sinfonías frente a un público mudo en un teatro, dirigiendo a más de 100 músicos, con una sola mano. El joven colombiano Carlos Ágreda pasó de escuchar a Beethoven en un carrito de paletas a revivir sus melodías dirigiendo músicos de todo del mundo.El músico colombiano Carlos Ágreda no es mago, pero armado con una batuta y un oído muy sensible es capaz de revivir las grandes sinfonías del pasado, de mezclar bambucos y guabinas con violines y trombones y remover hasta los corazones más duros. De ser la oveja negra de un colegio, agreda se convirtió, gracias a la música, en un señor maestro y en uno de los directores de orquesta con más proyección del mundo. Los Informantes logró descubrir cuál es el truco de unas manos capaces de convertir el silencio en un remedio contra la división, el odio y la amargura. Este es el poder de Ágreda y su varita mágica.Ágreda, uno de los jóvenes directores de orquesta con más proyección en el mundo, empezó a hacer música, primero con las teclas de un pianito de juguete y luego con esa varita mágica con la que convierte el silencio en sinfonías que sacuden hasta el alma. Con solo 32 años tiene un largo pergamino de premios y composiciones musicales que mezclan lo mejor de nuestro folclor y la música clásica. A los 17 años tocó la batuta por primera vez, ha dirigido más de 20 orquestas y ha volado desde Bogotá a Boyacá y del Reino Unido a Nueva York.El músico colombiano fue elegido como uno de los seis mejores directores jóvenes de orquesta del mundo en una competencia de primer nivel en la que participaron 150 músicos de 50 países tras dirigir la Sinfónica de Rotterdam y diseñar un repertorio único. Los premios que empezó a ganarse desde los 22 años no le importan tanto como inspirar a otros jóvenes en las orquestas juveniles que dirige cada cierto tiempo para que otros no deban empezar como le tocó a él.
Con un tenedor torcido, una cuchara vieja y una lata de aceite vacía y arrugada que encontró en un basurero, un profesor de música con la ayuda de varios niños hizo una guitarra, después un saxofón, luego un cello y un contrabajo hasta tener la orquesta completa que hoy toca por el mundo entero con sus instrumentos hechos a punta de reciclaje. La belleza que nace de una montaña de basura y la lección de que nada es imposible.Un basurero le dio la oportunidad a un grupo de niños y jóvenes de aprender música, de viajar por el mundo y principalmente de creer que pueden tener una vida más allá de esas toneladas de basura con las que conviven todos los días. El profesor Favio Chávez le puso música a un barrio y como un mago hizo de lo que otros botan el tesoro más bello del mundo. Los Informantes escuchó un concierto de los niños de la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura que suena a puro milagro.
Los Embera no son una sola etnia, unos son los Embera- Catío, que fueron noticia la semana pasada cuando desalojaron después de ocho meses el Parque Nacional en Bogotá; otros son los Embera-Chamí que son noticia ahora por el ruido que hacen y pretenden seguir haciendo. Con muchas dificultades culturales que han logrado superar, Colombia tiene su primera Orquesta Filarmónica Indígena. Por encima de todo, son notas dulces, de paz.El maestro Alejandro Vásquez ha comprobado una vez más que la música puede ser la goma que los ayude a unirnos a pesar de nuestras diferencias. Él dirige la primera Orquesta Filarmónica indígena de Colombia que suena a esperanza y a futuro. Los Informantes llegó al resguardo Marcelino Tascón y puedo escuchar una mezcla explosiva de música tradicional con clásica.
En un pueblo entre las montañas del Cauca, que siempre ha sonado por haber sido durante años zona roja, blanco permanente de la guerrilla y un punto estratégico para el narcotráfico, hay una escuela llena de niños talentosos empeñados en que Miranda suene distinto y lo lograron.El profesor Jadín Charria sabe que en el Cauca la música puede sonar más fuerte que las bombas y la metralla, por eso, empuña una batuta y dirige una escuela musical y una sinfónica con 50 niños que opacan la violencia con la que han crecido en Miranda. Los Informantes los acompañó en la presentación más importante de sus vidas.
Con solo seis años, el violonchelista Santiago Cañón-Valencia debutó con la Orquesta Filarmónica de Bogotá. Ese fue el inicio de la magia que lo ha llevado tan lejos. Él es un prodigio y su talento lo reconocen en el mundo de la música clásica.Santiago Cañón-Valencia es un solista muy cotizado con una carrera brillante. El Festival de Música de Cartagena y Señal Colombia sumaron esfuerzos y grabaron un documental sobre su vida y carrera. Se la pasa con la vida en una maleta tocando como invitado en las mejores orquestas del mundo. Hoy vive en Alemania, pero Los Informantes lo encontró en su casa familiar en Bogotá.