En mayo de 2019, una tragedia marcó para siempre la vida de una familia en el Valle del Cauca. Leidy Johana Soto Muñoz, madre de cuatro hijos, desapareció sin dejar rastro. Lo que comenzó como una angustiosa búsqueda terminó revelando un feminicidio que conmocionó a la ciudad. Su cuerpo fue hallado días después en el río Cauca, y el responsable resultó ser el hombre con quien compartió su vida por más de 15 años, el padre de sus hijos.La familia de Leidy Johana la describía como una mujer entregada a sus hijos. “Para ella su todo eran sus hijos, velaba por ellos”, recordaron en El Rastro. Por eso, cuando desapareció sin avisar y dejando a sus pequeños solos en casa, la preocupación fue inmediata. Les había dicho que saldría por un momento, pero nunca regresó.Pasadas las horas, la denuncia de su desaparición dio inicio a una búsqueda por parte de sus familiares y las autoridades. Nadie entendía qué había pasado con ella o cual podría ser su paradero.El cruel hallazgo del cuerpo de LeidyUna noche, un mensaje anónimo llegó a la familia: “A su hermana la mataron y la tiraron al río Cauca”. Al día siguiente, un pescador encontró un cuerpo flotando en el río, cerca de Chinchiná, Caldas. Estaba en avanzado estado de descomposición y con laceraciones faciales causadas por animales carroñeros, de acuerdo con las declaraciones de las autoridades.El cadáver fue trasladado a Medicina Legal, donde se confirmó lo que nadie quería creer: se trataba de Leidy Johana Soto. Ahora, las autoridades ya no investigaban una desaparición sino un feminicidio.Desde el inicio, las autoridades manejaron dos hipótesis. La primera apuntaba a John Alexander Zamora, el padre de sus hijos y con quien Leidy había decidido terminar su relación un año antes, pero este, al ser interrogado por el paradero de la mujer, señaló a la nueva pareja de ella: Yesid López, con quien había iniciado una relación tras separarse.Yesid, aunque no era conocido por todos los allegados de Leidy, fue uno de los más activos en la búsqueda. Más adelante, la atención se centró en John Alexander cuando surgieron nuevas señales en su contra.Leidy había sido madre desde muy joven. Durante más de 15 años convivió con John Alexander, dedicándose por completo a su familia y dejando sus estudios a muy corta edad. Sin embargo, tras su cuarto embarazo, decidió someterse a un bypass gástrico. El procedimiento no solo transformó su cuerpo al perder peso, sino también cambió su vida.Se sintió renovada, con deseos de trabajar y crecer. La relación con John Alexander comenzó a deteriorarse. Los celos se intensificaron y, finalmente, Leidy decidió separarse. Tras luchar para lograr una estabilidad económica, consiguió un apartamento para vivir con sus hijos, pues antes vivían en cada de sus familiares.Las pistas que delataron al feminicidaUna vecina del barrio donde vivía Leidy recordó haberla visto discutiendo con un taxista antes de los hechos. Las características del conductor coincidían con las de John Alexander, quien había comenzado a trabajar como taxista bajo el nombre falso de Harold Gómez.Yesid también relató a las autoridades que, días antes, un taxi había intentado atropellarlos. Leidy le dijo que el conductor era su expareja. La Policía rastreó el vehículo y, tras un exhaustivo análisis, encontró rastros de sangre, lo que reforzó la hipótesis de que John Alexander era el agresor.John Alexander se escondió en zona rural de Corinto, Cauca, hasta que el 15 de octubre de 2019, en estado de embriaguez, llegó a la casa de su hermano en Santander de Quilichao y como las autoriades tenían intervenidas las comunicaciones de su fmamilia, se enteraron de su ubicación y llegaron allí para capturarlo. Aunque al inicio negó los cargos, en enero de 2020, aceptó su responsabilidad. Fue condenado a 35 años y 6 meses de prisión por feminicidio.Según las autoridades, el sujeto aseguró que tenía celos de su expareja debido a la transformación física de Leidy tras la cirugía y su decisión de rehacer su vida con un nuevo amor. “Que se arrepienta y que le pida mucho perdón a Dios y a sus hijos porque los que les ha hecho más daño fue a los hijos”, expresó la familia de Leidy tras conocer la sentencia. “Nunca me imaginé que terminara en tragedia”, agregaron sobre este cruel crimen.Hoy, los cuatro hijos de Leidy viven con el recuerdo de su madre y el vacío que deja su ausencia. La familia lucha por salir adelante, pero el dolor sigue presente.
Son varias las familias colombianas que enfrentan el drama de la deportación como consecuencia de las políticas migratorias del Gobierno Trump en Estados Unidos. Quienes partieron en busca del sueño americano hoy ven sus vidas profundamente marcadas por decisiones que han roto hogares construidos durante años. Los Informantes conoció los testimonios de colombianos que relataron, entre lágrimas, la dura travesía del regreso forzado y el profundo dolor de haber sido deportados. Hoy, con una nueva crisis diplomática entre los Gobiernos de Donald Trump y Gustavo Petro, algunos temen que las implicaciones tanto para viajeros como para migrantes sean cada vez más fuertes. Después de 35 años viviendo en Estados Unidos, Gladys y Nelson González fueron deportados. Dejaron atrás una vida construida con esfuerzo y el sueño de ofrecer un mejor futuro a su familia. Hoy, sus hijas enfrentan la dolorosa realidad de una separación.El sueño americanoEn diciembre de 1989, la pareja llegó a Estados Unidos. Eran jóvenes, estaban enamorados y cargaban una maleta llena de anhelos. Buscaban mejores oportunidades y alcanzar el sueño americano.“Nosotros cruzamos por Tijuana. En la frontera era que había un cambio de guardia a la media noche. Mientras salían los oficiales y entraban eran un lapso de que unos 15, 30, minutos y en ese momento era cuando la gente cruzaba. En ese tiempo no existía el muro”, contó Gladys.Cruzaron caminando la playa de Tijuana, México, hasta San Diego, California, Estados Unidos. Desde que pisaron suelo americano, trabajaron sin descanso: lavaron platos, hicieron limpieza, pintaron apartamentos y repartieron periódicos para salir adelante.Se casaron, se convirtieron al cristianismo y, con mucho esfuerzo, lograron establecerse en Estados Unidos, pese a las barreras del idioma y las diferencias culturales. Llegaron con muchas ilusiones y metas, incluyendo la intención de legalizar su situación migratoria. En ese país nacieron sus tres hijas: Jessica, hoy de 33 años; Stephanie, de 28, y Gabriela, de 23, todas ciudadanas estadounidenses.“Me dieron el permiso de trabajo y pude sacar un seguro social bueno. Entonces, aproveché, fui a estudiar flebotomía. Fui técnico de electrocardiograma. Yo me dediqué por 21 años a hacer exámenes médicos para seguros de vida”, dijo Nelson.Problemas con su situación migratoriaEn 1994, su solicitud de asilo fue rechazada debido a inconsistencias en la fecha de ingreso al país presentadas ante la corte migratoria. Durante años renovaron el permiso de trabajo y apelaron el caso sin éxito."Nos dio orden de deportación por eso. Entonces, desde ese tiempo nosotros empezamos a apelar nuestro caso. Hicimos de todo lo que fue posible, apelar al circuito, apelar a la Cámara”, mencionó Gladys.A pesar de tener los documentos válidos para trabajar, su estatus legal nunca se resolvió. “Siempre fuimos conscientes de que íbamos a salir. Lo único que nunca de la manera como nos sacaron, ese 21 de febrero fue drástico, fue cruel”.Lo que tanto temían, finalmente ocurrió. El 21 de febrero de 2025 acudieron, como siempre, a su cita rutinaria con inmigración, sin imaginar que ese día serían detenidos, esposados y trasladados sin previo aviso. Ni siquiera tuvieron la oportunidad de despedirse de sus hijas ni de abrazar a su nieto.Pasaron por varios centros de detención en EE. UU., sin información clara y con condiciones duras. “En ese momento cuando nos arrestaron, eso me dolió muchísimo de la manera como a mi esposa la esposaron. Yo solo le podía decir a ella, perdóname”, recordó Nelson.Gladys y Nelson González pasaron a engrosar la lista de colombianos detenidos para ser deportados de Estados Unidos. Relataron las difíciles condiciones a las que fueron sometidos: permanecieron esposados de manos y pies y fueron trasladados de un centro de detención a otro sin explicaciones.“Ingresé al centro de detención a las tres de la mañana. Me tomaron fotos, huellas, todo el proceso de ingreso, como un preso. Me dieron uniforme. La primera semana fue muy dura, no paraba de llorar”, comentó Gladys.Otros testimonios: “Sueño del infierno”Así como la de Gladys y Nelson, son miles las historias de colombianos que dejaron el país en busca de mejores oportunidades. Muchos no dudaron en gastar todos sus ahorros e incluso endeudarse con tal de alcanzar el sueño americano. Ese fue el caso de Jaime Valdiris, un barranquillero de 51 años que, tras planear su viaje, recurrir a préstamos con los llamados gota a gota y confiar en coyotes para cruzar por México hacia Estados Unidos, vio frustrado su intento.“Yo me fui a buscar el sueño americano y lo que fui a encontrar fue un sueño de infierno, el sueño de la odisea, una pesadilla”, señaló.Tomó la decisión de dejar el país luego de que un amigo le hablara de la posibilidad de ganar mucho dinero en poco tiempo. Un coyote le cobró cerca de $25 millones por los tiquetes, el alojamiento y la promesa de llevarlo hasta San Diego, California.El 11 de enero de 2025, Valdiris estaba en un hostal de Tijuana, México, esperando la orden de los coyotes para cruzar a los Estados Unidos. "Había varias personas, de todos lados, ahí nadie se conoce con nadie, ahí es sálvese quien pueda. ¿Sabes? Ahí juega la ley del vivo. Nos llevaron a una carretera donde de repente nos dijeron los coyotes que corramos”, afirmó.La idea era cruzar la frontera, entregarse a las autoridades, pedir asilo y así obtener un permiso de trabajo temporal. Pero nada salió como lo había planeado. Jaime Valdiris fue detenido y, once días después, se convirtió en uno de los primeros colombianos deportados por el gobierno del presidente Donald Trump.El día de su deportación lo esposaron y lo montaron en un bus junto a otros colombianos. “Yo me sentí como un delincuente, como ellos me gritaron como un narcotraficante, como un violador, como un matón”.Regresó a Colombia sin un peso en el bolsillo. Sus amigos reunieron dinero para pagarle el pasaje a Barranquilla. No solo perdió la oportunidad de vivir en Estados Unidos, sino que tiene más de $25 millones en deudas. "Fue el peor error que he hecho en mi vida, irme a Estados Unidos a haber vivido el infierno que viví”, concluyó.La dura realidad de la deportaciónTanto la familia González como Jaime Valdiris vivieron en carne propia el dolor de la deportación. Tuvieron que empezar de cero, enfrentando una nueva realidad lejos del país donde visualizaron sus sueños.En el caso de Gladys y Nelson, la separación forzada de sus hijas y la incertidumbre sobre si algún día podrán regresar a Estados Unidos los acongoja a diario. Para Jaime, el regreso representó enfrentarse a una deuda abrumadora y al fracaso de una promesa que, lejos de cumplirse, se transformó en una pesadilla.
Cómo son por dentro las cárceles más peligrosas de Colombia es una pregunta que recurrentemente se hacen algunos curiosos y el programa Los Informantes, de Caracol Televisión, ha tenido acceso, entre otras, a La Picota, Cómbita, La Tramacúa y Bellavista. También, en el año 2018, un equipo periodístico ingresó al centro de detención de Guantánamo, un lugar mundialmente famoso por ser en el que otras épocas las torturas eran estrategia de guerra. Así se vive tras las rejas. Cárcel de CómbitaEn 2014, por primera vez una cámara logró entrar al lugar que albergaba a los delincuentes más difíciles y violentos de Colombia: el pabellón de tratamiento especial (UTE) de la cárcel de Cómbita, en Boyacá. En este tenebroso lugar, al que llamaron ‘el infierno dentro del infierno’, las celdas son de concreto, de 3 metros por 3, los prisioneros están totalmente aislados del resto del mundo y tienen derecho a una hora de sol en las “jaulas de luz”. Las medidas de seguridad aquí son especiales.La cárcel de Cómbita es una de las dos de máxima seguridad que hay en Colombia, abrió sus puertas en 2002 y tiene 8 pabellones. Los controles son extremos, hay cámaras de seguridad de alta resolución, máquinas de rayos X, reflectores y esclusas electrónicas que hacen impensable escaparse, aunque unos pocos lo han logrado, pero con apoyo y corrupción.Cárcel de Bellavista, en AntioquiaDurante años, el hacinamiento en la cárcel de Colombia ha sido noticia. En 2015, Los Informantes visitó el penal de Bellavista, en Antioquia, en donde los reclusos han dormido de pie, en baños y hasta colgados de las rejas.Aunque esta prisión tiene capacidad para 1.831 internos, año tras año el hacinamiento supera el 50%. En 2024, albergaba 3.034 presos, según cifras oficiales. En este lugar, los reclusos sobreviven en condiciones infrahumanas, en medio de roedores, olores nauseabundos, droga y hasta armas.La Picota, en BogotáEl Complejo Penitenciario y Carcelario La Picota, ubicado en Bogotá, fue construido entre 1936 y 1946 y es considerado uno de los más temidos de Colombia. En 2018, Los Informantes conoció el testimonio de un hombre que estuvo recluido allí y contaba que cómo “vivir bien” podía llegar a costar hasta 600 millones de pesos. "Se veía todo tipo de corrupción. Todo el mundo allí adentro tiene conocimiento de lo que sucede", contó el hombre que estuvo preso en La Picota. Aseguró que durante los 5 años que estuvo en la cárcel en promedio gastó 500 millones de pesos para sus "gastos internos". Hay patios a los que los mismos reclusos les llaman ‘Dubái’. Narcotraficantes, políticos corruptos y paramilitares pagan por privilegios. Desde comida gourmet hasta fiestas con licor, música en vivo y acceso a PlayStation.Cárcel La TramacúaEl ambiente en la cárcel La Tramacúa, en Villavicencio, es caliente, no solo porque las temperaturas en esta región rozan los 40 grados, sino porque los reclusos son los más peligrosos, mediáticos y de más alto perfil en Colombia están allí: reclusos acusados de violación, feminicidio, homicidio, masacres y pedofilia.Fue construida en el año 2000, tiene 12 pabellones y más de 1.000 presos. En esta cárcel, el terror y la desolación abarcan los muros de concreto espeso y hierro reforzado y durante años se han reportado torturas, amenazas, aislamiento extremo y graves violaciones de derechos humanos. “A uno de funcionario le decían ‘te trasladaron para La Tramacúa’ y daba miedo”, le dijo a Los Informantes un guardia del Inpec en 2023. Para este año, reclusos de distintas ideologías (AUC, FARC, etc.) se inventaron una "mesa de paz" y lograron acuerdos para reducir la violencia entre ellos y con la guardia.Guantánamo: prisión sin juicio ni derechosLos Informantes entraron en 2018 a Guantánamo, la base naval de Estados Unidos en Cuba a la que fueron enviados durante años sospechosos de terrorismo, algunos sin cargos, sin debido proceso y sin juicio. Alcanzó a albergar hasta a 800 hombres a los que EE. UU. llamó "combatientes enemigos ilegales" y no prisioneros de guerra.En la cárcel de Guantánamo las celdas son pequeñas, sin privacidad, los pisos y las paredes son de cemento y cada una tiene un inodoro, un lavamanos y un espejo de acero inoxidable. Las duchas son comunales. Los presos tienen objetos mínimos: Corán, diccionario y ropa básica. Consumen tres comidas al día y les dan herramientas para que puedan preparar sus alimentos con su propia sazón.Además, en el patio hay una balanza en el piso para tener controlado el peso, para vigilar cada kilo de más o de menos, porque las huelgas de hambre en Guantánamo han sido noticia desde 2001, cuando se construyó la prisión.
Leidy Johana Soto Muñoz, madre de 4 menores, desapareció en mayo de 2019, en Cali, Valle del Cauca, tras dejar a sus hijos solos en casa. Horas después, su familia comenzó una búsqueda desesperada al notar que no regresó y lo que encontró con el pasar de los días fue realmente trágico. El Rastro conoció los detalles de este terrible caso de feminicidio que dejó perpleja a una comunidad.Karol Soto, sobrina de Leidy Johana, al igual que toda su familia recuerdan a su tía como “una persona muy dedicada a sus hijos, para ella su todo eran sus hijos, velaba por ellos”. Por eso, desde el primer momento les pareció muy extraño que los hubiera dejado solos en casa.Una relación de añosDurante más de 15 años, Leidy había tenido una relación con John Alexander Zamora, padre de sus cuatro hijos. Ella, cuentan sus familiares, se dedicó al cuidado de su familia, pero con el paso del tiempo su aspecto físico cambió a tal punto que se le convirtió en un dolor de cabeza, pues decía que con cada embarazo estaba ganando peso considerablemente y por ello tomó la decisión de someterse a un bypass gástrico que terminó siendo el preámbulo de varios problemas con su pareja.Tanto la hermana de Leidy como su mamá relataron en El Rastro que, tras el último embarazo, la joven decidió separarse de John Alexander porque surgieron episodios de celos y control que no estaba dispuesta a tolerar. “Cuando ella decidió separarse de él, empezó a trabajar en oficios varios, quería vivir con los niños sola, pero aún no se le daban las cosas”, por lo que inicialmente sus hijos permanecían en casa de su hermana Marley, su hermano, Diego, o con su mamá, Rubiela Muñoz.Después de dos años de su separación y ya con la alegría de tener una vivienda para ella y sus cuatro hijos, Leidy encontró trabajo en una discoteca e incluso conoció a un hombre, Yesid López Medina, de 30 años, con quien inició una relación, aunque no quiso hacerla pública desde el primer momento.Las hipótesis de la desaparición de LeidyAunque todo marchaba bien para ella, el 22 de mayo de 2019 desapareció en extrañas circunstancias y la pregunta de sus seres queridos era una sola: ¿dónde está Leidy? “Teníamos toda la esperanza de que estuviera bien, de que de pronto se hubiera ido para algún lado o que de pronto estuviera con la expareja y no hubiera dicho”, comentó su hermano en El Rastro.Sin embargo, pese a que contactaron rápidamente a John Alexander, su exesposo, para preguntarle si tenía información de ella, este rápidamente negó cualquier contacto. La familia emprendió una búsqueda incansable tanto en las calles de la ciudad como en redes sociales y ahí empezaron a llegarles “pequeñas pistas” que los ilusionaban, pero nada concreto. A los 3 días de la desaparición, las autoridades fueron informadas e iniciaron una investigación.En medio de las pesquisas, los investigadores volvieron a tomar contacto con John Alexander y fue él quien les mencionó a Yesid López Medina: “Él decía que no sabía nada, que no tenía contacto con ella, que tenía días que no hablaba con ella, que por qué no verificaban con la pareja actual que tenía”, reveló Jhon Álvarez, del Gaula de Cali, en El Rastro. Así, empezaron a manejar dos hipótesis, una que señalaba a la expareja de Leidy y otra a su nueva relación.Pese a que el círculo cercano de Leidy no sabía de esa nueva relación, algunos familiares y amigos sí lo reconocieron y, de hecho, destacaron que Yesid López Medina fue uno de los más activos en la búsqueda de la joven madre desaparecida.Estremecedor mensajeUna noche, mientras esperaban por información sobre el paradero de su hermana, Marley recibió un mensaje anónimo que le advertía lo peor: "A su hermana la mataron y la tiraron al río Cauca". En ese momento, su familia contempló por primera vez la posibilidad de que estuviera muerta.Aunque no se supo exactamente quién envió este mensaje, paradójicamente al día siguiente de recibir el perturbador texto y a unos 300 kilómetros de Cali, Valle, un pescador encontró un cuerpo en el río Cauca. El cadáver estaba en avanzado estado de descomposición, por lo que no se podían determinar signos de violencia, pero los investigadores lograron identificar que se trataba de una mujer y que este llevaba aproximadamente una semana flotando en el río. Una vez lo trasladaron a Medicinal Legal, la familia de Leidy confirmó su identidad.“Cuando voy a verla, ella inclusive tenía la misma ropa con la que había salido de la casa. Me muestran una parte del vestido, una sandalia, porque la otra el río se la había arrancado, y yo digo: ‘sí, es ella’. Me mostraron también una joya que le sacaron del dedo”, reveló su hermano Diego, quien dice que son imágenes que quiere borrar de su cabeza.¿Quién era el responsable de la muerte?Tras encontrar el cuerpo, continuó la investigación para dar con el responsable del crimen y entre las pesquisas las autoridades encontraron el testimonio de una mujer que aseguraba que había visto a Leidy discutir con alguien y subirse a un taxi. Luego, identificaron el vehículo y descubrieron que era conducido por John Alexander Zamora, quien lo dejó abandonado en un taller.En el taxi se hallaron rastros de sangre y varias intervenciones telefónicas confirmaron que John se desplazó al Cauca tras la desaparición Leidy. Una vez identificado como responsable del crimen, fue capturado en Santander de Quilichao, Cauca - en donde se escondió por semanas - el 15 de octubre de 2019, 5 meses después del homicidio.Ante la evidencia de la Fiscalía, en enero de 2020 el sujeto aceptó su responsabilidad frente al crimen de su expareja y fue condenado a 35 años y 6 meses de prisión por el delito de feminicidio.La familia de Leidy carga con el dolor de la pérdida y lo único que espera es que John “se arrepienta, le pida perdón a Dios y a sus hijos porque hizo un daño muy grande”.
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Enric Mas (Movistar), sexto en la clasificación general del Tour de Francia, se mostró satisfecho por haber salvado una jornada al entrar en el grupo de los favoritos después de la batalla entre Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard, corredores a los que considera "increíbles", y a los que se tienen que "adaptar"."He vuelto a tener dos momentos difíciles, pero una vez más gracias al equipo he podido entrar en el grupo de favoritos. Me encontré bien y poco a poco voy estando en una buena posición. Es importante no haber perdido tiempo", señaló en meta el ciclista español, quien es el líder de la escuadra telefónica.Un resultado de mérito, pues la batalla entre Pogacar y Vingegaard con Van der Poel en la lucha por la etapa, fue encarnizada. Varios fueron loas arrancones que protagonizaron, agitando la carrera y poniendo contra las cuerdas a más de uno, que se las ingenió para responder."Sí, Pogacar y Vingegaard van a machete, son corredores increíbles, tienen mucho gas, está claro que nosotros nos tenemos que adaptar a ellos y yo me estoy adaptando. Ha sido un día duro porque no podíamos dejar la fuga con 5 minutos, de lo contrario, los hubiéramos visto en meta", concluyó.Recordemos que el corredor neerlandés Mathieu van der Poel (Alpecin-Deceuninck) se impuso este domingo en la segunda etapa del Tour de Francia, con final en Boulogne-sur-Mer (noroeste), y se vistió con el maillot amarillo de líder de la general.En un emocionante final en subida, 'MVDP', especialista en ese tipo de llegadas, se hizo con su segunda victoria de etapa en el Tour, superando al vigente campeón de la ronda francesa y campeón del mundo Tadej Pogacar, que se colocó segundo en la general, justo por delante del danés Jonas Vingegaard.
Este lunes 7 de julio se disputará la tercera etapa del Tour de Francia 2025, una jornada que promete emociones fuertes en el norte de Francia. El pelotón afrontará un recorrido de 178,3 kilómetros entre Valenciennes y Dunkerque, en una fracción que, sobre el papel, podría resolverse al esprint, pero en la que el viento cruzado y la tensión en el pelotón podrían provocar cortes y sorpresas.El día arrancará en Valenciennes, localidad con tradición ciclista, para dirigirse hacia la campiña flamenca, donde el terreno expuesto será protagonista. La gran dificultad del día estará marcada por la subida al Mont Cassel, un ascenso breve, pero exigente que, si bien no debería seleccionar en exceso al grupo, sí podría ser aprovechado por equipos combativos para tensar la carrera.Tras coronar el Mont Cassel, restarán 35 kilómetros hasta la línea de meta en Dunkerque, todos ellos por carreteras abiertas y sin protección contra los vientos del norte, que podrían soplar con fuerza. Esta característica convierte a esta etapa en una de las más nerviosas de la primera semana, ya que cualquier despiste podría dejar cortados a favoritos de la general.Los equipos de los velocistas tratarán de controlar la situación para llegar agrupados a la llegada, donde nombres como Jasper Philipsen y Arnaud Démare buscarán estrenar su casillero en esta edición. Sin embargo, en caso de que los famosos 'escalones' o abanicos se formen por acción del viento, todo podría cambiar en cuestión de minutos.El Tour de Francia ha vivido históricamente jornadas memorables en estas zonas, donde las condiciones meteorológicas y la estrategia de equipo se vuelven tan determinantes como las piernas. Por ello, se espera que los conjuntos que luchan por la clasificación general, como UAE Team Emirates, Ineos Grenadiers y Visma-Lease a Bike, estén atentos y posicionen bien a sus líderes.La llegada a Dunkerque, ciudad habitual en el calendario ciclista francés, se prestará para una llegada masiva si el viento lo permite. De no ser así, podríamos tener cortes y diferencias inesperadas en la clasificación. Sin duda, una etapa que, sin grandes montañas, puede tener un enorme impacto en el desarrollo de este Tour de Francia 2025.Tour de Francia 2025: TV para ver EN VIVO la etapa 3 La jornada podrá verse en Colombia desde las 6:30 de la mañana a través de Caracol Sports, Canal Caracol, Caracol HD2 y la aplicación Ditu.TV, etapa 3 del Tour de Francia 2025⦁ Fecha: lunes 7 de julio⦁ Trayecto: 178,3 km (Valenciennes - Dunkerque)⦁ Hora, Canal Caracol: 8:30 a. m.⦁ Hora, Caracol Sports: 6:30 a. m.⦁ Hora, Caracol HD2: 6:30 a. m.⦁ Hora, Ditu: 6:30 a. m.
El Tour de Francia 2025 no tuvo un inicio calmado en las primeras fracciones, sobre en la segunda, en la cual hubo muchas caídas y en el remate los favoritos se midieron entre sí. Esos chispazos dejaron como ganador a Mathieu van der Poel, quien no tuvo rival en una definición rápida, pero en medio de un repecho corto de montaña. Los colombianos no la pasaron tan bien, sobre todo Einer Rubio, que en su rol de gregario tuvo que sacrificarse y ceder tiempo. El pedalista del Movistar Team cruzó la meta a 10:54 del neerlandés y en la casilla 155. Dicho esto, en la general quedó rezagado en la posición 175 a 16:22. "Dos etapas donde se esperaba algo típico del terreno francés, hoy con un poco de lluvia al principio de la etapa, afortunadamente ha parado, pero bueno nuestro líder ha entrado con los mejores que era lo que queríamos y salvar el día", dijo el 'escarabajo' en charla con nuestro periodista de Caracol Sports, Diego Alberto.Tal como lo dijo Einer, su líder Enric Mas estuvo junto a los favoritos y se ubica sexto en la general a solos 10 segundos de Van der Poel. "Hemos tratado de ayudar en lo que hemos podido y sobre todo evitar las caídas y llegar bien", añadió el boyacense.Por último, Rubio dejó ver su deseo de correr las etapas donde las rampas duras aparecen y desafían las piernas de los corredores. "Tratar de recuperar, ir día a día y esperar que llegue la montaña", concluyó.El balance del Movistar Team"Del interior a la costa, del aguacero al cielo despejado y de la llanura al quebrado desenlace, camino de Boulogne-sur-Mer. Con Enric Mas superando otra titánica jornada con sabor a clásica en el Paso de Calais, con explosivo final en ascenso y donde se impuso van der Poel (ADC)", fue la reseña que hizo en 'X' la escuadra telefónica sobre el objetivo y su principal corredor en la carrera.
El pasado sábado 5 de julio, en horas de la noche, el periodista Gustavo Chicangana Álvarez y su pareja fueron víctimas de un grave ataque armado. El hecho se registró en San José del Guaviare, muy cerca de la casa de ambas personas. Aunque por ahora se encuentran en un centro asistencial, las autoridades han hecho un llamado para determinar las causas del hecho y dar con los responsables. Se sabe, por ahora, que se trató de un grupo de hombres armados que se acercó hacia la pareja para atentar contra sus vidas. Por esta razón, la Alcaldía de San José del Guaviare se pronunció y anunció una recompensa de hasta 50 millones de pesos por información que permita daar con la identificación de los responsables y las circunstancias de lo ocurrido. La alcaldía condenó los hechos y dio a conocer que este tipo de ataques atentaban contra la libertad de prensa, de información y expresión. De la misma manera, se hizo un llamado para que se adelantaran todas las investigaciones y se puedan implementar medidas de protección en esta zona del país, pues recientemente se han registrado amenazas y ataques en contra de los trabajadores de este sector. Condena de la Defensoría del PuebloLa Defensoría del Pueblo , por su parte, también condenó el ataque y lo consideró como una "agresión en contra de la libertad de prensa y la democracia misma". La entidad hizo también un llamado institucional, pues en esta zona los periodistas suelen poner en riesgo sus vidas por el control de los grupos armados ilegales.Asimismo, esta entidad dio a conocer que Chicangana contaba con amenazas previas, razón por la que había adquirido medidas de protección. De la misma forma, aclaró que en la zona del ataque operan disidencias de las Farc al mando de Iván Mordisco y alias Calarcá, las cuales mantienen fuertes disputas en el territorio"Gustavo Chica estaba amenazado y tenía medidas de protección. Reiteramos el llamado urgente a los grupos armados que operan en el Guaviare a respetar el derecho internacional humanitario y cesar de inmediato las reiteradas infracciones que cada día agobian e impiden condiciones básicas de libertad y democracia en el departamento. Colaboraremos con las autoridades competentes para fortalecer los mecanismos de prevención y protección, garantizar el derecho a la vida y a la libertad de expresión, e investigar de manera pronta y eficaz estos hechos. Nos solidarizamos con él, con su familia y el gremio periodístico del Guaviare. Defender la labor de la prensa es proteger la democracia", dijo la Defensoría.JULIÁN CAMILO SANDOVALNOTICIAS CARACOL DIGITALJSANDOVAL@CARACOLTV.COM.CO
La trágica muerte de Diogo Jota, futbolista portugués del Liverpool, conmocionó al mundo del fútbol el pasado 3 de junio. El delantero, junto a su hermano André Silva, perdió la vida en un accidente de tránsito, dejando un profundo dolor en su familia, compañeros de equipo y aficionados. El funeral, que tuvo lugar días después, contó con la presencia de numerosas figuras del deporte, aunque algunas ausencias notables no pasaron desapercibidas.Luis Díaz, quien compartió vestuario con Jota en Liverpool durante las dos últimas temporadas, fue uno de los futbolistas señalados por no acudir al último adiós de su excompañero. Sin embargo, otra de las grandes ausencias que llamó la atención fue la de Cristiano Ronaldo. El astro portugués, que compartió varias convocatorias con Jota en la Selección de Portugal, tampoco asistió al sepelio, lo que generó un intenso debate en redes sociales y medios de comunicación.Frente a los cuestionamientos, Cristiano dedicó un sentido mensaje de despedida a través de sus redes sociales: “No tiene ningún sentido. Justo ahora estábamos juntos en el equipo nacional, justo ahora estabas casado. A su familia, a su esposa e hijos, le envío mis condolencias y les deseo toda la fortaleza del mundo. Sé que siempre estarás con ellos. Q.E.P.D. Diogo y André. Todos te echaremos de menos”, escribió.Ronaldo arrastra un trauma desde la muerte de su padreDe acuerdo con la información del diario 'Record' de Lisboa, 'El Bicho' evita acudir a funerales desde 2005, año en que perdió a su padre, José Dinis Aveiro. Desde entonces, el futbolista ha procurado mantenerse al margen de este tipo de actos, ya que arrastra un trauma emocional que prefiere no revivir. Además, el entorno del delantero habría decidido evitar su presencia para no desviar la atención mediática del verdadero motivo de la ceremonia.Tras la controversia, Katia Aveiro, hermana del atacante de Al Nassr, salió en defensa de su hermano a través de sus redes sociales. La también artista se mostró visiblemente molesta por el enfoque de algunos medios: “Es absurdamente vergonzoso ver cómo los canales de televisión, comentaristas y redes sociales enfatizan una ausencia en lugar de honrar con respeto el dolor de una familia mutilada, destruida por la pérdida de dos hermanos. Me avergüenza verlo. Es lamentable”, expresó.Katia también recordó el sufrimiento vivido por su familia en 2005, cuando falleció su padre: “Además del dolor de la pérdida, tuvimos que lidiar con una avalancha de cámaras y curiosos en el cementerio y dondequiera que íbamos”, concluyó.