Ivonne Latorre tenía 24 años, era colombiana, estudiante de economía y soñadora. Viajó a Egipto con un propósito muy claro: celebrar su cumpleaños y asistir al Zamna Festival, un evento de música electrónica reconocido internacionalmente. Lo que comenzó como una aventura terminó en tragedia. Horas después de salir del festival, Ivonne pidió auxilio a sus amigas y poco después fue encontrada gravemente herida en un hospital, donde falleció. La versión oficial habla de un accidente, pero sus padres, Tito Latorre y Mary Sánchez, no están convencidos de esto. En entrevista con Los Informantes, compartieron su dolor, sus dudas y su lucha por esclarecer lo que ocurrió.Ivonne llegó a El Cairo el 24 de abril junto a su amiga Estefanía Bedoya, modelo y ex Miss Antioquia. En la primera noche del festival conocieron a Jessi Escobar, una colombiana transgénero que se acercó a ellas en medio de la fiesta. Al día siguiente, Jessi las invitó a otra celebración. Fue entonces cuando Ivonne desapareció.“El 28 de abril se comunican con mi esposa y nos dicen que mi hija está desaparecida. A partir de allí empieza una pesadilla para nosotros, todo ha sido muy trágico”, relató Tito.La joven había enviado mensajes de alerta a sus amigas. Uno de ellos decía: “Mor, si me pasa algo, fue esta persona, Jessi Escobar”. Otro mensaje, enviado a una amiga mexicana que estaba en El Cairo, incluía su ubicación y una súplica: que llamara a la Policía porque las iban a secuestrar.Un viaje soñado que terminó en pesadillaLa madre de Ivonne, Mary Sánchez, hablaba todos los días con su hija. “La veía feliz en fiesta. Alcancé a ver que cuando subió fotos de Egipto, cuando estaba por allá conociendo, yo sí sentía como una sensación ‘Dios mío, guárdamela, protégemela’, porque estaba muy lejos”, recordó.Tras recibir los mensajes de alerta, Tito y Mary comenzaron a investigar por su cuenta. “Es acompañante, como como dama de compañía. Tiene sus todas sus redes sociales cerradas”, dijo Tito sobre Jessi Escobar. En sus redes sociales, encontraron imágenes que les generaron inquietud: armas, poses provocadoras y un entorno que no les parecía seguro.Estefanía Bedoya, amiga de Ivonne y una de las últimas personas que estuvo con ella, nunca respondió los mensajes de los padres. “Ella jamás se comunicó con nosotros. Dice que había perdido su celular y que la habían intentado secuestrar también, cosas que dudamos mucho porque ella siempre estuvo comunicada con su familia, con sus amigas”, señaló Tito.Una cadena de hechos que no cuadra para los padresSegún lo que han podido reconstruir los padres, durante el festival Ivonne y Estefanía conocieron a tres hombres con los alias de ‘El doctor’, ‘El dealer’ y ‘El serbio’, todos amigos de Jessi. Consumieron éxtasis y bebidas energéticas, y luego fueron a otra fiesta. En algún momento, Ivonne escuchó una conversación que le generó desconfianza. Decidió bajarse del vehículo en el que iba y caminar hasta una gasolinera.“Nos dice el Consulado y la Fiscalía que hay unos videos de las cámaras de la gasolinera donde se ve que mi hija tiene como una discusión con esta persona trans”, explicó Tito.Desde esa estación de servicio, Ivonne cargó su celular y envió los mensajes de alerta. Según el relato de Estefanía, le insistieron a Ivonne que se fuera con ellos en un auto, pero ella se negó. “El relato es que mi hija sale caminando sola y que ahí desaparece”, añadió Tito.La caída sospechosa y el hospitalLa versión oficial indica que Ivonne subió hasta el sexto piso de un conjunto residencial y cayó desde allí. Fue encontrada en ropa interior y con graves lesiones. Su diagnóstico inicial fue neumotórax. Luego sufrió dos paros respiratorios, fue intubada y falleció a causa de un paro cardiorrespiratorio.Mary viajó a Egipto para estar con su hija. “Cuando la vi, yo pensé que se iba a levantar de la cama”, dijo. Pero al día siguiente, recibió la peor noticia: Ivonne había muerto.Solo le entregaron media hoja con la historia clínica. Le dijeron que su hija había caído de una gran altura. No hubo explicación clara sobre lo que ocurrió después de que Ivonne salió del festival.Una familia que exige respuestasLos Latorre son una familia de clase media que vive de una microempresa de confecciones. Ivonne soñaba con comprarles una casa con finca y volver a vivir en Colombia. A finales de 2024, pasó las fiestas con ellos y viajaron juntos por el país.Tito y Mary se han convertido en investigadores privados. No hablan inglés ni árabe, no tienen recursos, pero están decididos a entender qué pasó. “Si mi hija dejó un aviso de peligro, ella tenía miedo, porque su vida corría peligro”, concluyó Tito.La justicia egipcia cerró el casoEl cuerpo de Ivonne fue repatriado y sepultado en Medellín. La justicia egipcia cerró el caso concluyendo que fue un accidente, pero la familia no está conforme. El 14 de junio, Tito y Mary radicaron una denuncia por presunto homicidio ante la Fiscalía General de la Nación. La investigación en Colombia apenas comienza.“A mi hija le quitaron la vida, ya sea directamente que alguien la empujó o alguien le hizo daño o porque ella se vio acorralada y decidió quitarse la vida. Y si mandó mensajes de alerta es porque quería vivir. Ella no se lanzó por angustia o por drogas”, afirmó Tito.La familia Latorre busca conocer la verdad. Quieren saber qué pasó con Ivonne, por qué pidió ayuda, por qué terminó sola, por qué cayó desde un sexto piso. Quieren justicia para su hija, y por eso, no aceptan que todo se trató de un accidente.
La historia de Ivonne Daniela Latorre, una joven colombiana de 24 años que falleció en circunstancias aún no esclarecidas en Egipto, sacudió a su familia y a quienes la conocieron por su espíritu alegre y soñador. Su viaje a El Cairo, por la celebración de su cumpleaños y la asistencia al famoso Zamna Festival, terminó en tragedia. Hoy, sus padres, Tito Latorre y Mary Sánchez, se aferran a los últimos mensajes de su hija y creen firmemente que Ivonne no murió por un accidente. Esto contaron en Los Informantes.La joven llegó a Egipto el 24 de abril junto a su amiga Estefanía Bedoya, modelo y ex Miss Antioquia. “La veía feliz en fiesta”, recordó su madre. “Cuando subió fotos de Egipto, yo sí sentía como una sensación ‘Dios mío, guárdamela, protégemela’, porque estaba muy lejos”.Pero esa alegría se acabó rápidamente. Horas después de asistir al festival, Ivonne envió mensajes de auxilio a sus amigas. Poco después, fue encontrada en un hospital en estado crítico. “El 28 de abril se comunican con mi esposa y nos dicen que mi hija está desaparecida. A partir de allí empieza una pesadilla para nosotros, todo ha sido muy trágico”, relataron sus padres.Los mensajes que alertaron a sus amigasLos padres de Ivonne están aferrados a los últimos mensajes que su hija envió antes de desaparecer. Uno de ellos, dirigido a una amiga en Barcelona, decía: “Mor, si me pasa algo, fue esta persona, Jessi Escobar”. Otro mensaje, enviado a una amiga mexicana que estaba en El Cairo, incluía su ubicación y una importante solicitud: que llamara a la Policía porque “las iban a secuestrar”.“La chica mexicana dice que va a la Policía, pero que allá no le responden, que no se van a meter en eso, que eso es peligroso. Y a partir de ahí es donde mi hija pierde la conexión ya totalmente”, explicó Tito.Unos padres convertidos en investigadoresSin hablar inglés ni árabe, y a más de 11.000 kilómetros de distancia, Tito y Mary se convirtieron en investigadores privados tratando de reconstruir los últimos momentos de su hija. “Es acompañante, como dama de compañía. Tiene todas sus redes sociales cerradas”, dijo Tito sobre Jessi Escobar, la mujer trans colombiana que Ivonne conoció en el festival.Según lo que han podido reconstruir, Ivonne y Estefanía conocieron a tres hombres: ‘El doctor’, ‘El dealer’ y ‘El serbio’, todos amigos de Jessi. Consumieron éxtasis y bebidas energéticas, y luego fueron invitados a una fiesta luego de que terminara el festival. Fue en ese trayecto donde Ivonne comenzó a sentirse insegura.La última noche: cámaras, discusiones y una caída fatalIvonne decidió bajarse del auto en el que se dirigía a la fiesta y caminar hasta una gasolinera. Allí, según sus padres, tuvo una discusión con Jessi. “Nos dice el Consulado y la Fiscalía que hay unos videos de las cámaras de la gasolinera donde se ve que mi hija tiene como una discusión con esta persona trans”, relató Tito.Desde esa estación de servicio, Ivonne cargó su celular y al parecer ahí envió los mensajes de alerta. Según el relato de Estefanía, Ivonne se negó a subir al auto con los demás y decidió caminar sola. Fue la última vez que se le vio con vida.Horas después, apareció en un hospital, en coma. Su madre, quien nunca había salido del país, tuvo que viajar a Egipto. “Cuando la vi, yo sentí que ella se iba a levantar de la cama”, dijo Mary. Pero al día siguiente, recibió la peor noticia: Ivonne había fallecido.“Le quitaron la vida”: la versión que la familia no aceptaLa versión oficial indica que Ivonne cayó desde el sexto piso de un conjunto residencial. Fue encontrada en ropa interior, con graves lesiones. El diagnóstico inicial fue neumotórax. Luego sufrió dos paros respiratorios y murió por un paro cardiorrespiratorio.Pero sus padres no creen que haya sido un accidente. “A mi hija le quitaron la vida, ya sea directamente que alguien la empujó o alguien le hizo daño o porque ella se vio acorralada y decidió quitarse la vida. Y si mandó mensajes de alerta es porque quería vivir”, afirmó Tito.La historia clínica que recibió Mary en el hospital era apenas media hoja de papel. “Si mi hija dejó un aviso de peligro, ella tenía miedo, porque su vida corría peligro”, insistió Tito.Dudas en la versión oficial de la muerteEn cuanto a Estefanía Bedoya, la amiga que la acompañaba en este viaje, los padres se refirieron: “Ella jamás se comunicó con nosotros. Dice que había perdido su celular y que la habían intentado secuestrar también, cosas que dudamos mucho porque ella siempre estuvo comunicada con su familia, con sus amigas”.Estefanía no ha respondido los mensajes de los padres de Ivonne ni aceptó una entrevista con Los Informantes.Ivonne estudiaba economía en la Universidad de Antioquia. En 2021, conoció a un extranjero y se fue a vivir a Barcelona. Tras separarse, se independizó y comenzó a construir una nueva vida. A finales de 2024, regresó a Colombia para pasar las fiestas con su familia. Soñaba con comprarles una casa con finca a sus padres y volver a vivir en su país.Los Latorre son una familia de clase media que vive de una microempresa de confecciones, pero intentan obtener respuestas por todos los medios.El cuerpo de Ivonne fue repatriado y sepultado en Medellín. La justicia egipcia cerró el caso concluyendo que fue un accidente. Pero la familia no cree esta versión. El 14 de junio, Tito y Mary radicaron una denuncia por el presunto homicidio de su hija ante la Fiscalía General de la Nación.La investigación en Colombia apenas comienza. La familia espera que se esclarezcan las circunstancias de la muerte de Ivonne y que se haga justicia. “Ella no se lanzó por angustia o por drogas”, repitió Tito. “Ella quería vivir”.
El asesinato de Sonia Rocío Díaz Barrera, una joven comerciante de 30 años, causó conmoción entre sus seres queridos y los habitantes de Yopal, Casanare. La mujer fue brutalmente atacada en su propia vivienda mientras su hija de apenas 3 años presenciaba la escena. El crimen ocurrió el 2 de septiembre de 2021 y, desde ese momento, las autoridades enfrentaron un enorme desafío: esclarecer quién estaba detrás de este atroz hecho, pues las pistas encontradas en el lugar eran escasas y confusas.La mañana de aquel 2 de septiembre se convirtió en una pesadilla para la familia Díaz Barrera. Luzmila, madre de Sonia, fue la primera en presentir que algo no estaba bien cuando notó que su hija no había llegado a abrir el local de artesanías que atendía en la terminal de transporte de Yopal.Al llegar a la vivienda y abrir el portón, se encontró con una escena desgarradora: el cuerpo de Sonia yacía sin vida en la habitación. “Todo estaba lleno de sangre... Eso parecía una casa del terror. Yo hubiera dado mi vida por ella, eso es muy duro”, recordó entre lágrimas Luzmila en entrevista con Séptimo Día.Menor de edad presenció el crimenSegún las autoridades, el cuerpo presentaba múltiples heridas provocadas con un arma cortopunzante y, además, mostraba señales de que la víctima intentó defenderse. En la vivienda también se encontraba su hija Lucía, de apenas 3 años, quien presenció el crimen.“Se observaba bastantes heridas sobre su cuerpo. Tenía aproximadamente entre 15 y 20 heridas en diferentes partes de del cuerpo... No se pudo hallar el elemento con el que le causaron las heridas”, explicó el perito Edwin Fernando Suárez.Según sus familiares, Sonia no tenía enemigos. Por el contrario, era recordada como una mujer alegre, cariñosa, trabajadora y llena de sueños. Su mayor anhelo era ver crecer a su hija y cumplirle el deseo de celebrar sus 15 años, un proyecto de vida que quedó truncado tras ese trágico crimen.Huella de zapato: ¿de quién era?En la escena, los investigadores hallaron un rastro peculiar: una huella de zapato marcada en sangre. Sin embargo, las pruebas eran escasas y la tarea se complicaba aún más porque la zona no contaba con cámaras de seguridad que permitieran identificar quién había ingresado a la vivienda.La hipótesis de un robo fue descartada rápidamente. Las pertenencias de la víctima permanecían intactas, salvo por un detalle inquietante que su teléfono celular había desaparecido. Para los investigadores, ese indicio revelaba que el crimen tenía un trasfondo distinto a un simple hurto.La familia de Sonia señaló como principal sospechoso a Diego Andrés Suárez, su expareja, con quien había sostenido fuertes discusiones meses atrás, luego de dar por terminada la relación. Sonia y Diego fueron novios durante cinco años, tiempo en el que nació su hija Lucía. Sin embargo, la convivencia comenzó a deteriorarse hasta volverse insostenible.De acuerdo con los familiares, la separación se dio en muy malos términos. Incluso aseguraron que fue necesario recurrir a acuerdos legales para que Diego dejara de molestarla. Sin embargo, la tensión no cesó. Días antes del crimen, Sonia recibió de parte de Diego Andrés varios mensajes ofensivos y amenazantes, lo que para sus allegados fue una clara señal de que la situación podía escalar a un desenlace fatal.El mismo día del crimen, Diego Andrés Suárez acudió a las autoridades. Su vivienda fue allanada y su dispositivo móvil analizado. Según los registros, Diego no se encontraba en Yopal la noche del asesinato, sino en Tauramena, un municipio cercano donde llevaba varios meses residiendo.Nuevos testigos y pistas del crimenMientras tanto, otro hombre entró en el radar de la investigación: Pablo Abella, un conductor que había estado en contacto con Sonia poco antes de los hechos. Según algunos testigos, fue la última persona con la que se le vio con vida. Al parecer, intentaba entablar algún tipo de relación con ella. Sin embargo, tras avanzar la investigación, los peritos descartaron que estuviera vinculado al crimen.El caso dio un giro inesperado cuando apareció un nuevo nombre. Se trataba de Miguel Ángel, un joven de 19 años que vivía en el mismo barrio que Sonia. Según la investigación, trabajaba como ayudante de construcción y cerrajero, y había tenido contacto previo con Diego. Además, el sujeto portaba el celular de Sonia, que estaba extraviado en la escena del crimen.Además, la familia de Sonia recibió un testimonio clave de un allegado, quien aseguró haber visto y saludado a Diego la noche anterior al crimen, mientras se dirigía en motocicleta hacia Yopal. Esta versión no coincidía con la declaración de Diego ante las autoridades, quien afirmaba haber permanecido toda la noche en Tauramena.Una confesión lo cambio todoMiguel Ángel confesó ante las autoridades que había conocido a Diego apenas 15 días antes del asesinato. Según su relato, Diego lo contactó para abrir la chapa e ingresar a una vivienda, asegurándole que necesitaba recuperar un objeto que le habían robado.Lo que Miguel no sabía era que se trataba de la casa de Sonia. Durante la madrugada del crimen, Miguel abrió la puerta y Diego ingresó. Tras aproximadamente 15 minutos, salió con un teléfono celular en la mano y le ordenó a Miguel que se deshiciera del dispositivo, a cambio de un pago de $500 mil.“A los minutos de que entró escuché un grito que decía: ‘Ayuda, un ladrón’. Después, silencio. Pasados unos minutos escuché otra vez: ‘Ayúdame’... En ese momento tuve miedo. Si yo hubiera sabido que eso iba a pasar, no hubiera ido. A mí él me llevó con mentiras, yo solo iba a ir a abrir una puerta”, relató Miguel Ángel en Séptimo Día.Un dibujo alertó a las autoridadesEn medio de la investigación, Lucía, hija de Sonia y Diego, se convirtió en una pieza clave. Los psicólogos que trabajaron con la menor revelaron que ella realizó varios dibujos sobre lo que ocurrió el día del crimen.Según su relato, la niña manifestó que “el papá es un monstruo” y describió que ese día había mucha sangre. Aunque todavía es muy pequeña, Lucía reconoce claramente a sus padres y sus dibujos fueron considerados un indicio importante para la investigación.Captura del señaladoGracias a los testimonios y a las pruebas recolectadas, la Fiscalía señaló a Diego Andrés Suárez como el autor material del feminicidio de Sonia Díaz Barrera. Diego fue capturado el 19 de marzo de 2024 en Chía, Cundinamarca, y trasladado a Yopal para enfrentar el proceso judicial.El acusado nunca aceptó los cargos y aseguró ser inocente. En entrevista con Séptimo Día, afirmó: “La verdad, de pronto sí fui tóxico, pero yo no soy un asesino”.Diego fue condenado a 45 años y 8 meses de prisión, que cumple en la cárcel La Guafilla, mientras que Miguel Ángel continúa enfrentando un proceso judicial, y pidió perdón por lo ocurrido.Para la familia de la víctima, la herida sigue abierta. “La verdad que se arrepienta, que le pida perdón a su hija porque le quitó su madre. Lo más importante de uno como hijo es la mamá. Que le pida perdón a ella”, dijo una de las hermanas de Sonia.Lucía, la hija de Sonia, hoy tiene 7 años. Cada semana visita la tumba de su madre. Allí le habla, le escribe mensajes y le dice: “Te quiero mucho, mamá. Te amo y nunca te olvidaré”.
El 2 de septiembre de 2021, la tranquilidad de una familia trabajadora en Yopal, Casanare, se quebró para siempre. Ese día, Sonia Rocío Díaz Barrera, una joven comerciante de 30 años y madre cabeza de hogar, fue hallada sin vida dentro de su vivienda. El crimen ocurrió frente a su pequeña hija de tres años, quien presenció el brutal ataque. Séptimo Día investigó.“Yo abrí el portón y, desde ahí hasta la pieza, todo estaba lleno de sangre... Eso parecía una casa del terror. Yo hubiera dado mi vida por ella, eso es muy duro”, recordó Luzmila Barrera, madre de la víctima, quien con voz entrecortada narró el desgarrador momento en que encontró a su hija muerta en la habitación.Una vida de lucha y trabajoSonia era reconocida por sus vecinos como una mujer alegre, trabajadora y entregada por completo a su pequeña hija, Lucía. Creció en una familia humilde junto a tres hermanos, en medio de las dificultades económicas que enfrentaban a diario.A pesar de los tropiezos, su madre Luzmila logró sacar adelante a sus hijos con esfuerzo y sacrificio, manteniéndolos siempre unidos. Sonia, fiel a ese ejemplo, empezó a trabajar en el terminal de transporte de Yopal, donde vendía artesanías para sostener su hogar y garantizarle lo necesario a su hija. “Mi hermana era del trabajo a la casa y de la casa al trabajo. Todo el mundo sabe que siempre estaba con su niña para arriba y para abajo”, contó su hermano Jhon Díaz.Uno de sus mayores anhelos era ver crecer a su hija y llegar a celebrar con ella sus 15 años, un sueño que quedó truncado para siempre.Macabro hallazgoLas autoridades fueron alertadas sobre un atroz crimen dentro de una vivienda en Yopal. Sonia fue hallada sin vida sobre la cama, con múltiples heridas producidas con un arma cortopunzante.“Se observaba bastantes heridas sobre su cuerpo. Tenía aproximadamente entre 15 y 20 heridas en diferentes partes de del cuerpo... No se pudo hallar el elemento con el que le causaron las heridas”, explicó el perito Edwin Fernando Suárez.Lo primero que descartaron las autoridades fue que se tratara de un robo, pues todas las pertenencias de Sonia estaban intactas. Lo único que no se halló fue su celular. Esto llevó a la Policía a mirar otras líneas de investigación.Primeras pistas en la investigaciónTras la inspección en la vivienda, los investigadores hallaron una pequeña pista que marcaría el inicio de la investigación: unas huellas de zapatos. Otro detalle que generó inquietud fue el testimonio de algunos vecinos, quienes aseguraron que no escucharon gritos de auxilio o señales de alarma.Sin embargo, las pruebas eran escasas. En la zona no había cámaras de seguridad que permitieran establecer quién había entrado a la vivienda ni reconstruir con precisión lo ocurrido.Al parecer, Sonia no tenía enemigos, por lo que los investigadores centraron sus primeras indagaciones en su círculo más cercano. Entre las personas clave estaba su pareja, Diego Andrés Suárez Daza, con quien había sostenido una relación de cinco años y con quien tuvo a su pequeña hija, Lucía.Al inicio, todo parecía una historia de amor estable, pero con el tiempo la relación comenzó a deteriorarse, según comentó su familia.“Él empezó con infidelidades, malos tratos y la relación se volvió tóxica. Hasta que llegaron al punto de separarse y no pudieron vivir más”, afirmó Diana Niño, amiga y vecina de Sonia.Al parecer, la relación había terminado en muy malos términos. Hubo denuncias ante la Fiscalía y, finalmente, ambas partes llegaron a un acuerdo que prohibía a Diego acercarse a Sonia. Por eso, cuando se conoció el crimen, la familia de la joven no dudó en señalarlo de inmediato como principal sospechoso, más aún porque días antes él le había enviado mensajes ofensivos.Hallazgo de un celular y otro presunto señaladoEl mismo día de los hechos, Diego Andrés Suárez se presentó en la estación de Policía de Tauramena, asegurando que era inocente frente al homicidio de su expareja. De inmediato, las autoridades se desplazaron hasta su vivienda, ubicada a unos 100 kilómetros de Yopal, donde había ocurrido el crimen de Sonia.“Verificado el calzado de Diego, no correspondía a la huella encontrada allí en la escena donde fue hallada Sonia, donde tampoco encontramos ropa que tuviera algunos fluidos o manchas correspondiente a sangre”, reveló Freddy Niño, el subintendente e investigador criminal del caso.Lo único que encontraron las autoridades en la vivienda fueron dos teléfonos celulares, que fueron analizados minuciosamente. Los registros de telefonía ubicaron el celular de Diego en Tauramena el día del crimen. A primera vista, todo parecía indicar que no podía ser el responsable.Diego aseguró a las autoridades que, para ese momento, Sonia mantenía una relación sentimental con Pablo Abella, un conductor de la empresa de transporte. Él habría sido la última persona en verla con vida y, según versiones, también la pretendía. Sin embargo, tras avanzar la investigación, los peritos descartaron que estuviera vinculado al crimen.En enero de 2022 se produjo un hallazgo clave. El teléfono de Sonia, desaparecido desde la madrugada del asesinato, terminó por convertirse en la pieza central de la investigación. Meses después, las autoridades lograron rastrearlo y lo ubicaron en un almacén de celulares, donde los propietarios señalaron al joven que lo había dejado allí: un muchacho de aproximadamente 19 años. Se trataba de Miguel Ángel, residente en el barrio Bicentenario de Yopal, donde vivía Sonia.Según sus vecinos, Miguel Ángel se desempeñaba como cerrajero y ayudante de construcción. El joven afirmó que ya no tenía en su poder el celular de Sonia porque, según él, se le había caído en la obra y dañado.Testimonio claveAl mismo tiempo, las autoridades recibieron el testimonio de un allegado a la familia, quien aseguró haber visto y saludado a Diego la noche previa al crimen, cuando ingresaba a Yopal en una moto. Una versión que no coincidía con lo declarado por él ante las autoridades.Posteriormente, Miguel Ángel confesó que la madrugada del crimen se encontró con Diego, quien le pidió ayuda para abrir la chapa de una vivienda. Según su relato, después de unos 15 minutos, Diego salió con un celular en la mano y le ordenó que se deshiciera de él. Además, le realizó un pago de 500.000 mil pesos.“Él me dijo que necesitaba recuperar algo que le habían robado. Yo no sabía quién vivía ahí... A los minutos de que entró escuché un grito que decía: ‘Ayuda, un ladrón’. Después, silencio. Pasados unos minutos escuché otra vez: ‘Ayúdame’... Me llevó con mentiras, yo solo iba a ir a abrir una puerta”, relató al equipo de Séptimo Día.Captura y condenaEl 19 de marzo de 2024, las autoridades capturaron a Diego Andrés Suárez en Chía, Cundinamarca, y lo trasladaron a Yopal para responder por el crimen. Durante las audiencias, el acusado no aceptó los cargos.Meses después, el 10 de julio de 2025, el Juzgado Segundo Penal del Circuito de Yopal lo condenó a 45 años y 8 meses de prisión por el feminicidio de Sonia Díaz Barrera. Por otro lado, Miguel Ángel continúa enfrentando un proceso judicial, aunque ha pedido perdón por lo ocurrido.El caso de Sonia, según su familia, refleja la dura realidad de muchos feminicidios en Colombia: hechos que pudieron haberse evitado si las medidas de protección hubieran sido más rigurosas y efectivas frente a las conductas violentas de su expareja.En lo que va de 2025, el Observatorio Colombiano de Feminicidios reporta cerca de 500 mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas sentimentales.
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En la apartada localidad de Porvenir, ubicada en la Región de Magallanes en Chile, ha surgido una figura inesperada que ha conquistado tanto los pasillos de una comisaría como el corazón de miles de personas en internet. 'Naruto', un felino con su propio chaleco policial y conocido afectuosamente como 'General Michi' o 'Catbinero', se ha convertido en mucho más que una mascota para la Tercera Comisaría local. Su historia es un testimonio de compasión y del poder transformador que un animal puede tener en un entorno formal y, a veces, desafiante.El rescate de 'Naruto' inició con la intervención del cabo Cristian Garrido, quien contó la historia para CNN. Durante una jornada de guardia, Garrido observó a un pequeño gato en una situación de vulnerabilidad extrema, huyendo de perros, visiblemente "aterrorizado y con miedo" y expuesto al inclemente frío. El cabo' tomó la decisión de brindarle refugio dentro de la comisaría. Este acto de bondad marcó el comienzo de una nueva vida para 'Naruto', quien rápidamente dejó atrás su estado de abandono para integrarse en la rutina diaria de la unidad. Su carisma y su presencia constante le valieron los apodos de 'General Michi' y 'Catbinero', apodos que reflejan el afecto y la admiración que ha generado en la institución y más allá.La función de 'Naruto' en la comisaría va más allá de lo simbólico. El felino no solo acompaña a los funcionarios en sus rondas y actividades cotidianas, sino que ha asumido un rol fundamental en el apoyo emocional a la comunidad. Su presencia es una fuente de cercanía para aquellos ciudadanos que acuden a la comisaría para realizar denuncias o trámites, a menudo en situaciones de estrés o angustia. El carabinero Ricardo Tereucan ha explicado cómo esta interacción es particularmente valiosa para víctimas de "delitos de mayor connotación social". Al acercarse a estas personas, permitiendo que le acaricien, 'Naruto' ofrece una distracción gentil y un punto de contacto que ayuda a aliviar la tensión y el miedo, proveyendo un consuelo silencioso y efectivo. Su capacidad para calmar a víctimas de delitos destaca su rol único en la comunidad.Esta conmovedora historia no tardó en captar la atención del público, convirtiéndose en un fenómeno viral en las redes sociales. Las imágenes de 'Naruto', luciendo su uniforme y patrullando se ganaron el cariño de varios usuarios, fortaleciendo el vínculo entre la policía y la comunidad de Porvenir. Su historia es un ejemplo palpable de cómo la empatía y la interacción con los animales pueden humanizar espacios y ofrecer una perspectiva distinta sobre el servicio público, demostrando que incluso en los momentos más difíciles, un simple acto de afecto puede marcar una diferencia.Naruto, el 'Catbinero' de Porvenir, es hoy un símbolo viviente de la capacidad de recuperación y de la bondad. De ser un gato asustado y sin hogar, se ha transformado en un pilar de apoyo emocional y un querido miembro de la fuerza policial, cuya misión continúa brindando confort y esperanza a quienes transitan por la comisaría.ANDRÉS ADAMESNOTICIAS CARACOL
La Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, el Instituto Distrital de las Artes (Idartes), la Fundación Gilberto Alzate Avendaño (Fuga), y la Secretaría de Gobierno de Bogotá anunciaron el lanzamiento de la nueva versión del programa Más Cultura Local para este 2025, que beneficiará de forma directa a más de 1.000 ciudadanas y ciudadanos con incentivos a 285 iniciativas priorizadas en 18 localidades de la ciudad, por un valor aproximado de 12.700 millones de pesos.El programa cuenta con el apoyo de 20 Fondos de Desarrollo Local, e invertirá en múltiples acciones más de 30 mil millones de pesos para seguir fortaleciendo los procesos culturales de cada una de las localidades de Bogotá. Estas acciones incluyen iniciativas priorizadas, convocatorias públicas y el nuevo componente de Conexiones y Proyección Cultural, que articula redes, circulación y oportunidades para la proyección local, nacional e internacional.Esta nueva versión, según el Distrito, "incluye hackatones locales, mentorías, bancos de apoyos solidarios, ruedas de negocios, así como la movilidad entre ciudades y países, promoviendo el intercambio de experiencias y redes". Asimismo, se ofertarán a través de convocatorias públicas 674 estímulos en las 20 localidades de Bogotá, por más de 17.200 millones de pesos y se darán reconocimientos a personas expertas para evaluar y fortalecer proyectos e iniciativas culturales.El programa Más Cultura Local, que nació en 2020, se ha consolidado como una herramienta clave para impulsar la cultura como motor de transformación en las localidades de Bogotá. "A través de incentivos, estímulos y reconocimientos, ha respaldado a cientos de personas que construyen ciudad a partir de la fuerza, diversidad y riqueza de sus prácticas artísticas, culturales y patrimoniales", indicó el Distrito.A partir del 27 de agosto, la ciudadanía podrá acceder a las convocatorias de Más Cultura Local 2025 a través de la plataforma SICON. Dicha página web también tiene convocatorias dentro del marco del Programa Distrital de Estímulos, que busca fortalecer los procesos y las iniciativas privadas desarrolladas por agentes artísticos, creativos, culturales y patrimoniales. Las convocatorias estás dirigidas a tres tipos de participantes: personas naturales, personas jurídicas y agrupaciones.NOTICIAS CARACOL
Andrés Cadavid jugó fútbol profesional durante más de 15 años, en los cuales defendió las camisetas de clubes como Huila, Patriotas, América, Deportivo Cali, San Luis, de México, Envigado, Colón, de Argentina, Millonarios, Independiente Medellín y Llaneros. En ese tiempo tuvo la oportunidad de trabajar con todo tipo de entrenadores, de diferentes nacionalidades, y en una extensa entrevista en nuestra sección el 'Anecdotario' de Gol Caracol hizo la elección de los tres mejores profesionales que lo dirigieron en ese recorrido."Los mejores DTS que tuve fueron Russo (Miguel) y Lillo (Juan Manuel) por todo lo que me enseñaron. Ellos supieron coger el equipo (Millonarios) y lo moldearon, lograron muchas cosas y pues al final quedaron muchas enseñanzas", dijo el antioqueño cuando se tocó ese tema.Este hombre, de 49 años y ya retirado de la actividad profesional, también destacó que "Russo y Lillo sacaron lo mejor de Cadavid. Por suerte, ellos hicieron parte de todo este proceso, de enseñarle a uno, fueron dos entrenadores que hicieran las cosas muy bien, pero no solamente para el fútbol, sino para las otras cosas de la vida. Por algo Lillo es para Pep Guardiola su papá y Russo con solamente una palabra resolvía las cosas. Eso fue lo que los hizo diferentes". Pero Andrés Cadavid no solamente destacó al argentino y al español y fue ahí el momento en el que apareció sobre la mesa el nombre de un adiestrador colombiano. "No me preguntó por el top-3 y ahí tengo que decir que David González entra ahí. Con él quedé, en Medellín, campeón de Copa, y subcampeón de Liga. Él tiene el palito para enseñar, eso es difícil; jugó en Europa y de explicar las cosas sabe, de entregar los mensajes. Además, que tiene un buen equipo detrás, sus asistentes también son un aporte fundamental", destacó.Con respecto al recientemente despedido entrenador de Millonarios, el antioqueño también apuntó que "en los cuerpos técnicos es importante tener a alguno o a algunos que hayan jugado fútbol, pero en el caso de David tiene detrás a gente que come fútbol, que no llegaron a ser futbolistas, pero que cumplen sueños estando desde otro rol. Esos que comen fútbol te nutren, te dan información, son grandes complementos". Vea acá la entrevista completa de Andrés Cadavid en el Anecdotario de Gol Caracol
Ha pasado más de medio mes desde que las autoridades de Bogotá hicieron un trágico hallazgo. El pasado 10 de agosto, en un predio del barrio Los Laches, fue hallado el cuerpo sin vida de Harold Aroca, un menor de edad que duró cinco días desaparecido en la capital del país y que apareció con signos de aparente asesinato y tortura. El último día en que lo vieron fue el pasado martes 5 de agosto. Aquel día, el menor llegó de clases, almorzó en casa y se dirigió hacia las canchas en las que entrenaba fútbol. Desde entonces, tal como dijo su madre al noticiero Citytv, no se tuvo información sobre el paradero del adolescente. En algunos videos de cámaras de seguridad que fueron grabados ese día se evidencia cómo el joven era abordado por un grupo de personas, quienes lo arrinconaron y al parecer lo intimidaron con un arma de fuego. Las autoridades manejan una principal línea de investigación: el adolescente podría haber sido utilizado por redes de microtráfico que operaban en la zona, y estas mismas habrían acabado con su vida como forma de venganza. Sin embargo, la madre del Harold Aroca plantea una versión distinta, en la que asegura que el crimen de Aroca habría ocurrido porque él comentó en su colegio que conocía a los responsables de un homicidio reciente en el sector. "Mi hijo llegó al colegio el día lunes diciendo que sabía quién había cometido un homicidio. Dicen, a mí no me consta nada, que del salón se salió la información. El martes mi hijo llega de estudiar, almuerza, se cambia y se va al entrenamiento", relató la madre de Aroca al noticiero mencionado.La madre también señaló que, una vez se reportó la desaparición del joven, comenzó a emitir varias alertas a las autoridades, pero estas aparentemente no fueron atendidas de forma inmediata. Según declaró al canal informativo de Bogotá, el jueves —segundo día de la desaparición— ella advirtió a la Policía que había recibido información preocupante sobre su hijo: ese mismo día, después del entierro de la víctima del homicidio mencionado previamente, se planeaba asesinarlo."El día jueves fue el entierro de la persona (la del homicidio antes de la desaparición de Aroca). Hubo disparos porque yo estaba ahí, entonces el Gaula como que se retiró para no poner mi vida en peligro. Y ya ese día me la llega información de que la demora es que lleguen del entierro y van a asesinar a mi hijo. Ahí, obviamente, yo pido ayuda, pero pues no pasa nada", dijo la mujer al canal informativo.Tras crimen de Harold Aroca, Defensoría del pueblo se pronunció e hizo fuerte llamadoEn un reciente comunicado, la Defensoría del Pueblo exhortó a las autoridades a adelantar investigaciones "exhaustivas e independientes para esclarecer el homicidio de Harold Aroca". Dicha entidad dijo que, tras haber llevado a cabo un detallado seguimiento, pudo evidenciar "falencias en los mecanismos de prevención, atención y reacción oportuna, así como de la búsqueda urgente de personas desaparecidas. Este caso es de especial gravedad porque comprometió la vida de un adolescente que es sujeto de especial protección constitucional".Producto de esta situación, la entidad hizo un llamado a la Fiscalía General de la Nación para "dar prioridad y actuar con celeridad en la investigación de los hechos, garantizando a su familia el acceso efectivo a la justicia, a la verdad y a la reparación". De la misma manera, le hico una solicitud a la Policía Nacional para que esta institución revisara los protocolos aplicados en la activación de la ruta y su correspondiente acompañamiento; más aún, en casos en los que se involucran menores de edad, quienes requieren de mayor protección constitucional. "Solicitamos, además, que toda la información disponible en sus equipos técnicos y humanos sea entregada de manera inmediata a la Fiscalía General de la Nación para contribuir al esclarecimiento de los hechos", dijo la Defensoría.JULIÁN CAMILO SANDOVALNOTICIAS CARACOL DIGITALJSANDOVAL@CARACOLTV.COM.CO
Un vuelo de Boliviana de Aviación (BoA), que cubría la ruta entre La Paz (Bolivia), a Miami (Estados Unidos) se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en Barranquilla este lunes 25 de agosto. El motivo fue una complicación médica que sufrió uno de sus pasajeros en pleno vuelo, quien posteriormente falleció.La aeronave, que transportaba el vuelo OB762, desvió su trayectoria hacia el aeropuerto Ernesto Cortissoz de Barranquilla, capital del Atlántico. Según la información proporcionada por la aerolínea, la tripulación activó de inmediato los protocolos de atención ante un problema médico reportado a bordo. Esta decisión fue crucial y demostró la rápida respuesta ante la situación crítica.Al tocar tierra en Barranquilla, el personal médico del aeropuerto ya se encontraba en espera, preparado para brindar la asistencia necesaria. A pesar de los esfuerzos de reanimación y la atención especializada brindada tanto por la tripulación como por el personal en tierra, lamentablemente el viajero falleció minutos después de la llegada del vuelo. Este desenlace ha sido confirmado por los reportes oficiales brindados por la propia aerolínea.Boliviana de Aviación emitió un comunicado expresando sus más sentidas condolencias a la familia y allegados del pasajero, además de reafirmar su compromiso de brindar todas las facilidades y la colaboración necesaria a las autoridades competentes, así como a los familiares, para los procedimientos que sean requeridos. "La seguridad y el bienestar de sus pasajeros son una prioridad fundamental en todas sus operaciones", según dijo BoA.El aeropuerto Ernesto Cortissoz, que sirvió como punto de escala de emergencia, activó todos los protocolos de seguridad y asistencia establecidos para este tipo de situaciones. La aeronave permaneció en la pista el tiempo necesario para que las autoridades y el personal médico llevaran a cabo los procedimientos correspondientes. Los demás pasajeros y la tripulación vivieron momentos de considerable angustia, siendo testigos de la atención médica a bordo y de la confirmación de la trágica noticia una vez en tierra.De acuerdo con varios medios, la aerolínea ha asegurado que está colaborando plenamente con las autoridades bolivianas y colombianas para esclarecer los hechos y asistir a los familiares en todos los trámites necesarios.Comunicado por parte de la Aeronáutica Civil Por su parte, la Aeronáutica Civil compartió en X un comunicado comentando la situación. "Al mediodía, el Centro de Control de Operaciones del aeropuerto recibió el llamado informando sobre un pasajero en estado crítico de salud e inconsciente. De inmediato, se activaron los protocolos establecidos en los Reglamentos Aeronáuticos de Colombia, con la coordinación del personal aeroportuario y servicios médicos aeroportuarios", indicó."La aeronave aterrizó a las 12:20 horas y, a bordo, un médico que viajaba como pasajero se encontraba realizando maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), que se habían mantenido durante algunos minutos, incluyendo una descarga con desfibrilador externo automático, sin obtener respuesta", agregó. El paciente fue recibido por el personal de Sanidad Aeroportuaria y fue trasladado en ambulancia al Hospital Universidad del Norte, donde se continuaron los procedimientos médicos. "Lamentablemente, a las 13:05 horas, el equipo de urgencias del hospital confirmó el fallecimiento del pasajero", añadió.Por último, el comunicado afirmó que la Aerocivil expresa sus condolencias a la familia del pasajero y reitera "el compromiso de trabajar bajo el principio de excelencia con humanidad", asegurando la aplicación de los procedimientos establecidos para atender este tipo de eventualidades.ANDRÉS ADAMESNOTICIAS CARACOL