La Policía de Zimbabue informó sobre el arresto de tres sepultureros y de su jefe por la profanación de unas 380 tumbas para revender esos espacios para nuevos cadáveres, deshaciéndose de los restos humanos iniciales."El Servicio de Policía de Zimbabue confirma el arresto de Edwin Muronzi, Tinashe Chiguma (32 años), Moses Gwanya (19 años) y Kudakwashe Humure (21 años) en conexión con la violación masiva de aproximadamente 380 tumbas y cuerpos" en el cementerio Restland Memorial Park de Harare, la capital, señaló en un comunicado recogido este viernes, 6 de diciembre de 2024, por medios locales el portavoz policial Paul Nyathi.Según el relato policial, Chiguma fue arrestado el pasado 4 de diciembre después de que afirmara haber tenido visiones de personas muertas que le pedían conocer el paradero de sus seres queridos.(Lea también: Hombre que había sido dado por muerto despertó minutos antes de ser cremado)En su declaración a la Policía, "Chiguma involucró en los hechos a su empleador, Edwin Muronzi, y a Moses Gwanya y Kudakwashe Humure, lo que llevó a su arresto", detalló Nyathi.¿Cómo operaba este grupo para profanar las tumbas?La investigación de las fuerzas de seguridad reveló que Muronzi empleó como sepultureros a los tres hombres y a otros que están fugados y les pagó entre 15 y 20 dólares (entre 66.000 y 88.000 pesos colombianos) por cada tumba que vaciaban."Presuntamente, los sepultureros recibieron instrucciones de Edwin Muronzi para cavar en las tumbas para dejar espacio para nuevas tumbas y entierros", señaló el comunicado.¿Qué hicieron con los cadáveres?Así, los detenidos empaquetaban en sacos los restos de esqueletos humanos y los envolvían en la tela utilizada durante los entierros antes de arrojarlos a una zanja o una presa situada detrás del cementerio. También se deshacían de los objetos tradicionales con los que fueron enterrados los fallecidos.Al parecer, "Muronzi y su equipo entonces revendían las tumbas a nuevos clientes para enterrar a sus seres queridos sin que sospecharan nada después de limpiarlas y prepararlas".Nyathi aseguró que un equipo policial, incluyendo agentes forenses, está llevando a cabo una investigación para detectar las tumbas profanadas e identificar la identidad de los restos humanos.(Lea también: Con biblia y cuchillo en mano: así robaba alias El Negro en buses municipales)
En Zimbabue, África, una estudiante de 17 años murió tras ser mordida por una mamba negra, una de las serpientes más venenosas del mundo. Se conoció que el hecho ocurrió en el salón de clases en el que se encontraba la menor de edad.Conforme a lo reportado por The Herald of Zimbabue, la menor murió 30 minutos después de ser mordida por la serpiente. El animal la atacó en la zona del muslo. Sus compañeros mataron al reptil después del incidente.El papá de la menor fallecida aseguró que ella fue trasladada a un centro médico, pero falleció por el veneno: "Mi hija tenía un gran potencial y le encantaba ir a la escuela. Tenía grandes esperanzas puestas en la educación".Según el director del colegio, la menor de edad volvió al salón después de realizar actividades deportivas y cuando se sentó en la silla gritó que un animal la había mordido.Lamentablemente fue la mamba negra, un animal que tiende a ser "rápido, nervioso y agresivo cuando se siente amenazado"."Los alumnos descubrieron a la serpiente y todos entraron en pánico. Algunos saltaron por la ventana, otros llevaron a la niña afuera para que recibiera ayuda. Sus padres llegaron en compañía de alguien con hierbas", complementó el director.El subdirector provincial de Educación de ese país manifestó sus dudas por cómo entró la serpiente al colegio: "Un aldeano vio a la serpiente cerca de una montaña. Se informa que cruzó la carretera después de que alguien la atacara. Necesitamos mejorar la gestión del riesgo de desastres".
Un trágico hecho ha sido denunciado luego de que dos pacientes escaparan de un hospital psiquiátrico y, al parecer, uno de ellos fuera devorado por cocodrilos cuando intentó cruzar un río infestado por estos reptiles.Además: Caníbal escapó del centro psiquiátrico donde estaba recluido y atacó brutalmente a una mujerEl hecho fue dado a conocer por el centro médico Nhomahuru en la provincia de Masvingo, en Zimbabue, cuando los enfermeros del lugar iban a administrarles los medicamentos pero no lograron encontrarlos.Luego de dar a conocer los hechos, la Policía recibió una llamada en la que informaban haber visto a una persona vistiendo una bata del hospital psiquiátrico e intentando cruzar el río Tugwi, informaron las autoridades.Según la persona que brindó la información sobre lo que ocurría en el caudal, el paciente, identificado después como Courage Mutsaru, fue devorado al lanzarse al agua para intentar pasar al otro lado.Hasta el momento, las autoridades solo han encontrado en el agua la bata que llevaba el hombre y siguen en busca de los restos, comunicaron medios locales.Por su parte, el otro paciente del hospital psiquiátrico no ha sido localizado, aunque fuentes extraoficiales afirman que se encuentra en otra ciudad.En otras noticias: Encuentran bola de pelos del tamaño de una pelota de rugby en el estómago de una niña de 13 años
Un hombre de 26 años fue inculpado este viernes de "asesinato" tras la muerte el mes pasado de su esposa, Anna Machaya, de 14 años, durante el parto.Policía se enamoró de sospechoso al que investigaba y lo ayudó a escaparEl fallecimiento de la joven, el 15 de julio, provocó indignación en las redes sociales. La ONU y varias oenegés condenaron las circunstancias del deceso, y una petición popular recogió más de 92.000 firmas.El matrimonio antes de los 18 años es ilegal en Zimbabue desde 2016 y la edad de consentimiento para relaciones sexuales está fijada en 16 años. Sin embargo, es uno de los países africanos donde los matrimonios de menores son más habituales.¿Por qué lo acusan de asesinato?El marido, Hatirarami Momberume, fue detenido esta semana y presentado el viernes ante un tribunal de Mutare, acusado de "asesinato" por no haber conducido a su esposa al hospital cuando empezó a dar a luz, a pesar de que "sabía que había un riesgo real o posibilidad de que su conducta (...) pudiera causar la muerte", según documentos de los que la AFP obtuvo copia.Pareja “adoradora de Satán” es acusada de asesinar a dos personas para un ritoAdemás, es acusado de relaciones sexuales con una menor.Las parteras que se ocuparon de Anna Machaya también comparecieron ante el tribunal y podrían ser también inculpadas, así como los padres de la menor.Según las estadísticas oficiales, un tercio de los casamientos en Zimbabue se realizan con una joven menor de edad, y en las zonas rurales son una de cada dos.Video: trágico accidente de paracaidista que murió durante un evento
Mark Muradzira, de 27 años, es un líder de jóvenes en la Iglesia de los Santos Resucitados en Bindura, Zimbabue, quien por poco muere producto de la desnutrición que le causó someterse a un ayuno en busca de un regalo de Dios.El joven se propuso ayunar durante 40 días y 40 noches asegurando que de lograrlo se le recompensaría con un Lamborghini, el auto de los sueños de su novia.Para buscar alcanzar su meta Muradzira se escondió en la montañas puesto que así nadie lo obligaría a comer.Pasados 33 días y 33 noches, fue rescatado por un amigo cercano. Muradzira estaba frágil y casi irreconocible, aseguró quien lo rescató.El obispo líder de la Iglesia dijo que era lamentable que Muradzira hubiera decidido ayunar por un Lamborghini. “Al menos debería haber ayunado por un trabajo, ya que está desempleado”, manifestó el religioso.Miembros de la Iglesia y amigos del joven decidieron juntar dinero para entre todos comprarle el auto, pero desistieron al enterarse de que necesitarían más de 400.000 dólares (aproximadamente 1.492.946.202 millones de pesos).Al ser rescatado, fue trasladado a Muradzira al hospital y ya muestra signos de recuperación.
La noticia fue anunciada por el actual presidente zimbabuense, Emmerson Dambudzo Mnangagwa, en su cuenta de Twitter. “Con gran tristeza, anuncio el fallecimiento del padre fundador y ex presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe”, señaló el mandatario zimbabuense. Agregó en el trino: “fue un ícono de la liberación, un panafricanista que dedicó su vida a la emancipación y el empoderamiento de su pueblo. Su contribución a la historia de nuestra nación y continente nunca será olvidada. Que su alma descanse en paz eterna”. Mugabe falleció en un hospital de Singapur rodeado de su familia y su esposa, Grace, según el medio local ZimLive. El expresidente de Zimbabue estaba ingresado y recibía tratamiento médico en la ciudad asiática desde hacía cinco meses. Robert Mugabe ostentó el poder en Zimbabue durante 37 años -desde su independencia del Reino Unido, en 1980- antes de ser derrocado en un golpe de Estado en noviembre de 2017. Este suceso se produjo en respuesta a la decisión de Mugabe de despedir a su entonces vicepresidente, Emmerson Mnangagwa, en medio de tensiones entre éste y la primera dama, Grace, sobre quién debía ser su sucesor. Mugabe dimitió el 21 de noviembre y fue reemplazado tres días más tarde por Mnangagwa, de 76 años, un relevo histórico que provocó el júbilo en las calles de un país próspero que el expresidente había llevado a la ruina.
Hay cinco casos confirmados en la ciudad de Beira y temen que también aumenten la malaria y enfermedades respiratorias por la situación de los damnificados. La presencia de agua contaminada, junto a la falta de agua potable y en muchas zonas de los productos necesarios para su purificación, ha propiciado la aparición de esta enfermedad, bastante común en este tipo de crisis humanitarias. En Mozambique, el país más duramente golpeado por el paso de Idai, esta catástrofe ha dejado, de momento, 468 muertos y 1.500 heridos y una situación que, según Médicos Sin Fronteras (MSF), "sigue siendo muy complicada". "Sabemos que las acciones de ayuda en la zona van a llevar meses, pero lo que es seguro es hará falta al menos un año para que la población pueda regresar a la normalidad", dijo en una entrevista telefónica la coordinadora general de MSF en Mozambique, Caroline Rose. Para esta experta, quien dirige desde Maputo las operaciones de su organización en la zona del desastre, existe "una enorme necesidad" desde el punto de vista médico, sobre todo después de que varios centros sanitarios quedaran destrozados por el ciclón. "No solo hay una preocupación por el cólera, también pueden aumentar los casos de malaria y de enfermedades respiratorias, ya que algunas personas están durmiendo a la intemperie", señaló la coordinadora. Rose destacó que ahora lo "urgente" es que las agencias y oenegés coordinen sus esfuerzos, ya que muchas organizaciones han llegado a la zona y resulta necesario ver quién hace qué. La ONG Plan Internacional, que también envió a especialistas en ayuda humanitaria al área siniestrada, alertó de que más de un millón de niños y niñas "necesitan ayuda urgente", ya que muchos están separados de sus familias y traumatizados por el desastre. "Sabemos que alrededor de un millón de niños y niñas están en una situación de emergencia y necesitan de forma urgente comida, agua, medicamentos, protección y educación", aseguró la directora general de Plan Internacional en España, Concha López. Más de un millón de personas resultaron damnificadas a causa de las inundaciones provocadas por el ciclón Idai en Mozambique, muchas de ellas con necesidad de asistencia urgente para sobrevivir, indicó MSF, que reclamó una respuesta "a gran escala". "La cadena de suministros se ha roto y eso provoca falta de alimentos, agua potable y atención médica", afirmó el coordinador de emergencias de MSF en Beira Gert Verdonck, al subrayar que el ciclón dañó el sistema de suministro de agua de la ciudad. Por eso, matizó, "muchos habitantes carecen de agua potable. Esto significa que no tienen más remedio que beber de pozos contaminados. Algunas personas incluso recurren a beber el agua estancada junto a la carretera. Esto se traduce en un aumento de pacientes que padecen diarrea". Este martes, el portavoz de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Saviano Abreu, ya advertía del aumento de personas en centros de acogida en Beira con fuertes diarreas y síntomas de deshidratación y confirmaba la activación un protocolo de actuación contra el cólera. Aunque las inundaciones han ido disminuyendo y la ayuda ha comenzado a llegar por carretera a zonas hasta hace unos días inaccesibles de Mozambique, la situación todavía es extrema para 1,85 millones de personas que se encuentran en riesgo de inseguridad alimentaria. En Maputo aterrizó un avión de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) cargado con tiendas, mosquiteras, mantas y bidones de agua, mientras se espera que otros dos aparatos lleguen a Zimbabue y Malaui esta semana, con el fin de brindar apoyo a unas 300.000 personas. El ciclón tocó tierra cerca de Beira el 14 de marzo, al día siguiente se movió hacia Zimbabue, si bien, antes de llegar a Mozambique, ya había azotado a Malaui como tormenta tropical. Idai ha causado, hasta la fecha, unos 700 muertos en esos tres países. Le puede interesar:África enfrentará epidemia de enfermedades infecciosas por ciclón que deja más de 700 muertos
En Mozambique y Zimbabue el número de víctimas fatales por el paso de Idai sigue en aumento, reconocieron autoridades. El agua comienza a descender. En Mozambique, el país más afectado por el ciclón que golpeó el 14 de marzo África austral, "el número de muertos desafortunadamente se elevó", anunció el ministro del Ambiente Celso Correia. "Ayer (sábado), teníamos 417 muertos y hoy 446 muertos" porque "hemos recibido informaciones de zonas que hasta ahora estaban aisladas", agregó desde la ciudad de Beira (centro), parcialmente devastada por el ciclón. En el vecino Zimbabue, las inundaciones catastróficas y deslizamientos de tierra han dejado 259 muertos, según la ONU, y cerca de 200 desaparecidos, entre ellos 30 escolares. "El balance podría subir porque hay zonas que hasta ahora estaban aisladas y empiezan a ser accesibles", advirtió el domingo la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Gracias al descenso de las aguas que continuaba, los socorristas prosiguieron sus operaciones de distribución de alimentos y de reconstrucción de las rutas. Sin embargo, el gobierno mozambiqueño y los asistentes humanitarios están alertando sobre la aparición de enfermedades transmitidas por el agua, dado el estancamiento de las aguas y la promiscuidad en los centros de refugio. "Es inevitable que aparezcan casos de cólera y paludismo", estimó el ministro Correia, precisando que se instaló "un centro de tratamiento de cólera". La Cruz Roja anunció el viernes los primeros casos de cólera en Mozambique, pero las Naciones Unidas y Maputo afirmaron que todavía ellos no tenían casos registrados. "Habrá enfermedades trasmisibles por el agua", advirtió de su lado Sebastian Rhodes-Stampa de OCHA. "Pero si (...) ya tenemos centros instalados, seremos capaces de gestionar la situación", agregó. Logística de pesadilla Casi dos millones de personas resultados afectadas por el ciclón y sus inundaciones en África austral. En Mozambique, más de 100.000 personas encontraron albergue en los centros de refugio de emergencia, especialmente colegios. En Beira, los supervivientes se pelean por obtener comida y vestimenta, mientras que la Cruz Roja intenta reunir a los miembros de familias dispersas. "Yo no sé dónde está mi marido", dijo en Beira Céleste Dambo, quien fue rescatada por un barco de pesca en Buzi, uno de los distritos más afectados. Esta mujer está durmiendo en el suelo, con sus tres hijos, en el gimnasio de la escuela Samora Machel en Beira. Diez días después del paso del ciclón, la "logística" para acceder a los desaparecidos y hacer llegar la ayuda "siguen siendo un desafío", constató la OCHA. Al menos 80% de la infraestructura eléctrica de Dondo, a unos 30 km al noroeste de Beira, está dañada, según el gobierno. Beira, donde vive medio millón de personas, sigue parcialmente privada de electricidad. Aunque acaban de terminar los trabajos de reparación de la única vía que permite acceder a la ciudad y que había sido parcialmente arrasada por las aguas. En Beira el sábado en la noche algunos faroles se encendieron, algunas calles empezaban a retomar su vida diaria y los pocos restaurantes abiertos lucían completos. Misa nocturna En la catedral Ponta Gea, que milagrosamente salió ilesa de la tormenta, se celebró una misa en homenaje a las víctimas, iluminados por algunas velas. "Las personas no saben qué hacer porque perdieron sus casas, no saben dónde dormir (...) pero los mozambiqueños no se van a dejar caer", dijo el padre Pedro. "No podemos estar en duelo. Tenemos que continuar. Tratamos de reconstruir nuestra ciudad", declaró un fiel, Wilfried Deliviai, de 19 años. Los supervivientes aprovechaban del descenso de las aguas este domingo para reconstruir sus casas con los pocos medios a su alrededor. En Buzi, donde cientos de habitantes han estado durmiendo afuera, en la calle o en los techos, una mujer intentaba con el agua hasta las rodillas, recuperar algo para protegerse. Otros limpiaban casas donde el agua alcanzó hasta un metro.
Su paso por África austral dejó cuentos de daños materiales y familias enteras sin un techo donde dormir. El ciclón Idai, que arrasó la semana pasada Mozambique y luego Zimbabue, dejó en estos países vecinos 676 muertos y afectó a cientos de miles de personas, que han perdido sus casas o sus cosechas. El feroz ciclón impactó en la costa del centro de Mozambique el viernes de la semana pasada, desatando vientos huracanados y lluvias que inundaron el interior y anegaron el este de Zimbabue dejando un rastro de destrucción. La ONU, que advirtió del sufrimiento en la zona, pidió más ayuda en Mozambique mientras las agencias de asistencia luchan por ayudar a decenas de miles de supervivientes. "Desastre sin precedentes" El ministro de Medio Ambiente mozambiqueño Celso Correia estimó el sábado que la zona afectada por el desastre cubre una superficie de 3.000 km2 y dio un nuevo balance que subió de 293 muertos a más de 400. "Hasta ahora tenemos 417 muertos y 1.528 heridos", declaró Celso Correia a la prensa en Beira (centro), la segunda ciudad del país, que resultó en parte devastada por el ciclón Idai. "Es un desastre natural sin precedentes. La zona afectada (en Mozambique) es de unos 3.000 km2", estimó Celso Correia. Tras la limpieza de los grandes ejes y el rescate de personas aún bloqueadas en las zonas inundadas, "la próxima etapa es tener acceso al agua potable, porque lo que nos esperan son enfermedades", declaró el viernes a la AFP la directora de Unicef, Henrietta Fore, que viajó a Mozambique para analizar los estragos. "El tiempo apremia, estamos en un momento crítico", advirtió desde la ciudad de Beira (centro), en parte devastada por el ciclón. Fore expresó su preocupación por "el agua estancada y la llegada de mosquitos" y habló de "cuerpos descompuestos y falta de higiene y de instalaciones sanitarias". "En Beira ya se registraron casos de cólera y las infecciones de malaria se multiplican", subrayó la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja. "Las enfermedades respiratorias también amenazan con ser un problema sanitario. En el interior de las casas sigue lloviendo y para las personas sin hogar acogidas en escuelas o iglesias el confinamiento favorece la transmisión de estas enfermedades", advirtió por su parte Médicos Sin Fronteras (MSF). Las agencias de la ONU y las oenegés se esfuerzan por socorrer a las personas desplazadas y hambrientas, pero el reparto de ayuda es caótico. "La magnitud de la situación va mucho más allá de lo que puede hacer un país o un gobierno", explicó Gerry Bourke, portavoz del Programa Mundial de Alimentos (PAM). Ayuda a largo plazo "Decenas de miles de familias lo perdieron todo. Hay niños que perdieron a sus padres y comunidades que perdieron escuelas y clínicas", comentó el secretario general de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, Elhadj As Sy, quien sobrevoló las zonas inundadas. "Debemos reaccionar rápidamente a gran escala y prepararnos para acompañar a la población afectada a largo plazo", destacó. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió el viernes a la comunidad internacional multiplicar las donaciones. La ONU ya liberó 20 millones de dólares en un primer paquete de ayuda de emergencia. "Pero se necesita una ayuda internacional mucho mayor", señaló Guterres. El 11 de abril está prevista una conferencia de donantes en Beira. Regreso paulatino a la normalidad Escuelas, hoteles e iglesias se han transformado en centros de acogida tanto en Mozambique como en Zimbabue. En Beira, ciudad de medio millón de habitantes, el principal hospital, cuyo techo fue parcialmente dañado, sólo puede funcionar al 40% de sus capacidades. Pero en las calles, la normalidad regresaba progresivamente y el viernes se formaban colas frente a los bancos, que reabrieron sus puertas. Las operaciones de reconstrucción también se han iniciado lentamente. Algunos habitantes buscaban entre los escombros de un supermercado para recuperar planchas de metal con las que construir viviendas precarias. Y los técnicos trabajaban para restablecer líneas telefónicas y la electricidad.
La cifra podría ser mucho más del doble, estima el Ejército. Hay más de 200 heridos y otros 200 desaparecidos. Los reportes han sido oficializados a la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA, donde también indican que la electricidad y comunicaciones permanecen interrumpidas en las zonas dañadas. Esas cifras se difundieron un día después de que el número de muertos causados por este ciclón ascendiera a más de 200 en la vecina Mozambique, según informó el presidente del país, Filipe Nyusi, quien declaró una "emergencia nacional" por ese desastre que ha devastado pueblos y ciudades. Las estadísticas podrían aumentar trágicamente. Ciclón en Mozambique habría dejado más de 1.000 muertos Nyusi divulgó esa cifra y declaró la emergencia tras una reunión extraordinaria del Gobierno celebrada en la ciudad portuaria de Beira (centro), devastada en un 90 por ciento por el ciclón, que tocó tierra cerca de la urbe este jueves, y una de las más grandes de Mozambique. La ONG Save the Children expresó este martes que teme por la vida de 100.000 personas debido a la llegada del ciclón Idai a Mozambique, donde los ríos se están desbordando e inundando grandes extensiones de tierra. En Zimbabue, el número de desaparecidos ascendería a más de 500, según estimaciones del general Joe Muzvidziwa, quien encabeza la misión de rescate del Ejército, en declaraciones recogidas hoy por medios locales. El ministro de Gobierno Local zimbabuense, July Moyo, dijo este martes que unas 300 víctimas de este país fueron arrastradas por la corriente al vecino Mozambique, donde los aldeanos los vieron flotando. Las víctimas de Idai, que ha devastado pueblos y ciudades en el sureste de África, han provocado 56 muertos en Malaui, donde la situación parece haberse calmado, aunque la cifra podría aumentar. La directora regional del Programa Mundial de Alimentos (PMA) para el sur de África, Lola Castro, dijo el martes en una entrevista telefónica con Efe que este ciclón es un "desastre sin precedentes" en el sureste del continente y que ahora los esfuerzos de su organización se centran en salvar vidas. El alcance del ciclón, uno de los más importantes vividos en la región, ha llegado hasta países mucho más al norte como Kenia, donde el instituto meteorológico ha alertado de que la sequía que vive una parte del país ha podido ser acentuada por Idai.