El congresista Julián Gallo, cabeza de lista al Senado del Partido Comunes, habla del trabajo legislativo del partido, de la implementación del acuerdo de paz con las FARC, de la crisis de hambre en Colombia y de la compensación a las víctimas de esa guerrilla.
¿Para qué hacer campaña si tienen aseguradas cinco curules?
Efectivamente, tenemos cinco curules, cinco en Cámara y cinco en Senado, otorgadas en virtud del acuerdo de paz, pero igualmente el acuerdo nos obliga a hacer campaña y aspiramos a aumentar esa representación, inscribimos una lista con 20 candidatos, con paridad de género.
Aspiramos a que siquiera aumentemos 2 o 3 curules más.
¿Ha sido muy difícil hacer campaña?
Especialmente porque no tenemos plenas garantías, no solo Comunes, sino en general.
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Hay departamentos en los que es prácticamente imposible hacer algún evento, como el Cauca, Arauca, el Catatumbo, Nariño, partes del Caquetá.
Es irónico. Eran regiones en donde ustedes imponían su ley y en donde anteriormente no había garantía por su presencia
Estando alzados en armas, declaramos treguas unilaterales en los comicios electorales buscando que se expresara libremente la opinión de los colombianos.
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Este gobierno, desafortunadamente, no quiso implementar el acuerdo de paz y nos está entregando un país con niveles mayores de violencia a los que existían cuando estábamos en armas.
Usted pertenece a la comisión primera y lo he visto fracasar porque no le han aprobado un solo proyecto. ¿Cuántos proyectos ha presentado en estos cuatro años?
Personalmente, he presentado varios proyectos, uno de los más importantes de la reforma política, que sería un desarrollo normativo de los acuerdos de paz. No ha logrado las mayorías porque busca desmontar un sistema político de esos poderes que se han apoderado de la política territorial.
Sin embargo, vamos a seguir insistiendo, creemos que esa financiación privada de la política es perversa, estamos planteando que sea una financiación estatal para que se acabe eso de "yo te financio y tú me das contratos". Busca el voto obligatorio para que se acabe la corrupción de la compra de votos. Que los partidos se vean internamente obligados a tener la mitad de mujeres.
Busca acabar el CNE para que no sean las mayorías los que controlen los partidos y crear un Instituto Nacional Electoral en el que la Registraduría deje de tener el control de organizar las elecciones, con un tribunal que, con calidad de alta corte, sea la que dirima los litigios en torno a las elecciones.
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Cuando no hay garantías, ¿a qué se refiere?
El hecho de que no se pueda recorrer muchos territorios nos quita la posibilidad de llegar a muchos electores. Nos han asesinado 310 firmantes de la paz y eso limita acudir a territorios donde hay base social nuestra que requería estar allí, pero se nos hace imposible.
Cómo poner la otra cara para demostrar que ya no es el violento de hace unos años
Llegué de hacer un recorrido de seis departamentos de la costa. Echamos más de 20 o 30 discursos. Luego de cinco años de la firma del acuerdo del proceso de paz, ya somos parte del paisaje político.
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La gente ha respondido y se ha dado cuenta de que somos consecuentes con los compromisos que adquirimos y eso se va a retribuir en votación. Los pobres somos más y podemos transformar la realidad si participamos en las elecciones.
Van a cumplir cuatro años frente a otros partidos que son gigantescos, ¿cómo se sienten?
Eso que se reflejó en las calles, en las movilizaciones de noviembre de 2019, está comenzando a transformar el país. Hay desencanto frente a los partidos tradicionales y la gente empieza a poner los ojos sobre otras alternativas y eso nos da esperanza frente a las elecciones.
Uribe fue muy duro con ustedes en el Congreso y les decía las cosas de frente, ¿qué sentía?
Yo creo que nosotros veníamos a enfrentarnos a muerte con los adversarios políticos y Uribe Vélez lo fue. Verlo gritarnos, yo sentía que él estaba impotente porque él había prometido derrotarnos y no lo logró y, por eso, le causaba tanta rabia.
Él y su bancada, excepto el senador Mejía, que se caracteriza por su patanería, se fueron acoplando a esa realidad de nuestra presencia. Mas allá de cualquier insulto, lo importante es que detuvimos una guerra que estaba matando a colombianos.
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De los insultos hemos llegado a la discusión, hemos llegado a coincidir votando proyectos. Eso es como parte de esa transición que necesita Colombia para que algún día las armas no sigan siendo parte de la política en el país.
¿Cuáles son los sapos que se ha tenido que tragar?
El tema de la estigmatización ha sido muy grande. Se nos ha querido sindicar y señalar de hechos que en justicia no es tan concluidos y sobre los que hemos tenido demandas. Hemos tenido que hacer de tripas corazón. Es parte del aclimatamiento de la política. La verdad, la razón terminará imponiéndose sobre los insultos.
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¿Qué hará el Partido Comunes frente a la crisis de hambre que vive el país?
Pactamos dos medidas en el acuerdo de paz que, si se hubieran cumplido, nos estaríamos en crisis de hambre. La primera es entregarle 3 millones de hectáreas a campesinos que no tengan tierra, creando un fondo de tierras. Además, el acuerdo dice que se deben titular otros 7 millones de hectáreas para campesinos que tienen tierra, pero, como no tienen títulos, no pueden acceder a créditos, a subsidios a asesoría.
Hay 16 millones de colombianos que se reconocen como campesinos, si se les reconoce como sujeto especial de derecho, estaríamos favoreciendo a ese sector social, que además produce el 60% de los alimentos en Colombia. Estaríamos convirtiéndonos en una potencia exportadora de alimentos.
¿Cuál ha sido el trabajo legislativo del Partido Comunes?
Hemos presentado más de 87 proyectos de ley. Reforma a la justicia, reforma política. La renta básica que hubiera favorecido a 11 millones de familias, 31 colombianos con salario mínimo un año. Es mucho menos que los subsidios del Gobierno a las empresas y mucho menos de lo que se roban los corruptos.
Somos participes del proyecto que crea la subdirección de vías terciarias para llevar vías a los territorios donde producen los campesinos.