El uso de aleaciones metálicas para el tratamiento de fracturas y ciertos procedimientos ortopédicos, ha sido durante los últimos años una constante. Sin embargo, recientemente se ha investigado para hallar materiales más compatibles con los tejidos y que permitan una recuperación más fácil para los pacientes.
El caso de Kerstin Pape, pone de relieve los avances en este campo de la medicina. Ella tiene 29, vive en Alemania y hace un año la operaron para ponerle un implante que reparara su pie.
Un año después de la cirugía, el implante que le dispusieron los especialistas se ha disuelto y ella no necesita una segunda operación para retirárselo, pues se trataba de un implante elaborado con placas y tornillos hechos oxido de magnesio, sustancia que se disuelve sola en el cuerpo.
"El implante se hace de tal manera que comienza a disolverse después de que los huesos y las articulaciones se han fijado de nuevo. El óxido de magnesio se elimina a través del riñón, por lo tanto puede ser transportado por la sangre desde el pie”, explica la médica Christina Stukenborg-Colsman.
Publicidad
Y es que un grupo de investigadores y médicos germanos han trabajado sin descaso en este tipo de implantes durante 10 años. El resultado de este esfuerzo es que este tipo de material se emplea en 50 clínicas de ese país.
“El óxido de magnesio es totalmente biocompatible. Por lo tanto, el material es ecológicamente inofensivo para nuestro cuerpo”, añade Arne Lucas, creador de este tipo de implantes.
Publicidad
Hasta el momento estos implantes se usan en operaciones de operaciones de mano y pie, pero los científicos quieren desarrollar unos de mayor tamaño que servirían, por ejemplo, en cirugías de cadera.