Desde que era niño, Mauricio Toro supo de su orientación sexual diversa y le costó tiempo reconciliarse consigo mismo por el pensamiento de que algo estaba mal con eso. A medida que fue creciendo, quiso ocultar su homosexualidad tratando de no relacionarse mucho con las personas por temor a que lo rechazaran si se daban cuenta de sus preferencias.
Sin embargo, cuando tomó la decisión de “salir del clóset”, se dio cuenta de la cantidad de mitos que no le permitían dar el paso con valentía, al igual que, quizás, otros miembros de la población LGBTIQ+.
En una sociedad donde todavía se presentan casos de discriminación, asesinatos e intolerancia hacia las personas diversas, Mauricio Toro quiso convertirse en un referente para que quienes se encuentran atrapados dentro de sí mismos por su orientación sexual tengan la libertad de expresarse como son, sin temor.
De esta manera ha logrado llegar a espacios de representación importantes donde le da voz a la población LGBTIQ+ y vela por sus derechos. Uno de los comentarios que más escuchaba cuando era más joven y que ha conseguido desmitificar es que las personas diversas “no logran ser nada en la vida”. Frente a esto, el hoy presidente del Icetex asegura que “a nosotros no nos hace nuestra orientación sexual, sino nuestro talento y nuestras ganas de salir adelante”.
Uno de los pilares fundamentales en la vida de Mauricio Toro ha sido su familia, que lo ha acompañado siempre en el camino, especialmente su papá, que lo respalda -sin falta- en el Día del Orgullo Gay, vistiendo el arcoíris en todas sus prendas y enviando un mensaje de amor para la población.
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“Mi papá es mi talismán, que él se sienta orgulloso de celebrar conmigo el Día de la Diversidad… mi papá es mi fuerza para decir que sí podemos hacer un mundo distinto”, señala Mauricio Toro.
De acuerdo con el hoy presidente del Icetex, es importante que los padres de familia que sepan que tienen hijos diversos los apoyen y entiendan que ellos no son culpables de su orientación sexual, que esta decisión no parte a raíz de una mala formación educativa ni falta de acompañamiento, que nada está mal, y hace una invitación a la aceptación: “Acompañen a sus hijos porque de eso depende su salud mental. Estamos perdidos, estamos asustados, necesitamos amor y no odio. No es una moda, es nuestra identidad”.