Su nombre es Duván Humberto Zapata Agudelo y tenía azotado al comercio en varios municipios. Buscan que el también violador no sea dejado en libertad.
Zapata Agudelo pretendía dar su más reciente golpe en Rionegro, oriente del departamento, a las 4:00 p.m. del sábado 8 de abril, pero fue sorprendido por la policía del cuadrante del lugar donde quiso robar.
En sus manos, dijo una de las fuentes consultadas, le fueron hallados cerca de 900 mil pesos (unos 314 dólares), tres teléfonos celulares y una arma de fuego de fogueo.
En el momento de la detención, Zapata Agudelo trató de huir y en medio de un forcejeo con las autoridades, conoció Noticias Caracol, terminó lesionado.
Por eso, un juez declaró su detención como ilegal y tuvo que ser dejado en libertad.
Zapata -reconocido entre sus víctimas como el ‘ladrón de los consultorios’ porque actuaba principalmente ante mujeres solas e inermes en centros médicos y farmacias- logró quedarse con uno de los móviles: un Iphone que tenía su localizador habilitado.
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El propietario del celular, contó una fuente judicial, alertó a las autoridades de que el ladrón se había quedado con el aparato y estos, liderados por miembros del grupo Contraatracos de la Sijín, lo ubicaron en el norte del Valle de Aburrá.
Allí lo detuvieron para que también responda por los 11 años de condena que pesan sobre su espalda.
Noticias Caracol encontró en registros judiciales que Zapata Agudelo ha sido condenado siete ocasiones, por el delito de hurto agravado y calificado.
Este es uno de los #Videos que @NCAntioquia conoció en #Exclusiva del ladrón más buscado de Antioquia https://t.co/MLgqgULdEp pic.twitter.com/tpIIH2wxXz
— Noticias Caracol Antioquia (@NCAntioquia) April 11, 2017
La primera de las condenas halladas data del 24 de septiembre de 2012, cuando el Juzgado 21 Penal Municipal de Conocimiento de Medellín lo sentenció a 11 años y 6 días de cárcel.
Le sigue otra pena por el mismo delito, de 16 meses emitida el 7 de diciembre de 2012 por el Juzgado Primero Penal Municipal de Conocimiento.
El 27 de septiembre de 2013, el Juzgado 8 Penal del Circuito de Conocimiento lo halló culpable de hurto agravado y calificado y acceso carnal violento, por lo que le impuso una condena de 10.3 años de cárcel.
Además, este hombre suma otras cuatro condenas por el delito de hurto agravado y calificado impuestas en 2013, 2015 y dos de ellas en agosto y septiembre de 2016.
¿Cómo recuperaba la libertad?
La imagen de este hombre está marcada en la memoria de sus víctimas en decenas de lugares del área metropolitana de Medellín y otros municipios de Antioquia.
Noticias Caracol habló con una de ellas, quien fue atracada en su lugar de trabajo el pasado 2 de marzo.
Ese día, contó la mujer –que pidió la reserva de su nombre por seguridad-, Zapata arribó al establecimiento comercial y le dijo que necesitaba hablar con uno de los trabajadores del lugar, porque este le debía una plata.
“Me dijo que era de la Oficina de Envigado, que necesitaba recuperar un dinero que ese supuesto señor le debía y me mostró la cacha de un arma”, relató la víctima.
Luego, Zapata, dijo la fuente, se acercó a una de las cajas registradoras y extrajo 910 mil pesos, el teléfono celular marca LG de la empleada y huyó.
Sus movimientos quedaron grabados en esta cámara de seguridad.
Las autoridades investigan si esta es la misma arma con las que intimidó a otras personas y la que le fue hallada el pasado sábado en Rionegro.
Además, estudian la manera de mantenerlo tras las rejas, pues Zapata siempre salió ‘avanti’ frente a las autoridades judiciales -que lo dejaron libre o le impusieron medidas de aseguramiento en su domicilio- con dictámenes médicos que aseguran que sufre una grave diabetes que lo obliga a inyectarse insulina para sobrevivir.
“Un guardián de seguridad contó ante un juzgado que en la cárcel dejó de inyectarse esa medicina, perdió uno de sus dedos y un juez lo tuvo que dejar en libertad, porque su vida en un penal corría riesgo”, dijo otra fuente consultada.
Zapata Agudelo se encuentra en los calabozos de la Sijín, en Medellín, a la espera de que un juez ordene a que prisión lo envía.