Los oficiales, apartados de su cargo, se habrían valido de las escuchas que hacían al ganadero José Guillermo ‘Ñeñe’ Hernández para chuzar los teléfonos de cinco policías que, supuestamente, se habían quedado con un dinero durante un operativo.
Para el juez, los uniformados se aprovecharon de la confianza que les brindó una fiscal que tenía a su cargo el proceso por el homicidio de ‘el Sastre’.
El mayor Tocarruncho, jefe del grupo investigativo que interceptó al ‘Ñeñe’, y el sargento Velásquez fueron imputados por violación ilícita de comunicaciones, utilización ilícita de redes de comunicaciones, falsedad ideológica en documento público y fraude procesal.