
El asesino, que ocultó durante varios días el cadáver de su amada en un armario, firmó un preacuerdo con la Fiscalía y obtuvo una rebaja en su sentencia.
Mateo Gil Mejía, de 22 años, decidió aceptar el homicidio de la joven venezolana Dila Lugo Salas, de 21 años, ocurrido el 20 de septiembre de 2018 en el sector de Travesías, en la vereda El Corazón en el occidente de Medellín.
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Lo hizo por medio de un acuerdo para ser condenado a 15 años y siete meses de prisión por el delito de feminicidio simple.
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Gil Mejía, vigilante de oficio, declaró ante la Fiscalía que estranguló a la joven porque ella decidió terminar la relación que los unía desde marzo de 2018 y lo echó de la humilde casa en la que vivían.
Luego de que el nauseabundo cadáver de la mujer fue hallado por las autoridades, Gil Mejía se entregó y según la Fiscalía, confesó el crimen en un interrogatorio de indiciado y fue enviado a prisión.
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Pero, basado en su estrategia de defensa, negó los hechos en la audiencia de imputación de cargos y luego buscó el acuerdo jurídico.
Este fue avalado por el Juzgado Quinto Penal del Circuito de Medellín con funciones de conocimiento, que lo acaba de condenar.