Además, se la juega también por fomentar la creatividad tecnológica en los jóvenes y contribuir a que Colombia avance para convertirse en un país desarrollado.
En el Instituto Central de Comercio y Bachillerato, ubicado en la comuna 18 de Cali, hay un espacio destinado para la ciencia y la tecnología.
Este Fablab o laboratorio de creatividad e innovación fue creado por Favián Andrés García, un ingeniero electrónico y de telecomunicaciones oriundo de Timbiquí, Cauca, que vio en dicho lugar una oportunidad de promover nuevas formas de pensamiento en los jóvenes.
“Los jóvenes son muy creativos, pero hay que pasar de la creatividad a la innovación. Se tiene que generar un ecosistema que permita que los jóvenes puedan desarrollar estas soluciones”, señala.
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Una alianza entre la escuela y la ingeniería a la que ellos le han sacado todo el provecho.
“Como que le ha abierto las puertas a muchos de nosotros que digamos no tenemos los recursos suficientes para meternos, digamos, a una escuela aparte para estudiar algo sobre ingeniería, sobre robótica”, dice el alumno Gabriel Flórez.
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Pero Favián no solo le apostó a este espacio de aprendizaje. La inquietud por implementar, desde su profesión, un sistema que ayudara al medio ambiente dio como resultado la planta de ahorro hidroenergética, que empezó a diseñar desde el año 2013.
“En esta institución, el consumo de agua potable es muy alto y desafortunadamente se utilizaba el agua potable para funciones donde no era necesario utilizarla, como el riego de jardines, lavado de los pisos y vaciado de las baterías sanitarias”, explica.
Según José Guillermo Herrera, rector del Instituto Central de Comercio y Bachillerato, el recibo de los servicios públicos superaba los 7 millones de pesos mensuales.
“Imagínese 1.300 personas vaciando los baños, pues los litros de agua son muchísimos”, anota.
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García asegura que “este diseño lo que permite es optimizar el consumo de agua potable y energía” a partir de otras fuentes.
“Utiliza agua de lluvia, utiliza agua subterránea y utiliza la energía solar para realizar todo el sistema de operación de la planta”, señala el ingeniero.
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De esta forma, según el rector de la institución, ahora se están “ahorrando aproximadamente el 80, 85 %” de lo que consumían anteriormente.
“Se necesita buscar formas renovables de obtener recursos, si no, nos vamos destruyendo poco a poco”, agrega, por su parte, el estudiante Germán Miguel Sierra.
En ese sentido, Favián sigue trabajando por hacer de la innovación un proceso social.
“Con la suma de todos estos esfuerzos, vamos a lograr que Colombia sea un país, por fin, no en vías de desarrollo, sino desarrollado”, concluye.
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