Aunque no pudieron salir a las calles para participar de sus tradiciones, con oraciones, sahumerios y ayunos, cumpliendo la cuarentena, los feligreses vivieron la Semana Santa.
La llegada del coronavirus ocasionó que las tradiciones de muchos creyentes se vieran afectadas.
Esto pasó en Santo Tomás, Atlántico, donde hace más de 150 años se hace la procesión de los flagelantes, y que este año se rompió.
Publicidad
Desde hace 18 años, don Ramón Salcedo cumple con la tradición de pagar penitencia por los milagros recibidos.
Publicidad
Hoy, con nostalgia, sacó su capirote, falda blanca y disciplina para recordar su promesa a Dios.
“La hice por un niño que me nació con problemas del corazón, después la niña mía, después por un amigo y ahora por una nieta”, explicó el flagelante.
Publicidad
Ante la cuarentena por el COVID-19, por primera vez en Santo Tomás este año no pudieron salir a las calles, por lo que buscaron otra forma de cumplir con sus promesas.
Publicidad
“Llevo siete viernes en ayuno. Hice un sahumerio esta mañana a las 6 desde la cuadra, así, subiendo donde vivo hasta la calle”, explicó Antonio Perez Nazareno.
Entre tanto, la tradicional calle de la Ciénaga, por donde pasa la procesión, permanece cerrada y custodiada por las autoridades.
Publicidad
"Desde las 4 de la mañana tenemos un dispositivo especial para evitar que esto suceda. Hasta el momento no hay ninguna alteración del orden, se está acatando la disposición del Gobierno Nacional", señaló el coronel Hugo Molina, comandante de la Policía del Atlántico.
Hasta la fecha en el municipio de Santo Tomás las autoridades de salud confirmaron un caso de COVID-19, el paciente permanece aislado.
Publicidad