La decisión que prohíbe la minería en la reserva rige a partir del 31 de diciembre y afectaría a 2 mil 500 familias.
"Lo que uno quisiera estar haciendo en este momento es la pequeña minería tradicional que se está haciendo ahora buscando en otras partes, pero es triste porque le dañan a usted una expectativa una inversión y un futuro y una tradicionalidad”, asegura Edwin Esteban, minero artesanal.
Para el alcalde de Vetas la situación es una masacre laboral: "dentro del territorio del páramo Santurbán nos prohibieron cualquier actividad económica a menos que uno puede hacer un turismo de vista o paisajístico que llaman, pero nosotros no tenemos ni el chip ni en la cultura ni la infraestructura para realizar actividades”, dice, Orlando Rodríguez.
La defensoría del pueblo en Santander le pidió al ministerio soluciones a corto plazo y alternativas de generación de ingresos para la población afectada.
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