Los pequeños, provenientes de diferentes regiones del país, llegaron a Santa Marta para cambiar los hospitales por el sol y la playa.
A Joan Sebastián, uno de estos pequeños, se le iluminaron los ojos al ver el mar. Su lucha diaria contra el cáncer quedó en el olvido, pues la arena servía como bálsamo para sus dolencias.
“Para mí esto es un sueño cumplido. Gracias a Dios y a la Fundación Amor y Esperanza y a toda la gente que nos ha apoyado en esta causa”, aseguró Joan.
"Se siente muy bonito, nos divertimos mucho. La hospitalidad es muy bonita gracias a Dios", expresó Maryuris Barón, niña beneficiada.
Los niños fueron acompañados por 41 madres durante el viaje.
“Es inexplicable. Es una alegría que nos da a nosotras como madres porque compartimos este momento tan duro, es muy bonito. Es contar con un hermoso regalo que nos han dado", afirmó Liliana Torres, acompañante.
Ya son 12 las actividades de este tipo que la fundación realiza.
“Los niños están en tratamiento oncológico, ya sea leucemia, sarcomas, neurosarcomas. La mayor recompensa de esta fundación es ver esa alegría en los corazones de los niños", aseguró Esperanza Luna, directora Fundación Amor y Esperanza.
Muchos coinciden en que, en medio del amor y ternura, los pequeños “ahora tendrán más motivos para luchar por sus vidas”.
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Updated: septiembre 29, 2017 03:18 p. m.