La hermana franciscana vivió más de 30 años en uno de las zonas más vulnerables de la capital del Valle del Cauca, donde se dedicó a construir tejido social.
La monja Alba Stella Barreto, ícono de la lucha contra la exclusión social y la violencia que afecta no solo a Cali, sino a Colombia, falleció este domingo 24 de febrero, según lo confirmó el arzobispo de la capital del Valle del Cauca, monseñor Darío de Jesús Monsalve.
Murió hoy la religiosa ALBA STELLA BARRETO. Una mujer luchadora que consagró su vida en Cali a la rehabilitación de jóvenes, dignificación de la mujer y construcción de tejido social en el Distrito. “Desde ahora descansa de sus trabajos porque sus obras la acompañan”. PAZ Y BIEN.
— Arzobispo de Cali (@arzobispodecali) February 24, 2019
La hermana murió como consecuencia de un cáncer que padecía desde hacía un tiempo y mientras se encontraba internada en la Clínica Valle del Lili.
“Es una de las religiosas que se insertó en la realidad de pueblos abandonados, de pueblos dolidos por la violencia en el suroccidente (de Colombia)”, dijo Jesús Darío González, exdirector del Observatorio de Realidades de la Arquidiócesis de Cali y una persona cercana a la religiosa.
Barreto nació en Bucaramanga, Santander, donde estudió con las hermanas franciscanas de María Inmaculada. A los 15 años ingresó a la pastoral, antes de terminar su bachillerato y sin habérselo propuesto, y se empezó a formar como maestra.
“Era un poco inquieta y un día una hermana me dijo: ‘¿Usted para qué va a servir en la vida?’. Yo no lo había pensado y le dije que ‘para ser monja como usted’. Ahí empezó la cacería y me agarraron”, dijo la hermana al programa En Blanco y Negro de Blu Radio en junio del 2013.
Estudió licenciatura en educación con énfasis en sicología en la Universidad Pedagógica Nacional, en Bogotá, y se especializó en Desarrollo Social.
Fue decana de la Facultad de Educación de la Universidad de San Buenaventura, también en la capital de la República, durante cuatro años en la década de 1980.
Durante nueve años, la hermana estuvo en el Cauca, donde no se dedicó propiamente a la docencia, sino a realizar un trabajo pastoral más comprometido con la gente.
En dicho departamento, trabajó con comunidades indígenas y campesinos. Incluso, llegó a ser testigo de la violencia del conflicto armado, pero nunca tuvo miedo.
En 1987, llegó a Cali y comenzó su labor social en el Distrito de Aguablanca, donde la mayoría de personas residían en cambuches y muchas eran desplazadas del conflicto armado.
Meses después, Barreto se quedaría a vivir en la zona y allí permaneció por más de 30 años luchando contra la exclusión, injusticia social y la violencia.
Dedicó a su vida a trabajar por los menos favorecidos y dirigió la Fundación Paz y Bien, constituida en 1992 como consecuencia de la identificación de diez retos, bajo la asesoría del Centro de Investigación y Educación Popular, para mejor las condiciones de los habitantes de la zona.
El reto que hacía referencia a las mujeres como víctimas de la violencia cultural fue el reto que dio origen a la fundación, que se ha dedicado a promover la organización comunitaria y atender tanto a víctimas del conflicto armado como habitantes de sectores marginados de la sociedad.
En 2015, la Universidad San Buenaventura reconoció a Alba Stella con un Doctorado Honoris Causa por su invaluable labor en la construcción de una sociedad más justa e incluyente.