Acusa a sus progenitores por sacarlo de su casa y considera que su enfermedad le ha impedido conseguir empleo.
Andrés Camilo Bernal vive solo en una habitación en el occidente de Bogotá. Valerse por sí mismo no es fácil, debido a su enfermedad, diagnosticada cuando tenía 13 años. Dicha condición consta de realizar movimientos o sonidos fuera de lo normal.
“Mi padre empezó a retirarme el cariño y mi madre se volvió sobreprotectora conmigo”, cuenta Andrés.
Ahora los acusa de sacarlo de la casa: “me hace falta mucho, estoy pasando necesidades, tanto económicas, como emocionales porque es duro que un padre y una madre voten a un hijo como si fuera un artículo desechable”.
La denuncia, radicada en febrero de 2018 ante la Fiscalía, causó malestar en su familia y la poca ayuda económica que recibía le fue retirada hasta el día de hoy.
Sobre estos casos, la Corte Constitucional estableció que las personas como Andrés Camilo, con incapacidad permanente, no tienen una edad determinada para que dejen de recibir los alimentos. Se fijó que “deben ser respaldadas económicamente con sus personas cercanas, en este caso con sus padres, que están en mejor posición económica”, explica el abogado penalista Ricardo Burgos.
Si la demanda prospera a favor del demandante, los padres podrían llegar a ser condenados para que amparen el derecho fundamental a la vida de la persona.