El número de personas sin empleo disminuyó en 72.800 entre julio y septiembre, por lo que aún quedan unos 5,9 millones de españoles sin trabajo, informó el jueves el Instituto Nacional de Estadísticas.
Con frecuencia el número de desocupados baja durante los meses estivales, la temporada alta del turismo. El país experimentó este año un gran crecimiento en el sector turístico con la llegada masiva de extranjeros, algunos de ellos reacios a visitar países como Egipto y Turquía debido a la agitación social allí.
Los economistas creen que pasarán años antes de que el nivel de desempleo descienda a niveles más tolerables. En una oficina gubernamental para atención de desocupados, la gente que hizo fila el jueves para solicitar subsidios por falta de trabajo dijo que tenía pocas esperanzas de colocarse en alguna empresa a corto plazo.
"Es siempre entrevistas y entrevistas, pero en el último momento siempre dicen `No, no"', indicó Germán Sánchez, un economista de 30 años. Piensa emigrar a Gran Bretaña, donde muchos jóvenes españoles han acudido a buscar trabajo.
Centenares de miles de estudiantes y profesores realizaron una huelga nacional en protesta por la nueva ley de enseñanza y las reducciones al gasto docente aplicadas desde que el conservador Partido Popular del jefe de gobierno Mariano Rajoy ganó las elecciones.
El Banco de España calculó el miércoles que la economía del país creció a un ritmo anual del 0,1% en el tercer trimestre, la primera expansión luego de nueve trimestres consecutivos de contracciones. El gobierno ensalzó la cifra como prueba de que sus impopulares medidas de austeridad y reformas económicas han comenzado a dar fruto.
Pero la recuperación, encabezada por las exportaciones, hasta ahora no ha generado gran cantidad de puestos de trabajo.
Las exportaciones han beneficiado principalmente a grandes compañías que habían reducido sus gastos de forma drástica para ser más competitivas a nivel global. Las pequeñas empresas, que suman más de la mitad de la economía nacional, siguen viéndose perjudicadas debido a la debilidad del consumo nacional y la virtual congelación del crédito, lo cual ha impedido la obtención de préstamos para ampliar los negocios.
"La baja en el flujo de nuevos préstamos a la pequeña y mediana empresa ha sido pronunciada desde el comienzo de la crisis. El préstamo se ha contraído en España un 66% desde antes de la crisis, frente a un promedio europeo del 47%", dijo el economista John Ott, de la firma de asesoría británica Bain & Company.
Madrid (España)