Mascotas, el detonante de la intolerancia

El 26 de junio, Alfonso Peñaloza fue asesinado en la localidad de Bosa, en Bogotá, en medio de una riña desatada luego de que se opusiera al maltrato del que era víctima su perro. El agresor, al disparar indiscriminadamente también causó la muerte de un joven de 15 años que pasaba por el lugar.
El caso puso en el centro de la discusión las generalizadas disputas entre vecinos por el tema de las mascotas. Unas semanas antes, en Medellín, precisamente un joven voluntario de causas animalistas, Miguel Palacio, fue apuñalado al defender a un perro al que según las acusaciones, un hombre le iba a cortar la cabeza.
Los casos de riñas por animales empezaron a destacarse por motivos de agenda informativa y a lo largo de los últimos meses los colombianos han sido testigos de diversas tragedias similares:
El 4 de julio, solamente una semana después del homicidio de Peñaloza, un joven universitario recibió una brutal paliza por defender a otro perro en peligro. Según la denuncia de Felipe Duque un vecino intentó asfixiarlo y le fracturó la nariz.
En noviembre, un joven en Soacha, Cundinamarca, también resultó herido luego de un altercado con un vecino en medio de una pelea desatada por el tema de su mascota.
Y si la seguidilla de ataques fueran pocas, el 24 de noviembre una adolescente de 16 años fue atacada a machete por un vecino en Barranquilla, luego de que ella intercediera para evitar un ataque contra su mascota.
En medio de las revelaciones de nuevos casos, Noticias Caracol presentó el especial periodístio #DeTulado, que abordó, entre otros temas, el de las riñas por intolerancia. Según cifras del DANE, en 2013 se registraron en el país más de 158 mil peleas: es decir, una cada tres minutos. El 48% de las muertes violentas en el país durante ese año fueron por esa causa, según la entidad.