Olga, quien perdió casi a toda su familia, había levantado su casa vendiendo ropa y otros artículos. Ahora, con su hermana, continúa su vida con un propósito claro: darle bienestar a su hija.
Mientras evoca lo que era su casa, tan linda, tan levantada con amor, en un paisaje sublime entre el río y la montaña, cuenta que el terreno fue parte de un subsidio otorgado hace un año, a su madre por su condición de víctima de la violencia colombiana. Asegura que nunca nadie les dijo que el terreno era de alto riesgo.
Olga sobrevivió y ahora, una vez más, levanta entre lágrimas la frente. Tiene una hija de 5 años por la cual construir de nuevo una casa y un futuro. Por ahora, permanece en un albergue, desde donde agarra fuerzas para arrancar de nuevo.
Updated: abril 09, 2017 01:23 p. m.