Esta abuelita colombiana llegó al mundo durante la gripe española y ahora ve cómo el planeta se resguarda del coronavirus COVID-19.
Ana María Losada tuvo que renunciar a la gran fiesta que le tenía preparada su familia y amigos en Valledupar y aceptar con cariño una celebración virtual.
a señora, que nació un 24 de abril, vio cómo el planeta pasó de comunicarse con cartas a hacerlo por la pantalla de un celular o computador. Y fue precisamente por medio de estos aparatos que pudo festejar su onomástico, dadas las restricciones impuestas por el COVID-19.
Aunque la gran celebración quedo reducida a unas cuantas invitadas, sus dos hijas y una amiga, Ana María asegura que en tiempos de pandemia es mejor agradecer y brindar por la vida.
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“Hay que aprovechar las cosas porque uno no debe dejarse caer”, sostiene.
Ana María trabajó en Santa Marta como enfermera y desde su retiro se dedica a la modistería.
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Cuenta que se da gusto con la comida: “mire, yo como carne, pollo, cerdo, pescado, carne de monte, que sea el zaino, el conejo, el venado”.
Ahora, los besos y abrazos que durante un siglo esta abuelita les ha brindado a sus seres queridos quedaron aplazados para cuando se supere la pandemia y puedan partir juntos otro pastel de cumpleaños.