“Son 150 niños y no tenemos ni sillas, ni tableros, el piso es de arena. Las condiciones son lamentables”, aseguró Jader Hernández, quien junto a sus colegas reunió 13 millones de pesos para abonarle al dueño del terreno donde está ubicado el colegio. Aún deben 37 millones de pesos.
La institución educativa está en obra negra y los profesores piden ayuda para poder terminar la adecuación de los salones y los baños.