Un joven mensajero, la nueva víctima de la guerra que desangra a Bello

Esteban Sánchez, de 23 años, laboraba para una compañía de servicios postales y justo cuando iba a entregar un envío fue interpelado por los asesinos y baleado. El cadáver de Esteban quedó en la entrada principal de la unidad residencial Bellavista en la carrera 65 a con calle 68 en Bello. Eran las 11:30 a.m. del sábado. Los vecinos del lugar miraban con tristeza su cuerpo, mientras alertaban a las autoridades. “Los delincuentes hablaron con él antes de asesinarlo, en esa misma confrontación que viven están agrediendo a los ciudadanos por solamente vivir en un sector y trasladarse a otro”, explicó sobre el asesinato el comandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, el general Eliécer Camacho. Esteban era un inocente trabajador, asegura el general, una víctima más de esa violencia que tiene hasta la coronilla a los habitantes de ese municipio vecino de Medellín. “En algunos casos los desplazan, en este lo asesinaron y no encontramos ninguna justificación. No tiene antecedentes”, agregó el oficial quien les pone nombre a los responsables. “Ya tenemos unas líneas posibles de los autores materiales, el grupo delincuencial Pachelly cometió este asesinato”, señaló. Según el general Camacho, los delincuentes presas del miedo han cometido otros atentados, miedo a que sus enemigos se disfracen de mensajeros, de empleados de empresas públicas, de estudiantes. “Es el miedo que entre ellos mismos se crean por las estrategias que usan de disfrazarse de empresas públicas, de celadores. En días anteriores seis delincuentes que capturamos en el sector de Niquía habían entrado disfrazados de estudiantes. Es un grado demencial de alerta que hay entre los grupos delincuenciales”, aseveró.