Aunque parezca difícil, la fórmula puede ser más sencilla de lo que se imagina. Empiece por hablarles de la importancia que tienen en la vida.
1. Aproveche cuando sus hijos están pequeños, pues son más dados a explorar y no tienen temores adquiridos. Su aprendizaje será más fácil y rápido.
2. Muéstreles que las matemáticas no son para personas inteligentes. Cualquiera, a cualquier edad, las puede aprender; simplemente, cada uno tiene su ritmo.
3. Evite compararlos con otros niños: eso les incrementa la ansiedad y la frustración. Mejor opte por métodos lúdicos y de razonamiento.
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4. Aplique las matemáticas usando ejemplos simples, hágales ejercicios con situaciones del día a día, que impliquen cálculos numéricos sencillos.
5. Hágales ver la importancia de practicar. Al igual que el inglés, es cuestión de volverlo cotidiano. Se recomiendan 30 minutos de ejercicios al día.
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