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El miércoles 10 de diciembre una noticia marcó el luto del rock en español a nivel mundial: la muerte del artista español Robe Iniesta, fundador de Extremoduro. La noticia llegó de la mano de la agrupación con un conmovedor comunicado en el que informaron que el cantante de 63 años falleció.
"Hoy día 10 de diciembre de 2025, nos toca escribir la nota de prensa más triste de nuestra vida. Hoy despedimos al último gran filósofo, al último gran humanista y literato contemporáneo de lengua hispana, y al cantante cuyas melodías han conseguido estremecer a generaciones y generaciones", escribieron en la publicación.
El comunicado no especificó las causas de la muerte, pero Iniesta había cancelado en noviembre de 2024 sus conciertos tras sufrir "un tromboembolismo pulmonar" que le obligaba "a guardar reposo absoluto, poniendo en grave riesgo su salud en caso contrario".
"Hoy despedimos al maestro de maestros", agregaron en el comunicado publicado por la agencia de comunicación del artista y firmado por familia y colaboradores. "Es unánime, todo el que ha tenido la suerte de trabajar con Robe, después de hacerlo, reconoce ser mucho mejor profesional, y mucho mejor persona. Muy tristes por esta pronta despedida, pero igualmente agradecidos, a más no poder, de haber recibido un tesoro en forma de legado para seguir el camino que nos queda en la vida".
Recordaron a Robe como el hombre que "nos ha enseñado a pensar, como jefe, el más exigente, y a veces intransigente, pero siempre justo y generoso con quien es leal". También lo describieron como un hombre "valiente" sin importar cuántas veces tuviera que empezar de cero y "perfeccionista al Extremo... siempre al extremo".
Nacido en Plasencia, Cáceres, en 1962, Robe Iniesta tenía poco de académico y mucho de inquieto. Su formación musical fue autodidacta, impulsada más por la necesidad de expresarse que por una aspiración profesional. De joven vivió la dureza de los trabajos precarios, las noches largas y un entorno donde la música era refugio y desahogo. Ese espíritu se convertiría en la esencia de Extremoduro.
En 1987 dio un paso audaz: fundó Extremoduro e inició su carrera con un método tan caótico como legendario. Para financiar su primer disco, vendió “bonos” a los vecinos: quienes compraban uno recibían el álbum una vez grabado. La idea funcionó, el disco salió, y Extremoduro comenzó su camino como una banda marginal que, poco a poco, empezó a arrastrar multitudes.
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Extremoduro no se parecía a nada que sonara entonces en España. Robe escribió letras cargadas de poesía urbana, desgarro, metáforas sexuales, reflexiones existenciales y una crudeza que resonó en muchos oídos. Esa mezcla revolucionaria dio origen al llamado rock transgresivo, un subgénero que rompía tabúes temáticos y estilísticos.
Discos como 'Somos unos animales' (1991), 'Deltoya' (1992) o '¿Dónde están mis amigos?' (1993) empezaron a construir el mito. Pero fue Pedrá (1995), una obra experimental y surrealista, y luego 'Agila' (1996) los trabajos que catapultaron a Extremoduro al estatus de banda de culto. La crítica aplaudió la valentía conceptual del grupo, mientras el público llenaba salas y coliseos.
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Con temas como “So payaso”, “Salir”, “La vereda de la puerta de atrás” o “Standby”, Robe selló su reputación como uno de los mejores letristas del rock en español. Su pluma, capaz de pasar de la brutalidad al lirismo más delicado, dotó a sus canciones de un ADN inconfundible.
En 2019, Extremoduro anunció su separación definitiva, un golpe duro para miles de seguidores. Aunque el grupo llevaba años sin publicar material nuevo, su legado seguía creciendo. Fue entonces cuando Robe sorprendió de nuevo: comenzó una exitosa carrera como solista, más introspectiva y emocional, con discos como 'Lo que aletea en nuestras cabezas' (2015), 'Destrozares' (2016) y 'Mayéutica' (2021), este último considerado una de sus obras maestras contemporáneas.
MARÍA PAULA GONZÁLEZ / *Con información de AFP
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