El 5 de abril de 1994 fue un día trágico para el mundo del rock. Aunque parecía que la partida de Kurt Cobain era parte de una 'muerte anunciada', 30 años después generaciones de roqueros y fanáticos de la música -algunos que incluso nacieron después de su muerte- siguen lamentando la partida de la leyenda del grunge.
Kurt Cobain logró recoger en sus letras, sonidos y manera de cantar la furia y tristeza de toda una generación de jóvenes en la década de 1990 que reclamaba a sus padres un mundo mejor. A través de su banda Nirvana y su trabajo más exitoso 'Nevermind', el nacido en Aberdeen, Washington, se convirtió en la voz de miles sin percatarse del impacto que causó en el mundo.
Su estilo, su voz y su talento lo convirtieron en uno de los artistas más legendarios para el género rock, un para el que -opinan muchos- todavía no ha nacido un reemplazo. Es por eso que tras tres décadas sus canciones siguen siendo escuchadas y su fallecimiento lamentado a nivel mundial, convirtiendo cada 5 de abril en un día nublado para la música.
La depresión afectó a Cobain desde que era un niño, especialmente tras el divorcio de sus padres. Con 27 años, tocaba la cima del mundo musical con el 'grunge' rudo de su música con más de 30 millones de copias vendidas, pero esto no logró alejar los demonios que por años lo persiguieron y, finalmente, lo llevaron a quitarse la vida.
Un mes antes, Kurt Cobain había alertado al mundo con sus planes, sufriendo una terrible sobredosis de la que nunca se supo si había sido un accidente o un intento de suicidio, pero ese día el cantante le había dicho a su esposa Courtney por teléfono que estaba triste y sentía un "odio" inmenso por todo.
Días más tarde, tras una discusión con su esposa, fue hallado sin vida en su casa en Seattle, Washington, con una herida de bala que se propinó él mismo con su escopeta. Al lado de su cuerpo quedó la carta con la que Kurt Cobain le expresaba a su esposa y pequeña hija sus motivos para partir.
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La última carta de Kurt Cobain
"Ya hace demasiado tiempo que no me emociono ni escuchando ni creando música, ni tampoco escribiéndola, ni siquiera haciendo rock ’n’roll. Me siento increíblemente culpable. Por ejemplo, cuando se apagan las luces antes del concierto y se oyen los gritos del público, a mí no me afectan tal como afectaban a Freddy Mercury, a quien parecía encantarle que el público le amase y adorase. Lo cual admiro y envidio muchísimo. De hecho, no los puedo engañar, a ninguno de ustedes. Simplemente, no sería justo ni para mí. Simular que me lo estoy pasando el 100 % bien sería el peor crimen que me pudiese imaginar", escribió el artista.
Kurt Cobain resaltó el éxito que había conseguido a nivel mundial con Nirvana y se sentía, aseguraba, especialmente culpable por no sentir emoción al escuchar los gritos de los fanáticos, "pero a pesar de ello no puedo superar la frustración, la culpa y la hipersensibilidad hacia la gente. El típico Piscis triste, sensible, insatisfecho, ¡Dios mío! ¿Por qué no puedo disfrutar? ¡No lo sé! Tengo una mujer divina, llena de ambición y comprensión, y una hija que me recuerda mucho cómo había sido yo".
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Al final de su carta, expresaba el miedo que tiene por el futuro de su hija Frances y la dolorosa idea de que la vida de la niña será mejor sin él. "No puedo soportar la idea de que Frances se convierta en una roquera siniestra, miserable y autodestructiva como en lo que me he convertido yo. Lo tengo todo, todo. Y lo aprecio, pero desde los siete años odio a la gente en general… Se me ha acabado la pasión, y recuerden que es mejor quemarse que apagarse lentamente. Paz, amor y comprensión. Kurt Cobain. Frances y Courtney, estaré en su altar. Por favor, Courtney, sigue adelante por Frances, por su vida que será mucho más feliz sin mí. Los quiero".