Johana Bahamón empezó a vincularse en las cárceles de Colombia en el año 2012, cuando creó un grupo de teatro con mujeres reclusas en el centro penitenciario El Buen Pastor de Bogotá. Así nació la Fundación Acción Interna, que hasta el momento ha logrado beneficiar a 112.000 personas privadas de la libertad en las 132 cárceles del país.
Uno de los principales objetivos de la fundación sin ánimo de lucro es generar oportunidades de reinserción social y laboral para las personas reclusas, con el fin de que puedan integrarse de manera digna en la sociedad y terminar con los ciclos de reincidencia al recuperar la libertad.
“Para terminar con este ciclo de reincidencia es necesario crear oportunidades laborales para las personas privadas de la libertad, prepararlos y darles herramientas para que puedan ser reinsertados”, comenta Johana Bahamón. Adicionalmente, señala que la formación que reciben las reclusas no es solo en temas académicos, sino también en crecimiento personal y espiritual, y también tienen apoyo jurídico y psicológico.
“Trabajamos para generar segundas oportunidades para personas que no han tenido a veces ni una sola oportunidad”, asegura la presidenta ejecutiva de la Fundación Acción Interna. Por este motivo, a principio de este mes, Johana Bahamón asistió a una conferencia en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, y logró una alianza con dicha institución de educación superior y con el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) para traer a Colombia un programa de formación que será dictado por primera vez en la cárcel La Modelo de Bogotá.
De acuerdo con Bahamón, su propuesta de trabajo con las reclusas ha tenido muy buena acogida por parte de personas que quieren apoyar desde sus diferentes ámbitos de trabajo. Esto lo atribuye a un cambio de conciencia en la sociedad y la desestigmatización hacia las personas privadas de la libertad: “Nos estamos enfocando en aportar algo, ya no solo se quiere creer en oportunidades, sino crearlas”.
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Johana Bahamón resalta que estar involucrada con la cárcel ha cambiado su perspectiva de vida: “La cárcel me ha liberado. Muchas veces estamos más encarcelados que las personas privadas de la libertad, encarcelados en la mente, con prejuicios”, comenta.
Sin embargo, rescata que cada vez más las personas se han ido liberando de sus prejuicios y buscan contribuir en algo positivo para la sociedad: “Cada vez estamos pensando más en el bienestar común que en el bienestar individual, he sido testigo”, afirma. “La vida de cualquier ser humano pierde sentido si no se hace algo por los demás y, cuando uno lo empieza a hacer, es muy difícil echarse para atrás", puntualiza.