Las imágenes que Anja Ringgren Loven publicó el día que encontró a Hope le dieron la vuelta al mundo. El pequeño vagaba por las calles de una población de Nigeria solo, desnudo, confundido y en un alto grado de desnutrición. Había deambulado por meses pues su familia lo abandonó al creer que era brujo.
En Nigeria muchos menores en ese país son desamparados, torturados y hasta asesinados por estas creencias.
Anja Rinnegren, quien dirige una organización que acoge a estos pequeños, recibió una llamada en la que le contaban la precaria situación del niño, de unos 2 años.
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La imagen, cuando ella le daba agua y algo de comer se volvió viral y ante el pedido de Anja de donar dinero para pagar las facturas del hospital y las medicinas la respuesta fue abrumadora.
Su causa recibió miles de dólares de todas partes del mundo. Con ese dinero no solo pagó la rehabilitación del menor sino que amplió y dotó su refugio para huérfanos acusados de “brujería”.
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Desde entonces, ella ha puesto imágenes de Hope y otros niños de su refugio y ha mostrado su evolución.
La última muestra al pequeño protagonista totalmente recuperado con uniforme y zapatos nuevos, listo para ir a su primer día de colegio.
La imagen, como la primera, también se convirtió en viral con miles de comentarios en diferentes lenguas.
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