En la fe católica uno de los rituales más importantes es la comunión, que significa recibir, simbólicamente, el cuerpo y la sangre de Cristo, representados por una ostia y el vino. Una niña que vivió este día causó asombro y risas por su inocente reacción, que ni siquiera el sacerdote pudo ignorar.
Brynley Heidebrink debía dar un sorbo al cáliz, pero parece que no midió y se acabó todo el contenido de un trago, algo que dejó sin palabras al padre que dirigía la ceremonia y causó risas entre sus familiares, pues nadie esperaba que se terminara la bebida.
“Literalmente le dije solo inclínalo hacia atrás, deja que toque tus labios, ni siquiera lo tienes que tragar”, esa fue la recomendación de su madre, algo que evidentemente no cumplió.
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La curiosa situación no paró ahí. Después de la primera comunión se fueron a cenar y allí la pequeña de 7 años “estaba un poco habladora y sus mejillas estuvieron sonrojadas toda la noche”, confesó la mamá.
En medio de la conversación, al calor de un plato de espagueti, la niña aceptó que no sabía por qué había tomado todo el vino y que ni siquiera le había gustado el sabor, muy distinto al de su gaseosa favorita.