El señor Pasquale recogió a Tor de la calle. Siete años después sufrió un paro cardíaco, pero los ladridos de su amigo llamaron la atención de los vecinos.
Pasquale Rizzo, quien murió recientemente con 90 años, encontró abandonado cerca de su casa a Tor y decidió darle un hogar. Se hicieron buenos amigos al punto que algunos años después el peludo hizo algo que le permitió seguir viviendo.
Rizzo sufrió un paro cardíaco y poco podía hacer para recuperarse. En ese momento Tor ladró con todas sus fuerzas, tanto así que los vecinos se alertaron y acudieron a la casa para saber qué estaba pasando. Cuando observaron la escena llamaron a una ambulancia y Pasquale fue salvado.
Después del hecho siguieron transcurriendo sus vidas como buenos amigos. Rizzo alcanzó los 90 años y sintió que era hora de ir dejando claras las cuentas antes de partir de este mundo. Empezó a escribir su testamento, pero al no tener herederos directos decidió dejarle todo a Tor.
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Pasquale Rizzo, pensionado, tendía dos pisos en un edificio y algunos euros en su cuenta; todo sumaba más o menos un millón de euros, según Repubblica .
Lastimosamente para Tor, la ley italiana no permite que se elija como heredero a un animal. Sin embargo, no fue todo en vano, pues la justicia nombró a una persona que se encargará de hacer cumplir la voluntad del difunto.
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El albacea espera encontrar una familia que le da techo, comida y sobre todo amor a Tor, pero sobre todo, que lo haga con voluntad de querer al animal y no que lo reciban por su calidad de heredero de una fortuna.