James Bowen y Bob estaban hechos el uno para el otro. Se conocieron en las calles de Londres, ambos en pésimas condiciones. James, consumido por su adicción a la heroína; y Bob, abandonado y desnutrido.
Desde el 2007 se convirtieron en compañeros inseparables. El gato pelirrojo siempre estuvo con James en las buenas y en las malas.
A su lado, James encontró el camino y la determinación que le faltaban para superar su adición a las drogas. En resumen, Bob le salvó la vida.
Su historia autobiográfica quedó consignada en el libro “Un gato callejero llamado Bob”, que se convirtió en un éxito en ventas y, de paso, en una película.
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Le siguieron otros tres libros: “El mundo según Bob”, “Un regalo de Bob” y “El pequeño libro de Bob”.
El gato Bob murió longevo, de unos 14 años, y con su misión cumplida: haber sido el mejor amigo que cualquier hombre pudiera tener.
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