En Kent (Inglaterra), un pez erizo tuvo que ser sometido a una operación, pues su dentadura no le permitía comer apropiadamente.
El pequeño amigo, llamado Goldie, tenía problemas para ingerir los alimentos. Sus dueños notaron que constantemente rechazaba su comida por lo que decidieron llevarlo al veterinario.
En la clínica veterinaria Sandhole , donde el animal fue atendido, descubrieron que Goldie tenía cierta repulsión por los alimentos con caparazón duro.
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Esto significaba un problema puesto que dicha comida es fundamental en la dieta básica de estos peces, ya que es altamente nutritiva. Sin embargo, el principal problema de este pez erizo radicaba en sus dientes.
La dentadura de Goldie era extremadamente grande y eso no le permitía alimentarse correctamente.
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Para solucionar el inconveniente, Goldie fue sometido a una operación que duro aproximadamente una hora. En ella los especialistas tuvieron que sedarlo y envolverlo en una toalla empapada para que se mantuviera húmedo.
También se le administró agua oxigenada por un tubo con el fin de que el pez estuviera relajado y no se inflara. Cabe recordar que los peces erizo suelen inflarse cuando se sienten amenazados o en peligro.
La operación resultó siendo todo un éxito, y fue posible reducir la dentadura superior del animal a la mitad. Dos horas más tarde, este pez erizo pudo alimentarse sin inconveniente alguno.
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