Hope, el pequeño que vagaba por las calles en un alto grado de desnutrición, se vio totalmente recuperado.
Todo comenzó cuando Anja Ringgren enseñó cómo le daba agua y algo de comer al pequeño. Su foto se hizo viral. Desde allí comenzó una campaña para ayudar a Hope y otros niños del refugio.
Su causa recibió miles de dólares de todas partes del mundo. Con ese dinero no solo pagó la rehabilitación del menor, sino que amplió y dotó su refugio para huérfanos acusados de “brujería”.
Desde entonces, ella ha puesto imágenes de Hope y otros niños de su refugio y ha mostrado su evolución.
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