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La historia de Tatiana Murillo, conocida como la 'Barbie colombiana’, no solo es un relato de transformación física, sino una crónica profunda sobre la superación del bullying y la búsqueda constante de la aceptación a través de la medicina estética. Lo que comenzó como un sueño de una niña campesina que utilizaba los medios como un refugio se ha convertido en una odisea quirúrgica que, según su propio recuento, supera las 35 intervenciones. María Elvira Arango habló con ella En Aguas Profundas.
Desde la necesidad de corregir una inconformidad en el rostro hasta la reciente y más dolorosa cirugía íntima, la Barbie colombiana ha narrado cómo la transformación de su cuerpo y su imagen se convirtió en su motor, su trabajo y, para ella, un acto de "amor propio".
Aunque hoy es un personaje mediático con una gran comunidad de mujeres que se identifican con ella, la infancia de Tatiana Murillo en Caicedo, Antioquia, un pueblo humilde, estuvo marcada por la adversidad. La 'Barbie colombiana' revela que el camino a la cirugía fue pavimentado por el dolor que sintió desde muy pequeña: “la historia que marca a la barbie colombiana que conocen al sol de hoy es el bullying que sufrí en el colegio”.
Este matoneo no provenía solo de los niños, sino también de los adultos y los profesores. A una edad muy temprana, dice que sintió el rechazo por el estatus económico de su familia, al ser “la simple hija de un campesino”, y posteriormente por el color de su piel.
Esta presión, que la obligó a salirse del colegio en séptimo grado, generó una “baja autoestima” y la necesidad de buscar una vía de escape, la cual encontró temporalmente en la locución radial, “detrás de un micrófono donde nadie me veía”.
A pesar de que su infancia fue traumática, Tatiana Murillo asegura que usó esa experiencia como un impulso: “yo he usado el bullying de trampolín”. Las ganas de superarse la llevaron a trabajar en Medellín, donde quedó embarazada a los 16 años, una etapa “muy traumática, muy dolorosa” y llena de dificultades económicas.
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Al cumplir 20 años, y ya como empresaria de eventos tras fundar su propia compañía con 100.000 pesos, obtuvo su primer gran contrato en Urrao. El dinero ganado, 4 millones de pesos, tenía un destino claro: realizarse una cirugía.
Así, se sometió al que sería el inicio de una cadena de transformaciones. Su motivación iba más allá de lo estético personal, pues sentía que, a medida que cambiaba su aspecto físico, el mundo la trataba mejor: “a medida que me iba haciendo una cirugía, la gente me veía con más respeto”. Asegura que, con cada cambio, la tomaban “más en serio”.
El rostro fue la parte del cuerpo que más le marcó el bullying y, por ende, el epicentro de sus primeras transformaciones. Su primera rinoplastia resultó fallida, pues le quedó “filtrando el líquido”, lo que la obligó a trabajar en un segundo evento para costearse la reparación. En total, fueron tres intervenciones las que se hizo en la nariz hasta obtener el resultado deseado.
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Una vez que la nariz quedó perfecta, sintió que el siguiente paso era armonizar su rostro: “la nariz ya la nariz está muy chiquita para estos cachetes”. A partir de ahí, vinieron los procesos continuos que ella cuenta en detalle:
• Bichectomía: Cirugía ambulatoria donde se extraen las bolitas de Bichat (acúmulos de grasa en las mejillas) para lograr un perfilamiento.
• Labios: Procedimientos de aumento o perfilamiento.
• Párpado y levantamiento de cejas: En esta zona, los procesos han sido continuos y en repetidas ocasiones, pues la filosofía de Tatiana es ir “de menos a más”.
• Lipo papada con estiramiento: Para perfilar el mentón y el cuello.
• Retoques continuos en el rostro: Al hacer el recuento, afirma que, solo en la cara, lleva aproximadamente 18 procesos. De estos, menciona que ha tenido “ocho levantamientos de ceja”.
Uno de los cambios más notorios en la imagen de la 'Barbie colombiana' fue la transformación del color de su piel, pues reconoce que “era una niña más morena”. Este procedimiento fue, a su juicio, lo más difícil que le ha hecho a su cuerpo, motivado directamente por el rechazo sufrido en su infancia: "Mi cambio de piel fue muy representativo en mi en mi transformación, porque yo creo que fue lo que más se me recalcó cuando estaba chiquita, que por mi piel no se me daban muchas cosas".
"Si yo te digo que mi piel era lo que más me costaba aceptar toda la vida, no te estoy mintiendo, más que la nariz, es más yo me hubiera hecho mi piel y hubiera quedado feliz", recalca.
El procedimiento se realizó utilizando un láser que, al exponerse a una mayor frecuencia, hace un proceso aclarado. Este proceso fue complementado con un régimen estricto, donde no podía exponerse al sol ni consumir alimentos que activaran la melanina, “ni remolacha, ni zanahoria, ni nada de esto”. Así logró aclarar su piel en “aproximadamente cuatro tonos”.
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Actualmente, el color de sus ojos lo maneja con lentes de contacto, pero no descarta una cirugía futura para cambiar el color de sus ojos, aunque tendría que viajar a España para realizarla.
Los procedimientos corporales llegaron cuando Tatiana Murillo se dedicó a la música, aprovechando la habilidad que ya tenía con el micrófono. Aunque ya estaba obteniendo ingresos, confiesa que su primera cirugía de cuerpo se realizó en condiciones riesgosas: "No tenía, a pesar de que ya estaba ganando un poquito más, con qué operarme en un quirófano normal; mi primera cirugía del cuerpo la realicé en un garaje, exponiéndome con un médico que -quizás- no creo que haya estado acreditado. Conté con suerte, pero no todas cuentan con eso".
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Este procedimiento inicial fue “muy doloroso” y “muy traumático,” pues estuvo “casi despierta sintiendo todo”. Tras esa experiencia, se prometió no volver a operarse en un lugar no acreditado.
El recuento de sus procedimientos corporales incluye:
• Dos aumentos mamarios.
• Una pexia (levantamiento de senos).
• Dos o tres lipoesculturas.
• Lipo de brazos.
• Lipo de pierna.
• Lipotransferencia a los glúteos.
• Retoques menores, como el rer (retoques de rejuvenecimiento) y una “limadita de espalda” que se realizó el año pasado.
Al sumar todos los procedimientos, incluyendo los continuos retoques, la cifra asciende a un número impactante: “Yo creo que son más de 35, en 35 paré de contar”.
Entre las más de 35 cirugías, hay una que Tatiana Murillo destaca por su dolor y por la curiosidad que despertó entre sus seguidoras: la vaginoplastia.
Este procedimiento, que es un rejuvenecimiento vaginal con reconstrucción, fue una decisión espontánea que tomó al ver a una paciente de su doctora. Murillo la define como: “embellecer nuestra zona íntima”.
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A pesar de que actualmente es “una mujer completamente soltera”, la cirugía tuvo un propósito de mejoramiento íntimo. La 'Barbie colombiana' es enfática al describir la experiencia como la “más dolorosa” en sus 35 cirugías.
El impacto de narrar esta experiencia en sus redes sociales fue inmediato y masivo. Tatiana Murillo reveló que “más de 4.000 mujeres” le escribieron, muchas de ellas interesadas en el procedimiento. Asegura que la vaginoplastia es “la cirugía que las mujeres más apetecen porque les devuelve mucho su femenino”.
Al abordar la constante necesidad de cambio, Murillo reconoce que detrás de las cirugías hay una lucha interna que está tratando profesionalmente.
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Al preguntarle si esta cantidad de procedimientos es una compulsión, ella responde: “sí, hay un problema quizás”, revelando que actualmente se encuentra en tratamiento.
"Estoy tratándome con terapia, porque obviamente hay un problema de dismorfia corporal", comentó.
*Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Noticias Caracol.