Álvaro García Romero fue un peso pesado de la política . En sentido literal. Además de sus 200 kilos, sacaba miles de votos que le aseguraban una curul en el congreso. En el proceso que se conoce como la parapolítica, el contubernio de los paramilitares con la clase política terminó condenado a 40 años. Pasa los días en La Picota, allí mismo en donde también habló con el hermano de Petro.
Álvaro García Romero es el representante de todo lo que ha llevado a la clase política al desprestigio y a la cárcel. Él está pagando 40 años por la masacre de Macayepo y tiene un proceso abierto por desplazamiento que comenzó en noviembre, 18 años después. Los Informantes estuvo en La Picota buscando detalles de la visita de Juan Fernando Petro y rescató un caso emblemático de la parapolítica colombiana.
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Puede ser que muchos de ustedes no sepan quién es ni lo reconozcan, pero es el exsenador Álvaro García Romero, ‘El Gordo’ García, que ya no lo es, y que también fue un político sucreño de enorme influencia y protagonismo durante 30 años. Llegó a pesar 190 kilos y paseaba su humanidad agrandada por el Congreso, que era algo así ya como la sala de su casa. Su obesidad era su señal particular, pero también sus ojos saltones, su pelo negro, sus vestidos siempre de corbata y de palabras cortas. En el Congreso se movía a sus anchas y a sus largas, inspiraba cierto respeto porque mandaba en parte del Caribe y llegó a tener votaciones cercanas a los 70 mil votos y con eso, lograba audiencias con presidentes y ministros. Se casó, tiene una hija y lo visitan todas las semanas.
Lleva 17 años presos y ha hablado muy pocas veces ante los medios de comunicación. Poco se volvió a saber de él, luego de que la Corte Suprema de Justicia lo condenara a 40 años por la masacre de Macayepo en los Montes de María. Esta es la razón por la que está tras las rejas, en este patio de La Picota donde encarcelan a ministros, gobernadores, senadores y magistrados que hayan sido encontrados culpables. Nos sorprendimos: tiene 100 kilos menos, 72 años y no los 55 años de cuando le pusieron las esposas y lo trasladaron aquí, al pabellón R Sur de La Picota, donde debería estar los próximos 33 años de su vida, lo que equivale a decir que saldría de 105 años.