El ataque fue atribuido a las fuerzas bajo el mando del mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte de Libia.
Según fuentes de seguridad, el bombardeo se produjo al caer la noche del sábado en la zona de Juhba y se cree que el número de víctimas podría ser mayor, ya que los servicios de socorro y las ambulancias siguen trabajando entre una montaña de escombros.
"Hay muertos por todas partes, y muchos heridos. Pedimos a la población que ayude, se necesitan donaciones de sangre", explicó, por su parte, una fuente médica.
Minutos después del ataque, aviones de combate cedidos por Emiratos Árabes Unidos a las fuerzas de Hafter (LNA) también bombardearon la base aérea de Maitiga, único aeropuerto en funcionamiento de la capital libia, bajo asedio militar desde el pasado 4 de abril.
Los enfrentamientos armados entre el LNA y las milicias afines al gobierno sostenido por la ONU en Trípoli (GNA) se han recrudecido en los últimos días con duros combates en torno al antiguo aeropuerto internacional de la capital, en desuso desde 2014 pero de alto valor estratégico para la conquista de la ciudad.
Según el GNA, el pasado domingo sus milicias causaron diez bajas a las fuerzas enemigas y destruyeron una decena de carros blindados "cuatro de ellos procedentes de Emiratos Árabes Unidos".
Además del apoyo aéreo de emiratos Árabes Unidos, Hafter cuenta con el respaldo político, militar y económico de Arabia Saudí, Rusia y Francia mientras que al gobierno reconocido por la ONU -que mantiene su alianza de la poderosa ciudad-estado de Misrata-, lo respaldan Catar y Turquía, país este último que esta semana aprobó el envío de más tropas a Trípoli
Desde que Hafter levantara el asedio, más de un millar y medio de personas han muerto en los combates en la capital, más de 5.000 han resultado heridas de diversa consideración y más de 100.000 se han visto obligadas a abandonar su hogar y convertirse en desplazados internos.
Según datos de la Misión de apoyo de las Naciones Unidas en Libia (UNSMIL) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), 283 civiles murieron y más de 360 resultaron heridos en Libia durante los combates librados en 2019.
Estas cifras suponen un aumento de un 33 por ciento sobre el número de víctimas mortales registradas durante el mismo período del año pasado.