Anguilas lograron escapar del estómago de un pez: quedó captado en video

Por primera vez se ha registrado que anguilas tragadas por peces se deslizan con la cola hacia afuera del estómago de sus posibles depredadores y escapan por sus branquias, según indicó un estudio.

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La notable huida en el último suspiro también marca la primera vez que este tipo de táctica defensiva ha sido captada en video en todo el reino animal, según los investigadores japoneses.

El equipo detrás del nuevo estudio ya había observado que anguilas japonesas jóvenes sobrevivían al ser devoradas deslizándose fuera de las branquias de los peces, en lugar de fuera de las bocas que las habían tragado.

Sin embargo, los investigadores habían asumido que las anguilas estaban cerca de las bocas de los peces cuando se liberaron.

Pero el equipo quedó "realmente sorprendido" al descubrir que las anguilas estaban completamente dentro del estómago de sus depredadores antes de iniciar su intento de escape, dijo a la AFP el autor principal del estudio, Yuha Hasegawa, de la Universidad de Nagasaki.

¿Cómo lo evidenciaron?

Para ver qué estaba sucediendo dentro de los cuerpos de los peces depredadores durmientes oscuros, los investigadores les inyectaron líquido para aumentar el contraste y registrar los resultados en un sistema de video de rayos X.

De 32 anguilas tragadas por los estómagos de los peces, todas menos cuatro intentaron escapar retrocediendo a través del tracto digestivo, hacia el esófago y finalmente por la puerta lateral de las branquias, según el estudio.

Trece lograron sacar al menos parte de sus colas de las branquias, mientras que nueve llegaron hasta el final y escaparon con vida.

Las anguilas jóvenes, que medían unos siete centímetros de largo, siempre nadaban con la cola por delante. A diferencia de la mayoría de los peces, las anguilas son expertas en nadar hacia atrás, señalaron los investigadores.

Todo el proceso duró aproximadamente un minuto. Las anguilas solo pudieron sobrevivir unos tres minutos en el ácido del estómago.

Los peces no resultaron dañados cuando las anguilas se liberaron de sus branquias, dijo Yuha Hasegawa.

Fue un experimento "difícil", añadió, y al equipo le llevó un año capturar imágenes convincentes.

El coautor del estudio, Yuuki Kawabata, también de la Universidad de Nagasaki, dijo que los científicos apenas estaban empezando a comprender las estrategias "misteriosas y asombrosas" que usan los animales para escapar de los depredadores.

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