Sama el-Masry se metió en graves problemas con la justicia por hacer un baile que, para las autoridades de su país, equivalían a un atentado contra la moral y los valores de la familia.
Las autoridades juzgan a la artista de 42 años por promover ese tipo de bailes “sexualizados” y su caso fue a parar ante el Tribunal Económico de Delitos Menores.
Por la investigación, que inició en abril, se determinó condenar a Sama a tres años de cárcel y una sanción económica por un aproximado de 18.000 dólares.
Según ella, fue sin su consentimiento que los videos se publicaron en la red social Tik Tok. Bajo este argumento, apelará la sentencia.
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En Egipto cursa una ley que castiga con un mínimo de dos años de prisión a personas que cometan “faltas contra los valores”.