Más de 100 personas resultaron heridas. El ataque buscaba tomar control de la zona desértica de Deir Ezzor.
Aunque se está derrumbando el ‘califato’ autoproclamado por el EI en Irak y Siria, la organización sunita radical -parapetada en una zona desértica- conserva su capacidad para golpear con sangrientos atentados, contra civiles o combatientes enemigos.
El atentado tuvo como objetivo una concentración de desplazados en una zona desértica controlada por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), alianza kurdo-árabe respaldada por Estados Unidos que combate a los yihadistas.
"Además de los 75 muertos, entre ellos niños, hay 140 heridos", precisó este domingo Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que dispone de una amplia red de fuentes de información en este país en guerra.
El sábado, el OSDH dio un balance inicial de "decenas de muertos", que fue actualizado este domingo.
Rahman precisó que las víctimas eran desplazados que huían de las diferentes ofensivas contra el grupo yihadista en esa provincia oriental de Siria.
En la provincia de Deir Ezzor, los yihadistas del EI hacen frente a dos ofensivas distintas: una liderada por las FDS, la otra por las fuerzas del régimen sirio apoyadas por Rusia.
El jueves, el ejército sirio y sus aliados ruso e iraní expulsaron a los últimos combatientes del EI de la ciudad de Deir Ezzor, con lo que los yihadistas perdieron la última gran ciudad del "califato" que habían establecido desde 2014 en una extensa región a caballo entre Siria e Irak.
Combates continúan en el resto de esta provincia fronteriza con Irak, donde el EI está acorralado en el valle del Éufrates. Hace tres años, los yihadistas del EI habían llegado a controlar entre los dos países un territorio equivalente a la superficie de Italia.
Updated: noviembre 05, 2017 04:16 p. m.