Barack y Michelle Obama: tras dejar su huella dicen adiós a la Casa Blanca

Cuando un joven senador afroamericano de Illinois se lanzó a buscar la presidencia de los Estados Unidos en 2007 pocos se imaginaron que se convertiría en un personaje icónico en la historia de Estados Unidos.

Tras vencer a la muy experimentada política Hillary Clinton en las primarias demócratas, Obama logró la nominación de su partido y venció al también recorrido John McCain en las presidenciales.

Los estadounidenses, fatigados por la crisis económica de su país, el gobierno Bush y la amenaza del terrorismo vieron en la nueva pareja presidencial una bocanada de optimismo. Por primera vez una persona de raza negra se convertía en comandante en jefe.

Con el tiempo, y tras el desgaste de ocho años en la silla presidencial, el presidente ha sido opacado por su esposa, quien se ha convertido en uno de los personajes más populares de la Nación.

Su sencillez, elegancia y espontaneidad le han granjeado el cariño de su pueblo e incluso el respeto de sus opositores políticos. La propia Melania Trump, quien será su sucesora, copió un discurso suyo durante la reciente campaña electoral y explicó que lo había hecho “porque la admiraba”.

Juntos han demostrado que forman equipo. Son padres ejemplares, sus manifestaciones de cariño muestran que son una pareja enamorada, y no les da pena ser espontáneos. Igual bailan ‘Thriller’ con los niños o danzan con una abuelita de 100 años.

Tanto es el magnetismo de Michelle que miles han pedido que se lance como candidata a la Presidencia. Su respuesta, hasta ahora, ha sido una sonrisa.