
El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro, procesado por golpismo y objeto de diversas medidas cautelares dictadas este viernes 18 de julio, llegó a la sede de la Policía Federal en Brasilia, trasladado por agentes, para que le fuera colocada una tobillera electrónica, como ha determinado la Justicia.
La propia Policía Federal se ocupó de conducirle hasta su sede después de registrar a primera hora la residencia de Bolsonaro en la capital en una acción ordenada por la Corte Suprema, responsable por el juicio en que el líder de la ultraderecha responde por intento de golpe de Estado.
Aunque aún no se ha hecho oficial, estas decisiones pueden obedecer a sospechas de la Fiscalía, que actúa como parte acusadora en el proceso, en el sentido de que Bolsonaro podría estar incurriendo en maniobras para obstruir la acción judicial e incluso planificando una fuga del país.
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Entre otras medidas cautelares dictadas este viernes, además del uso de la tobillera electrónica, figura también una prohibición de acercarse a embajadas o comunicarse con diplomáticos extranjeros y también de utilizar sus redes sociales, en las que suele tener una febril actividad, descalificando siempre el proceso en su contra. Además, tampoco puede salir de casa entre las 19:00 y las 7:00 ni hablar con otros de los procesados.
¿Qué dijo Bolsonaro sobre las medidas en su contra?
El expresidente (2019-2022) dijo que las medidas cautelares en el marco del proceso que enfrenta por golpismo son "una suprema humillación" y reiteró que "jamás" conspiró contra la democracia ni pensó huir del país.
"Mi hijo está en Estados Unidos luchando por la democracia y la libertad", aseguró, y apuntó que "todo el mundo está con aranceles" aplicados por Trump, quien le ha expresado apoyo de forma explícita y justificado en parte las sanciones a Brasil en la supuesta "persecución" al exmandatario. Aseguró que "Estados Unidos es un país que proyecta libertad y no haría nada contra la democracia en Brasil".
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También admitió que ha "sugerido" que podría viajar a Estados Unidos, pese a que su pasaporte está retenido por la justicia, que le ha prohibido salir del país, pero aclaró que solo sería para "negociar" personalmente con Trump la cuestión de los aranceles, debido a su proximidad con el líder republicano.
Bolsonaro insistió en que "todo el proceso" en su contra es "político" y denunció que la justicia "está sofocando" a la extrema derecha con la intención de influir en las comicios de 2026, en los que no podrá participar.
Además, publicó en sus redes sociales la noche del jueves un video dirigido directamente al presidente Trump, en el que le agradeció tanto el apoyo como "su preocupación con la libertad de expresión" y con el proceso judicial. "Estoy siendo juzgado por un golpe de Estado" que ocurrió "un domingo, sin tropas, sin armas, cuando yo estaba en Estados Unidos", dice Bolsonaro en alusión al asalto a los tres poderes del Estado del 8 de enero de 2023, una semana después de la investidura del actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva.
"Es algo completamente increíble, un crimen inexistente" y que en realidad esconde la intención de dejarlo fuera "del proceso político", sostuvo Bolsonaro, quien ya está inhabilitado por ocho años por abusos de poder durante la campaña para las elecciones de octubre de 2022, ganadas por Lula. Dijo que "quieren alejar del proceso político al mayor líder de la derecha en Sudamérica".
¿De qué acusan a Bolsonaro?
Estas nuevas diligencias fueron decididas en medio de la presión del presidente de EE. UU., Donald Trump, para que se detenga el juicio contra el líder ultraderechista, a quien considera víctima de "una caza de brujas".
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Bolsonaro es acusado de liderar, junto con antiguos ministros y militares de alto rango, un complot golpista para mantenerse en el poder tras su derrota en las elecciones de 2022, que ganó el actual mandatario, el progresista Luiz Inácio Lula da Silva.
Trump anunció la semana pasada un arancel adicional del 50% a las importaciones brasileñas y, entre los motivos, citó en primer lugar la "persecución" que, a su juicio, sufre el expresidente suramericano.
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El diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del exmandatario, está desde marzo pasado en Estados Unidos y se ufana de haber convencido a parlamentarios de ese país a urgir al Gobierno de Trump a aplicar sanciones a los jueces responsables del proceso y al propio Brasil, convencido de que en el país se ha instalado una "dictadura".
El líder republicano también criticó supuestas órdenes "secretas" e "ilegales" del Supremo brasileño para el bloqueo de perfiles en redes sociales dedicados a diseminar noticias falsas contra las instituciones democráticas.
Este jueves, Trump envió una carta de apoyo a Bolsonaro en la que confió en un próximo "cambio de rumbo" del Gobierno de Brasil y pidió el fin del supuesto de "régimen de censura" que impera en el país.
EDITADO POR SANDRA SORIANO SORIANO
COORDINADORA DIGITAL NOTICIAS CARACOL
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*CON INFORMACIÓN DE AGENCIA EFE