Brasil, a punto de llegar a los 10 mil muertos por coronavirus

La Amazonía brasilera es uno de los puntos que más concentra la atención de las autoridades por la rápida expansión del COVID-19.

Uno tras de otro fueron llegando los cerca de 500 ataúdes a la ciudad de Manaos, la capital del estado Amazonas, uno de los puntos en donde el coronavirus en Brasil ha pegado con más dureza. 

“Antes los ataúdes llegaban a Manaos en ferry, luego cambiamos la logística, comenzamos a usar botes que iban más rápido”, manifestó Manoel Viana, presidente de la Unión de Compañías Funerarias Amazonas. 

La falta de camas en los hospitales y el colapso en el frágil sistema sanitario hace parte del preocupante diagnóstico que enfrenta esta urbe, que podría catalogarse como el epicentro del coronavirus en la Amazonía.

“Pero estamos en la pelea, una pelea dura, una pelea que nos está costando sangre, sudor y lágrimas y una que tenemos que ganar”, aseguró Arthur Virgilio Neto, alcalde de Manaos.

En el estado más grande de Brasil, las autoridades ya reportan más de 10 mil contagios y un total de 874 decesos, de ese número 620 serían solo de Manaos, según su alcalde, quien ha insistido contra viento y marea en acatar las medidas sanitarias de confinamiento.

“Este número de muertes es extremadamente superior a lo normal y estamos pidiendo medidas más restrictivas para que las personas entiendan que sus vidas dependen de quedarse en casa”, señaló el mandatario. 

Pero desde Brasilia el tono sigue siendo otro frente a los estragos que ya ha ocasionado la pandemia, El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció una barbacoa para recolectar fondos, sin antes asegurar que “estaba cometiendo un crimen al tener una fiesta”.

“Voy a tener una barbacoa el sábado 9 de mayo aquí en casa, habrá unas 30 personas e incluso tendremos una recolecta”, expresó el mandatario. 

El país ronda los 10 mil muertos y tiene más de 145 mil contagiados. La crítica situación de la Amazonía brasilera genera una nueva preocupación: la rapidez con la que el virus podría expandirse a otras ciudades ribereñas de naciones como Perú y Colombia.