Por la noche los canes patrullan las calles con la policía local o duermen bajo la gran escalinata del museo.
2 of 7
Más de una decena de instituciones gubernamentales, desde el Banco Central de Cuba hasta un baño público, ha acogido a perros callejeros, asignándoles identificación oficial, casa, cuidados médicos y protección de la perrera de la ciudad.
3 of 7
"Ellos no comen huesos", dijo Victoria Pacheco, guardia en el Museo de Orfebrería. "Comen mortadela, picadillo, perritos e hígado".
4 of 7
Las más de dos decenas de experros callejeros disfrutan de un estatus casi oficial, fundamentado en el frecuente pretexto de que trabajan como elementos de seguridad.
5 of 7
La ley cubana, que prohíbe la presencia de animales en sitios de trabajo, incluye una excepción para perros de guardia, y este resguardo legal para experros callejeros fue impulsado cuando una perra en una oficina gubernamental del Este de La H
6 of 7
La adopción de perros callejeros por algunas de las más ilustres instituciones de La Habana es impulsada principalmente por el cariño de los guardias a los animales y su deseo de compañía durante los largos turnos en una ciudad con poca delincu
7 of 7
La sociedad protectora de animales tiene una lista de 21 perros que viven en instituciones gubernamentales, entre ellas una gasolinera del Partido Comunista, oficinas del Sindicato de Periodistas Cubanos y un taller mecánico del Ministerio de S
Advertisement
Advertisement
Advertisement
Vladimir, Canela, Aparicio, León y Cariñoso llevan un collar y una placa con su nombre, fotografía y las palabras "Vivo en el Museo de Orfebrería".