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El 4 de diciembre de 1986, Bogotá presenció un evento que la estremecería hasta sus cimientos: la masacre de Pozzetto. Aquella fría noche de domingo se convirtió en el escenario final de una jornada de furia de 28 horas, perpetrada por Campo Elías Delgado Morales, un hombre solitario, veterano de la Guerra de Vietnam y obsesionado por la limpieza y la literatura de terror.
Este trágico suceso, que acabó con la vida de 29 personas en total, es ahora la inspiración para la nueva serie de Netflix, ‘Estado de Fuga 1986’, cuyo lanzamiento es este 4 de diciembre. Pero, ¿quién era Campo Elías Delgado y cómo gestó esta masacre urbana de Bogotá?
Campo Elías Delgado nació en Chinácota, Norte de Santander. Su infancia estuvo marcada por la violencia doméstica; tuvo un padre que maltrataba a su madre, Doña Rita, y que luego se suicidó. Años después de la muerte de su padre, Delgado viajó a Estados Unidos, donde se enroló en el ejército y combatió en Vietnam. Fue un soldado condecorado y exaltado, e incluso se menciona que estuvo en misiones diplomáticas.
A su regreso a Colombia, Delgado se fue a vivir con su madre en un apartamento ubicado en la calle 52 con carrera séptima. Para ese momento, su hermana decidió irse. Campo Elías Delgado, que dictaba clases particulares de inglés y estudiaba Lenguas Modernas en la Universidad Javeriana, habría desarrollado un desprecio absoluto hacia Doña Rita, a quien golpeaba una y otra vez físicamente.
Delgado era un hombre lleno de rituales y rarezas. Nunca sonreía y andaba siempre en soledad. Sus amigos eran escasos (solo dos o tres), y nunca se le veía con mujeres. Leía con pasión cuentos de terror como Berenice de Edgar Allan Poe, y utilizaba El extraño caso del doctor Jekyll y mister Hyde como manual en sus clases de inglés. Sus obsesiones incluían: secarse con papel higiénico después de bañarse, abrocharse todos los botones de su camisa bien planchada, y limpiar decenas de veces cualquier silla o cubierto antes de usarlo. Además, se lavaba las manos todo el día.
Los últimos pasos de Campo Elías comenzaron el día anterior a la masacre. El día de la matanza, que duró 28 horas, empezó después del mediodía. Delgado retiró de su cuenta de ahorros cerca de 50.000 pesos, todo lo que poseía.
El punto de inflexión se dio en su apartamento, donde arremetió a golpes contra su madre, Doña Rita, asesinándola. Ella jamás pudo defenderse de las golpizas de su propio hijo. Esa noche, Delgado la dejó tendida en el piso de la cocina. Nadie sabe si pudo dormir.
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A la mañana siguiente, Campos Elías se dirigió al barrio La Alhambra, en el norte de Bogotá. Allí, en el apartamento 304, se encontró con Catalina, una adolescente de 15 años a quien le dictaba clases de inglés, y su madre, Nubia, de unos 36 años. A ambas las amarró y las apuñaló con un puñal: a la jovencita le propinó 21 puñaladas y a su madre unas siete. En este doble homicidio, hubo un componente sexual; Campo Elías intentó violar a Nubia, pero no pudo hacerlo.
De vuelta a su apartamento, encontró el cuerpo de Doña Rita aún en la cocina. Se cambió de ropa, poniéndose un traje gris. Antes de irse, echó sábanas y papeles sobre el cadáver de su madre y le prendió fuego. Salió del edificio con la excusa de que necesitaba llamar a los bomberos porque su apartamento se estaba incendiando.
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A partir de ese momento, la escalada de violencia contra las mujeres de su edificio se desató. Tocó la puerta del apartamento 301, y cuando le abrieron, disparó contra dos mujeres. Hizo lo mismo en el 302, el 101 y el 102, asesinando a una mujer en cada uno de estos últimos. La policía, al atar cabos posteriormente, se dio cuenta de que el asesino de Pozzetto había acribillado a nueve mujeres esa misma mañana, empezando por su madre.
Antes de dirigirse a Pozzetto, Campos Elías fue a despedirse de la familia de Carmen, una mujer que vivía con su marido e hijos, a quienes no se atrevió a hacer daño. A Carmen le dijo que se iba de viaje y que no volvería, y que su destino final era China.
Casi a las siete de la noche, Campo Elías, vestido de color gris y llevando un maletín, llegó a su restaurante preferido, Pozzetto, ubicado en la carrera séptima con calle 61. Él era un cliente habitual que iba todos los domingos. Se sentó en una de las mesas con vista a la Séptima y pidió su orden de siempre: espagueti a la boloñesa, una copa de vino y un vaso de gaseosa.
El mesero que lo atendió, Eccehomo Rosas, quien trabajó en Pozzetto por más de 30 años, lo conocía bien. En 2015, le contó a Los Informantes los detalles de aquella noche: Delgado había bebido 10 tragos de vodka con jugo de naranja antes de empezar a disparar. Recordó la conversación que sostuvo con él minutos antes de la masacre, en la que Campo Elías se sentía amenazado.
Según el relato del mesero, Delgado le dijo: "a usted le cuento que yo estuve en Vietnam y allí no me mataron, ahora me voy a morir aquí".
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Campo Elías no dejaba de mirar su maletín, mientras comía despacio y observaba cómo el restaurante se llenaba. A su alrededor, la gente celebraba; había parejas festejando aniversarios, familias y estudiantes que regresaban a casa. El homicidio que perpetró fue interpretado como "la muerte de la normalidad que él no pudo vivir".
Siendo las 8:30 de la noche, tras ir varias veces al baño y recargar su revólver calibre 38, Campo Elías desató su ira y frustraciones. El restaurante se convirtió en un caos. Se oían disparos, gritos y gente corriendo.
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La Policía llegó al lugar, acordonando la zona e interrumpiendo el tráfico en la carrera Séptima. Al no obtener respuesta del asesino, los oficiales entraron disparando. Aunque existen variaciones sobre el final, todo indica que Campo Elías se disparó en la sien derecha unos segundos antes.
El saldo fue de 21 personas muertas en Pozzetto. El cadáver de Delgado fue cubierto con un pedazo de tela blanca, y la escena era dantesca: manteles caídos, vasos servidos llenos de gaseosa o agua, copas de vino y las baldosas verdes y blancas manchadas de sangre. Afuera, la gente observaba entre el desconcierto, mientras el árbol de Navidad del restaurante seguía con las luces encendidas.
La historia de esta masacre, un relato de horror sin antecedentes que culminó con un hombre anónimo, amargado y escaso de conversación, es ahora la base de la producción de Netflix, ‘Estado de Fuga 1986’.
La serie se estrena este 4 de diciembre y estará protagonizada por el actor Andrés Parra, quien interpreta a Jeremías Salgado, el personaje central. Sin embargo, la plataforma ha decidido no contar los hechos desde la perspectiva del asesino. En su lugar, la narrativa se desarrollará a través de los ojos de un joven escritor (posiblemente un eco de Mario Mendoza, a quien Delgado conocía de la Javeriana) interpretado por José Restrepo.
El reparto de la serie cuenta con una amplia selección de talento nacional, incluyendo a Carolina Gómez, quien da vida a una investigadora, además de Jorge Enrique Abello, Ernesto Benjumea, Consuelo Luzardo y Marcela Benjumea.
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Tras la tragedia, el restaurante Pozzetto, que sobrevivió durante años, cerró definitivamente sus puertas en 2022 debido a la pandemia y al fallecimiento de sus propietarios, dejando abandonado el local que fue escenario de la masacre.
Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Los Informantes.