
Las autoridades de Nueva York investigan a tres ciudadanos colombianos acusados de participar en un robo a una residencia privada en ese estado, donde lograron llevarse un botín que supera los 120 mil dólares, equivalentes a más de 490 millones de pesos colombianos.
El caso, que ha estado bajo indagación por más de un año, ha generado inquietud en la comunidad hispana, especialmente por la forma en que fue ejecutado el hurto: con una estrategia meticulosa y propia de las conocidas bandas de “apartamenteros” que operan en Colombia.
Este sería el principal sospechoso
Uno de los principales señalados es un hombre quien ingresó legalmente a Estados Unidos el 3 de marzo de 2024 por Houston, Texas, utilizando una visa de turista. Según las investigaciones, él habría liderado la operación delictiva y contado con el apoyo de otros dos compatriotas para ejecutar el robo.
¿Cómo operaban?
Los tres sospechosos habrían puesto en marcha un plan meticuloso que incluyó vigilancia previa de la vivienda y seguimiento de los movimientos de las víctimas. Este tipo de modus operandi, que incluye estudiar a sus objetivos y elegir el momento ideal para actuar, es común entre bandas dedicadas al robo de apartamentos tanto en Colombia como en otros países. El grupo sustrajo una considerable cantidad de dinero en efectivo, además de joyas y artículos de lujo, y escaparon sin dejar rastro inmediato.
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Uno de los detalles que más ha sorprendido a los investigadores estadounidenses es que uno de los colombianos habría planeado el robo a una vivienda que pertenecía a un familiar cercano. Más aún, esa misma persona le habría brindado alojamiento, alimentación y hasta le facilitó un vehículo Honda blanco, que Poveda utilizaba para trabajar como conductor de plataformas digitales mientras residía en EE.UU.
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Este automóvil se convirtió en una pieza clave para las autoridades, quienes lograron rastrear sus movimientos a través de cámaras de seguridad y registros estatales y federales.
Estos son los delitos a los que se enfrentarían
Los tres colombianos podrían ser procesados por cargos de hurto mayor en tercer grado, allanamiento de morada y daños a la propiedad. Aunque todavía no se han emitido cargos formales, la evidencia recopilada por las autoridades apunta a una planificación premeditada y una clara intención de operar bajo un esquema organizado.
El caso sigue en desarrollo y podría dar lugar a una cooperación entre agencias estadounidenses y colombianas, en caso de que los sospechosos decidan regresar a su país de origen o intenten evadir la justicia.