

Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Varias ciudades de Europa fueron blanco de ataques terroristas cuyos protagonistas eran ciudadanos colombianos que trabajaban para los servicios de inteligencia rusos. Detrás de estas capturas se esconde una compleja historia que enmarca los operativos dentro de una estrategia conocida como guerra híbrida rusa. Esta guerra híbrida consiste, en parte, en reclutar jóvenes a sueldo que ejecuten actos de sabotaje y terrorismo con el propósito de crear caos y desestabilización en naciones que Rusia considera enemigas. Los encargados de esta estrategia son principalmente el Servicio de Inteligencia Exterior ruso (FSB), reemplazo de la antigua KGB, y el GRU (Servicio de Inteligencia Militar).
Un estudio realizado por el Centro Internacional Contra el Terrorismo y Globalsec reveló que, desde 2022, cuando comenzó la guerra en Ucrania, hasta 2025, se han registrado más de cien ataques terroristas en Europa, incluidos aquellos donde participaron colombianos.
El 6 de julio de 2025, en la terminal de Barranquilla, fue capturado a plena luz del día un joven de 22 años, Ramos, nacido en Soledad, Atlántico. Ramos fue detenido por cuenta de una Circular Roja de Interpol tramitada por Lituania. Dicho país lo acusa de graves crímenes. Según la documentación aportada por la justicia lituana, Ramos es requerido por el Departamento de Investigación de la Delincuencia Organizada y Corrupción de la Fiscalía General de la República de Lituania por los delitos de: "1. creación de un grupo terrorista organizado y su dirección 2. participación de actividades de un grupo terrorista organizado 3. tentativa de cometer un acto terorista y 4. financiación y apoyo de acto terrorista".
El expediente detalla que Ramos viajó desde Rusia a Lituania para cometer los ataques, se movió por Europa y fue detectado por agencias de inteligencia al viajar a Colombia para visitar a su familia. La detención de Ramos provocó la reacción inmediata de la Embajada de Rusia en Colombia, que envió una carta "muy urgente" en la que reveló que Ramos posee la ciudadanía rusa. La carta defendió al detenido, señalando que "no se puede descartar que la detención pueda ser infundada o ilegal". También solicitaron a las autoridades colombianas "que se respeten sus derechos legales como ciudadano de rusia" y pidieron autorización para que funcionarios de la Embajada se reunieran con él. Actualmente, la Corte Suprema de Justicia avanza en el estudio de su extradición.
Publicidad
Sobre el tema de Ramos, funcionarios rusos aseguraron que: "Tiene la ciudadanía rusa, pero no sabemos cuándo y cómo la obtuvo. Como cualquier ciudadano ruso, él tiene derecho a recibir asistencia consular, la que le van prestando los funcionarios de nuestra Misión Diplomática".
Otro caso prominente es el de Andrés Alfonso De la Hoz, un joven de 27 años nacido en Ciénaga, Magdalena. De la Hoz fue señalado por las autoridades polacas como responsable del incendio ocurrido el 12 de mayo de 2024 en uno de los principales centros comerciales de Varsovia, capital de Polonia. Dos semanas después, De la Hoz fue arrestado por los servicios de inteligencia de República Checa por el incendio de un parqueadero de buses de servicio público y mientras preparaba un nuevo ataque a un cine en Praga.
Durante la audiencia en República Checa donde fue condenado a 8 años de prisión, la Jueza del Tribunal de Praga, Daniella Sarah Sotolarova, detalló la acusación: "Después de que iniciara el fuego en los autobuses, usted tomó fotos y videos del incendio para poder enviárselos como prueba a Adrián con un teléfono móvil Samsung Galaxy A53 5G para demostrar la finalización de la tarea asignada por la cual le dieron un pago por la cantidad de 3 mil dólares y después se fue del lugar".
Publicidad
Adrián, al que se refiere la jueza, sería el contacto con los servicios secretos rusos, con quien De la Hoz planeaba otros ataques terroristas. La jueza también reveló que De la Hoz inspeccionó físicamente cines y otros edificios, tomó fotografías y vídeos, y "discutió activamente con él (Adrián) sobre la posibilidad de provocar un incendio en los edificios seleccionados".
Frente a las pruebas, De la Hoz aceptó los cargos y pidió perdón. "Yo vengo a declararme culpable el día de hoy porque (...) la culpa me quema por dentro porque dejé mal parado el nombre que me dio mi familia (...) de verdad el día de hoy quiero disculparme en frente de todos ustedes, pedirle perdón a todo el país, de verdad lo lamento mucho".
El Primer Ministro de Polonia, Donald Tusk, no dudó en señalar la conexión rusa: "El trabajo de nuestra fiscalía y nuestros servicios ha confirmado una vez más que, también en este caso, estos intentos de sabotaje se llevaron a cabo por orden directa de los servicios rusos".
La Agencia de Seguridad Interna de Polonia (ABW) confirmó que estas acciones terroristas fueron "ordenadas, supervisadas y financiadas" por la inteligencia rusa.
El modus operandi revelado por la ABW es coherente con incidentes similares en Europa Central y Oriental. Los servicios de inteligencia rusos están reclutando sistemáticamente y a gran escala a personas de origen latinoamericano utilizando la aplicación de mensajería Telegram. La tarea consiste en realizar reconocimientos, incendiar instalaciones y documentar los daños.
Publicidad
Nicolás De Pedro, investigador senior del Instituto Statecraft de Londres, explicó la naturaleza de la guerra híbrida rusa: "El planteamiento es mucho más práctico y operativo y consiste en aprovechar cualquier espacio donde puedan llevar a cabo actividades hostiles contra occidente, eso quiere decir sabotajes (...)".
Estos sabotajes buscan generar disrupción, como los "incendios de almacenes de empresas vinculadas con ucrania o vinculadas con el apoyo al esfuerzo bélico ucraniano con la idea de generar disrupción en las cadenas de suministro".
Publicidad
Douglas Farah, consultor internacional en seguridad, indicó que Polonia es un objetivo fuerte por su posición geográfica y porque ha sido "uno de los más agresivos en tratar de crear una unión de fuerza de la unión europea" y en condenar a Rusia.
Polonia y República Checa no son los únicos países afectados. En julio del año pasado, la inteligencia rumana capturó a Luis Alfonso Murillo Diosa, un exmilitar de 34 años. El Servicio de Inteligencia Rumana (SRI) estableció la firme intención de Murillo "de realizar acciones de sabotaje en Rumania en base a un entrenamiento preestablecido, con indicación precisa de objetivos". Murillo documentaba exhaustivamente áreas cercanas a infraestructuras críticas, como "pozos de extracción de petróleo, gasoductos o torres de telecomunicaciones".
El SRI confirma la afiliación de Murillo a una extensa red de saboteadores que ataca países europeos, controlada a través de intermediarios por los servicios secretos rusos. Las evaluaciones de los servicios europeos asociados "certifican que las operaciones se llevaron a cabo de forma sincronizada y coordinada desde el territorio de la Federación Rusa". Murillo está a la espera de una condena por delitos contra la seguridad nacional en Rumania.
UNIDAD INVESTIGATIVA NOTICIAS CARACOL