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El exfutbolista Carmelo Valencia, reconocido por su destacada trayectoria en el Fútbol Profesional Colombiano y especialmente por su paso por el Junior de Barranquilla entre 2020 y 2022, alzó un nuevo "título" en su carrera personal, aunque esta vez fue académico. A sus 41 años, el exdelantero celebró su graduación de bachillerato en una ceremonia realizada en el Hotel Dann Carlton de Barranquilla.
Este logro, que lo persiguió con disciplina y perseverancia, marcó el cierre de una etapa que el chocoano había retomado en 2023, tras su retiro oficial del fútbol profesional en diciembre de 2022. Valencia culminó sus estudios en el bachillerato técnico autodirigido del Instituto de Capacitación y Desarrollo Empresarial, Inca.
Durante el emotivo acto, que reunió a Valencia con sus compañeros, muchos de ellos mucho más jóvenes, el ídolo del Junior compartió la profunda satisfacción de haber alcanzado esta meta.
Su decisión de volver a las aulas fue motivada no solo por una meta personal pendiente, sino también por el deseo de inspirar a jóvenes y adultos sobre la relevancia de la educación. Valencia ha sido enfático en que la edad no debe ser una barrera para aprender.
La perseverancia que siempre lo caracterizó en la cancha se trasladó al estudio, lo que le valió obtener calificaciones destacadas, ubicándose entre los niveles superior y alto. Además, durante su etapa académica, el exjugador recibió una mención de honor por su liderazgo, un reconocimiento que resalta su perfil como referente tanto dentro como fuera del campo de juego.
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Una vez obtenido este diploma, Valencia ya tiene claro el camino a seguir: anunció su decisión de continuar su formación académica en la universidad, donde planea estudiar Administración de Empresas. Su objetivo final es convertirse en un gran empresario para crear oportunidades laborales.
Carmelo Valencia, que debutó en el fútbol profesional en 2003 con Atlético Nacional, y que jugó en clubes históricos como Millonarios F.C., Independiente Santa Fe, La Equidad y, por supuesto, Junior de Barranquilla, decidió que, tras colgar los guayos a los 38 años, era el momento de retomar el sueño de ser bachiller.
El exjugador relató el momento en que tomó la decisión y lo consultó con su familia: "un día cualquiera yo le digo a mi esposa ‘amor, voy a comenzar a hacer el bachiller". Su esposa, según él, respondió con entusiasmo: "sí espectacular y mis hijas también super contentas", dijo en una entrevista con Los Informantes en marzo de 2025.
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El exfutbolista fue admitido en el colegio Inca, donde 700 muchachos cursan el bachillerato. En este entorno académico, Carmelo se convirtió inmediatamente en el estudiante de mayor edad y toda una celebridad. El impacto de su presencia fue inmediato: "Cuando los pelaos me veían, pensaban que yo era un profesor, algunos no me no me reconocían y después, cuando ya se dieron cuenta que estaba yo acá fue una locura total". Añadió que "eso eran fotos todos los días".
El retorno implicó cambiar el uniforme de fútbol por el del colegio. A pesar de su fama, su actitud siempre fue de humildad.
Aun con 40 años, edad a la que retomó las aulas, Valencia no se sintió intimidado por el ambiente juvenil. Al ser cuestionado sobre si se sentía viejo en el salón, respondió categóricamente: "No, para nada, ni en el salón de clase ni en la vida tampoco".
La disciplina que llevó a Valencia a jugar casi dos décadas de fútbol profesional y a anotar más de 150 goles oficiales la ha mantenido en el estudio. Sin embargo, admitió que, como en el deporte, hay desafíos que generan frustración. En el colegio, la materia que le daba más duro era Biología, específicamente "por el tema de la célula vegetal, la célula animal, hablan de la mitocondria, una cantidad de cosas que me enredan mucho". A pesar de las dificultades, destacó la labor de sus profesores, quienes le explicaban mil veces hasta que lograba entender.
Su mentalidad competitiva sigue intacta, incluso con los cuadernos: “cuando no saco la nota que quiero me frustro bastante, pero bueno eso pasa rápido y continuamos".
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La inspiración para retomar sus estudios vino de un ejemplo cercano: su propio padre, quien a los 40 años terminó su bachillerato y luego se graduó como abogado. Valencia también citó una frase que resume su filosofía de vida y su deseo de formación continua: "El Chavo decía ‘uno muere el día que deja de soñar, ese día está muerto’".
La historia de Carmelo Valencia con la educación se remonta a su adolescencia en Tutunendo, Chocó, donde se considera originario. Aunque nació con el talento para el fútbol y su formación fue principalmente empírica, jugando en las calles y canchas, su camino académico se vio interrumpido por la precariedad económica.
El exfutbolista confesó que a los 14 años tuvo que abandonar el colegio: "había yo quedado por fuera del colegio, recuerdo que me habían sacado del aula de clase porque debía $12.000 pesos de la de la mensualidad del colegio". Esto le generó una profunda pena, lo que lo llevó a no querer volver a las aulas.
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Ante la dificultad, decidió buscar suerte en Medellín, una ciudad que no conocía. Llegó a la casa de una hermana sin recursos. Cuando esta no pudo seguir sosteniéndolo, Valencia, determinado a no regresar al Chocó sin cumplir su sueño, contactó a un tío que vivía en la Comuna 13 en San Javier. Negoció quedarse a vivir a cambio de hacer todo lo de la casa. Aprendió a barrer, trapear, cocinar y lavar ropa.
Tras un año sin ganar dinero, Ferroválvulas lo contrató, y fue allí donde demostró su calidad, marcando 42 goles y siendo convocado a la Selección Antioquia, lo que finalmente lo llevó a debutar en el fútbolen 2003 con Nacional. A pesar de los éxitos deportivos, nunca olvidó la meta pendiente de obtener el diploma de bachiller.
El título de bachiller es solo el primer paso en la reinvención de Valencia. Su meta es clara: ingresar a la universidad a estudiar Administración de Empresas y, paralelamente, impulsar sus negocios. Su mayor sueño es "llegar a ser un gran empresario en Colombia, poder crear empresa, poder crear empleo".
Valencia ya es un adelantado en el mundo empresarial. Actualmente, gestiona una marca de ropa y un salón de belleza junto a su esposa en Barranquilla. El salón de belleza emplea a cerca de 20 trabajadores, y la meta es seguir creciendo para generar más empleo. Además, también lidera un programa de fútbol para la alcaldía en los barrios populares de Barranquilla.
El compromiso de Carmelo con sus estudios es tal que debe organizarse entre sus múltiples facetas. El exfutbolista demostró que la disciplina y la perseverancia, que le permitieron retirarse con más de 500 partidos y 150 goles en su legado, son aplicables a cualquier ámbito de la vida. Su trayectoria evidencia que la educación y el deseo de avanzar abren nuevas oportunidades en cualquier etapa.
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*Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Los Informantes.