En un movimiento rápido, la joven de 18 años logró quitarle el arma y salir corriendo al baño, donde se encerró hasta que su mamá dejó la casa.
El caso tuvo lugar en Okmulgee, un condado de Oklahoma en EE. UU., el pasado primero de noviembre. Sus habitantes están consternados ante la sangrienta escena.
Según la investigación, todos los jóvenes estaban durmiendo cuando su mamá, identificada como Amy Leann Hall, tomó un arma y fue a la habitación de su hijo de 18 años, Kayson, y le disparó en la cabeza.
El joven, considerado por muchos como promesa del fútbol americano, murió en la casa.
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Luego Amy fue al cuarto de sus hijas y disparó contra Kloee, de 16 años, iba a hacer lo mismo con la menor, de 14, pero esta reaccionó rápido y tras un forcejeo se quedó con el arma y se encerró en el baño.
Medios locales aseguran que ella logró convencer a su mamá de que se fuera de la casa. Otro adolescente, amigo de la familia, que pasaba la noche allí llamó al 911.
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Autoridades llegaron al lugar y se dieron cuenta que la mujer de 39 años no estaba, por lo que empezaron una persecución que dio con su captura.
Kloee fue trasladada a un hospital, le diagnosticaron muerte cerebral y horas después murió.
Ya detenida en la cárcel de Okmulgee, se conoció que Amy Leann Hall dijo no saber por qué les disparó.
Luego argumentó que lo había hecho para defenderlos de su padre, a quien considera un hombre peligroso.
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Desde 2016, Amy y su expareja se disputaban la custodia de los jóvenes.
Investigadores manejan la hipótesis que la atacante pretendía asesinar a sus hijos y luego suicidarse.
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El próximo 29 de noviembre se definirá el futuro de la mujer que deberá responder por los cargos de homicidio.