El exvicepresidente Lenín Moreno enfrenta al exbanquero Guillermo Lasso. Existe temor ante un resultado ajustado, tal y como sucedió el pasado 19 de febrero.
Moreno, quien el 19 de febrero logró un 39,3% de los votos y quedó a décimas de ser elegido en primera vuelta, es la carta del oficialismo para perpetuar el "Socialismo del siglo XXI" de Rafael Correa, en vigencia desde 2007, aunque con distintos matices a los de Venezuela y Bolivia.
Su buen humor y talante apacible y sonriente contrasta con el temperamental Correa, quien tilda a su exvicepresidente (2007-2013) de "afable y conciliador". Moreno, un maestro masón, está dispuesto a dialogar con sectores con los que el correísmo mantiene puja.
De 64 años, Moreno sufre una paraplejia por un disparo que recibió al ser asaltado en 1998, por lo que se convertiría en el primer ecuatoriano con discapacidad en asumir la presidencia, cargo para el que es favorito según encuestas como la de Cedatos, a la que el gobierno considera de oposición y que le da un 52,4% de las adhesiones.
Lasso, miembro del Opus Dei y exbanquero, obtuvo un 28,1% en primera vuelta y promete evitar que Ecuador siga el camino de Venezuela.
"Cambio es evitar que el Ecuador viva lo que está pasando nuestro país hermano Venezuela, evitar una dictadura", escribió el jueves este guayaquileño, muy crítico con la gestión económica, social y política del correísmo.
En 2013, representando al movimiento Creando Oportunidades (Creo), perdió la elección presidencial ante Correa, pero se fortaleció como el principal líder opositor.
Con tres semestres de estudios universitarios sobre economía -carrera que no culminó-, Lasso llegó a ser ministro del área económica en el gobierno del derrocado mandatario democristiano Jamil Mahuad (1998-2000).
El correísmo le achaca ser uno de los tantos responsables de la crisis bancaria de 1999 que derivó en la dolarización de la economía, el congelamiento temporal de depósitos y la migración de cientos de miles de ecuatorianos.
Updated: abril 01, 2017 06:18 p. m.